Naomy
No puedo dejar de verlo.
Siempre he considerado a Ángel muy atractivo, pero ahora es distinto. Es extraño que duerma sonriendo levemente, pero me gusta.
Tengo miedo, pánico.
Una de sus manos está sobre mi cabeza y la otra se recarga en mi cadera, me siento más que cómoda entre sus brazos.
Quiero quedarme con él, permanecer así por siempre. Pero algo llamado "tiempo" es un impedimento.
Y a pesar de que quiero ignorar lo que estoy sintiendo y tratar de suprimirlo, sé lo que es. Quiero a Ángel. Quiero estar junto a él y quedarme aquí.
Pero no puedo. Necesito tomar aire.
Con cuidado, me remuevo bajo sus brazos y me pongo de pie.
Salgo descalza hacia el patio. El aire golpea mi cara y cabello, pero realmente me importa poco, es cuando dejo escapar los sollozos que no sabía que tenía retenidos.
Estoy hecha un lío.
El frío se hace mayor, lo que me obliga a volver adentro. No quiero volver a la habitación, sé que eso significaría dejarme derrumbar y despertarlo.
- Me pareció escuchar unos pasos.
Me giro, algo asustada, y encuentro a Charlotte, con una cálida sonrisa.
- No quería molestar – sorbo la nariz – Yo... perdón.
- ¿Estás bien?
- Sí, solo me sentía un poco ahogada.
- Y despertaste a las cinco de la mañana. Soy vieja, pero no tonta, los años me han enseñado algo.
Ella luce muy tranquila, como si esto fuera lo más normal del mundo, transmite cierta vibra que por extraño que parezca, me dan unas ganas inmensas de confiar en ella.
Sin decir más, extiende sus brazos y algo en mí me ordena a refugiarme en ella. Se sienta junto a mí antes de abrazarme, también lo hago, y dejándome llevar empiezo a llorar sobre su pecho. Siento sus manos acariciar mi cabello, sabe lo que hace.
- Sh.
- Tengo miedo.
- ¿Miedo de qué?
- De mí.
- He escuchado muchas cosas en mis años de vida, pero esto es lo más extraño que me han dicho.
- Lo quiero, Charlotte, lo quiero más que a nada. Pero debo volver, debo seguir con mi vida y no quiero salir lastimada nuevamente. Tengo miedo de mis sentimientos porque esto es mucho más fuerte que lo que sentí hace unos años. No sé si realmente quiero irme. Mi mamá, mi hermano, mi Ángel están aquí. Sé que el empleo no es el problema, pero quizá me puede servir de excusa para... alejarme.
- Pareces muy segura que no te quiere.
- No lo sé. Y realmente no sé si quiero saberlo. Estoy en un lío.
- ¿Te importaría explicarme que sucedió?
Y me dedico a ello en los próximos 10 minutos, le abro mi corazón a una desconocida, pero me siento tranquila, ese aire maternal la envuelve como si realmente hubiera nacido para ello.
- Así que lo que planeas es irte, sin siquiera escuchar lo que él siente.
- No quiero hacerme ilusiones.
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Nuestro Momento
Teen FictionHace unos cuantos años Naomy abandonó su hogar, ¿la razón? Un corazón roto y una propuesta irresistible que elevaría su carrera. Ahora, tiene una vida que nunca se imaginó, disfruta de ciertos lujos y comodidades. Pero... ¿qué sucede cuando es hora...