Naomy
Cambio una y otra vez el canal de TV. Nada interesante que ver.
Miro el techo y suspiro del aburrimiento.
Quedarme es una buena idea, pero debo hacer algo, no puedo quedarme en la casa de mamá por siempre. Quizá debería conseguir un empleo.
Sí, suena interesante.
Me levanto del sofá y tomo el periódico que está sobre la encimera, viendo las posibles opciones: secretaria, no creo soportar las órdenes de alguien, maestra, Lizzy es una de las pocas niñas que me agradan, modelo, no, no y no, cocinera, no quiero quejas sobre mis platillos.
Antes de poder decidir algo sobre mi futuro, Max entra a la cocina, está muy despeinado y...
Ay, no.
- Yo...
- ¿Dormiste aquí?
Sus pómulos están levemente rosados y empieza a balbucear cosas sin sentido.
- Pues...
- Dime que no acabas de hacer lo que creo que has hecho. Mamá y tú... no puedo si quiera decirlo, que asco.
El tipo aclara su garganta.
- Creo que debemos hablar.
- Creí que ya lo habíamos hecho.
- Quiero hacer las cosas bien. Amo a tu madre, sé que es mayor por unos cuantos años...
- Diría que diez.
- Ese no es el punto. Créeme que tu madre es una de las mejores cosas que me ha pasado, mi intención no es hacerle daño o aprovecharme. Escucha, tengo mi propio dinero, un apartamento y un trabajo fijo, no soy de esos que se aprovechan o son una carga. Paula me hace inmensamente feliz y... creo que yo también a ella.
Sí, definitivamente la hace feliz, nunca he visto que mamá tenga alguna pareja, lógicamente tampoco tuve un papá. Max hace feliz a mi mamá y mientras no le haga daño, supongo que estará bien.
- De acuerdo, entonces ¿debo llamarte papá? – pregunto aplanando los labios, evitando reír.
Sus ojos se abren de manera exagerada y se atraganta – No... cielos, por supuesto que no. Mi nombre está bien.
- Está bien, papá.
- Ya te dije que...
- Adiós, papá.
Dejo el periódico en el mismo lugar donde lo encontré, dándome por vencida por hoy.
Ignoro sus quejas y tomo mi teléfono, Sebastián está llamándome o al menos eso es lo que intuyo.
- Dime... ¿por qué rayos estás registrado como "Pelirrojo candente"?
- Ups, es que me dejaste solito por estar a solas con tu noviecito ese, tenía que entretenerme. También encontrarás a un tal "Alex el león" e "Ian, señor pálido".
- Al punto, idiota.
- Pues, dijiste que querías conocer a...
- ¿Tu novia?
- Sí, pues estaré ahí dentro de unos minutos, con ella. Adiós – dice con rapidez.
- ¡Espera! ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde?
- Te lo contaré todo cuando nos veamos.
Y cuelga. Cobarde.
Vuelvo a mi pocisión, buscando ideas de trabajo. En poco tiempo, Ian sale de su habitación y se sienta junto a mí.
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Nuestro Momento
Teen FictionHace unos cuantos años Naomy abandonó su hogar, ¿la razón? Un corazón roto y una propuesta irresistible que elevaría su carrera. Ahora, tiene una vida que nunca se imaginó, disfruta de ciertos lujos y comodidades. Pero... ¿qué sucede cuando es hora...