#14: ¡No lo arruines!

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Ian

Esto se siente muy bien...

Aspiro una vez más su aroma y pego mi mejilla a su cabeza.

- Cuando papá me dijo que quería pasar tiempo conmigo, creí que sería algo como una película, una cena, un parque, pero solo él y yo – ríe secamente y apoya su mejilla en mi pecho, lanzando un sonoro suspiro – No tuvimos tiempo para intercambiar palabras, apenas llegamos, recibió a una familia de los que yo ni siquiera conocía su existencia. Todo fue demasiado incómodo, en cierta parte de la reunión empezaron a interrogarme, pero él era quién respondía por mí ¿sabes qué es lo peor? Pude haberlo interrumpido, pero tuve miedo de que papá se decepcionara de mi respuesta, él no sabe que trabajo, si lo supiera haría lo posible por sacarme de la ciudad. Tiene un modelo de vida que quiere que sigamos.

Trago en seco.

Esta vez se deja llevar por sus sentimientos y expulsa todo su malestar. Llora sin contener ni una sola lágrima, manteniendo aún su rostro en mi camiseta.

Acaricio su espalda y rápidamente beso su frente, antes de que se aparte. Me agrada que tenga la suficiente confianza en mí como para contarme sobre sus sentimientos.

Permanecemos unos minutos así, no sé exactamente el como ella llegó hasta mi regazo, pero esta sensación de tranquilidad que transmite me gusta mucho.

Ella me gusta mucho.

En cuanto a las palabras, suelo ser bastante torpe usándolas, pero con ella simplemente puedo ser lo más torpe que pueda y sé que se reirá conmigo y sabrá interpretar lo que digo.

- ¿Realmente quieres una vida así, en la que tu padre decida todo lo que harás?

Niega y es entonces cuando deja de esconderse y me mira a los ojos. Su rostro está ligeramente teñido de un color rosado, sus bonitos ojos están hinchados e hileras de cabello están ligeramente adheridas a sus cachetes. Me encargo de retirarlas y de limpiar con el pulgar algunas lágrimas que están a punto de salir.

- No, solo que... tengo que encontrar una mejor manera de decírselo a papá.

- Sabes que tendrás que enfrentarlo tarde o temprano ¿verdad? - asiente, dubitativa – Y cuando lo hagas, sabes que contarás conmigo y si necesitas otra camiseta que empapar, aquí está la mía.

Se separa de mí y comprueba lo dicho, inmediatamente ríe suavemente – Gracias Ian, es bueno tenerte como amigo.

- Sí, ese soy yo... un buen amigo – comento con nerviosismo, topando mi puño contra su hombro.

- Lamento lo de tu camiseta – sorbe la nariz y se retira nuevamente a su asiento, lo que me deja con una sensación extraña.

- Traje lo que me pediste, está en los asientos traseros.

- Genial – sin previo aviso pasa sus piernas por el pequeño espacio entre los asientos delanteros con intención de pasar hacia atrás, lo que me deja una gran visión de su trasero. Me ordeno a mí mismo girar antes de que se voltee.

- Oye ¿te importaría... mientras me cambio?

- Ah, está bien, yo me voy – salgo del auto y me alejo unos cuantos metros.

Parte de mí quiere verla, saber cómo es su cuerpo y curvas, observarla sin nada puesto, pero mi parte racional me ordena a plantarme sobre la loza y esperar a que termine de vestirse.

Le doy una mirada al lugar, asegurándome de que no haya personas que pretendan observarla.

Está bien, creo que soy el único morboso.

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