#40: Recuerdos traumáticos.

25 1 0
                                    

Naomy

Sigo con la vista a Ángel, no me gustó echarlo, pero realmente necesito hablar con Sebastián.

Cuando el también gira, Sebastián se sienta frente a mí, tapándome la visión por completo. No me contengo y estampo mi palma contra su mejilla.

- ¿Qué mierda...?

- Me dejaste, supuesto amigo, se supone que pasaríamos las vacaciones juntos. No eres más que un traidor.

- Un traidor que te extrañó, estúpida.

Ruedo los ojos – Pensé que te había pasado algo malo, ni siquiera me avisaste.

Pero no puedo negar que extrañé a mi mejor amigo, sus bromas, risas, todo. Está algo cambiado, sus rasgos se han vuelto más duros, pero sus ojos siguen brillando.

- Antes de contártelo todo debo saber una cosa ¿Qué es lo que realmente sientes por mí?

Creo saber a lo que se refiere, en aquella fiesta, nuestro beso, la llamada de Sophie. Es un tema incómodo. Hace mucho que mis sentimientos cambiaron.

Aclaro mi garganta – Eh, supongo que te refieres a...

- El beso, ambos estuvimos borrachos, pero lo recuerdo claramente.

- Escucha, yo... sentí algo por ti, más que amistad – rasca su nuca de manera nerviosa, sé que está incómodo – Pero no hay de que preocuparse, mi corazón ahora le pertenece a alguien más.

Lanza un suspiro – Eso es un alivio, no quiero perderte, mujer. Realmente actué como un completo idiota ese día. Estaba harto de Sophie y sus amenazas; y ya no sabía lo que sentía por ella.

- No estoy entendiendo...

- Todo tiene una explicación. Sophie y yo nunca tuvimos una relación normal, lo nuestro no fue amor, ella tuvo la idea de fingir lo nuestro, para ganar de cierta manera fama, yo apenas iniciaba y al ser la hija del director ejecutivo del programa seríamos la pareja ideal. Yo... los sentimientos que había fingido tener estaban siendo reales, eso me asustó. No se lo dije, ella tenía a alguien más, es por eso que vine, para tratar de olvidarla, yo que sé. El mismo día de la fiesta ella me llamó y amenazó con contarlo todo si no estaba con ella en poco tiempo, tuvo uno de sus muchos caprichos. Créeme que me siento completamente estúpido por haberte dejado.

- Ah, no sé que decir.

- Nada, porque la historia aún no termina. Cuando llegué, la monotonía volvió a mi vida, era preso de mi propia ambición de fama. Y luego pasó algo que nunca pensé que sucedería en un largo tiempo, me enamoré, me enamoré de verdad, esto era completamente real. Es real. Pero llegó el momento en el que ambos explotamos, yo no podía seguir fingiendo más y ella se hartó de la cuerda floja en la que estábamos y me dejó, desde entonces no he dejado de buscarla.

Me gustaría decir que lo apoyé y consolé, pero la verdad es que mi mano volvió a golpear su mejilla.

- Lo siento, pero te lo merecías.

- Lo sé y me siento desesperado, soy un desastre. Pero ahora que puedo verte, acabo de liberarme de un gran peso.

Le sonrío y lo estrecho entre mis brazos. Es bueno recuperar a mi mejor amigo, si malos entendidos.

Me sorprende la actitud que menciona que tuvo, pero no soy quien para juzgarlo. Hablamos sobre lo que pasó en nuestras vidas últimamente, le comento mi historia con Ángel, lo que pasamos juntos y mi intento por ser su amiga. El cabeza de chorlito solo atina a reírse y burlarse en ocasiones sobre mi situación.

Nuestro MomentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora