Ángel
Siento un inmenso vacío cuando Lizzy retira su brazo de mi agarre y se refugia en Ian.
Los veo salir del lugar, sin siquiera mirar atrás.
- Pero que exagerada... - replica Gillian.
- ¿Sabes siquiera de lo que sucedió?
- Claro, lindo. La niña se puso a hacer un berrinche porque no asististe a su presentación.
Su tono relajado me irrita inmediatamente – La niña, tiene nombre.
- Claro que lo tiene. Duh todos tenemos uno.
Ruedo los ojos - ¿Quieres recordarme por qué mierda perdí el tiempo contigo?
- ¿Disculpa?
- Eso, estoy cansado de frivolidades. Liessel. La niña se llama Liessel, y es mi hermana, y por si no lo sabes me siento como la auténtica mierda de haberla decepcionado.
- Bueno, pero la pasamos bien...
- Gillian, no quiero ser grosero, pero creo que será mejor que vuelvas.
- ¿Me estás echando? – pregunta con indignación.
- ¿Sabes qué? Soy yo el que debe irse.
****
Tras comprar unas cuantas flores, me dirijo al edificio.
Estoy dispuesto a hacerme perdonar, sé que cometí una estupidez, pero tengo fe en que el corazón de mis chicas se ablande un poco.
Cuando llego al apartamento encuentro a Naomy en la cocina, preparando emparedados.
- Uh, rico, ¿hay uno para mí?
Me observa con indiferencia y vuelve su vista a los emparedados.
- ¿Tú también estás molesta, muñeca?
Permanece en silencio. Veo que pone el pan sobre unos platitos de juguete, intuyo que juega con Lizzy.
- A ella no le gustan las orillas.
Me dirige una mirada fulminante, pero sigue conservando el silencio. Corta las orillas del pan y vuelve a poner el emparedado en el platito.
Se queda observándome durante unos largos minutos, su mirada parece fría y distante, no me gusta en absoluto. La sigo hasta la habitación de Lizzy, en donde hay una mesita con distintos utensilios para tomar el té.
Mi princesa me mira e inmediatamente sus mejillas enrojecen, intercambia una mirada con Naomy y luego continúa con lo suyo.
- ¿Cómo está la princesa más linda del mundo?
- ¡Señorita O'Dowell!¡Llega tarde al té!
- ¡No! ¿También tú? ¡Vamos, linda, soy yo! No me ignores por favor.
- Me disculpo señorita Hastings, un troll de metió en mi cocina y tuve que echarlo. Pero traje emparedados hechos por las mismísimas hadas.
- Genial, empecemos.
Jalo una banquita y me siento frente a la mesita - ¿Yo también puedo...?
- ¡Señorita Hastings! ¿No escucha algo molesto? Un bsss..., acaba de entrar en la sala de té un mosquito.
- Yo también lo escucho, es bsss... molesto.
- Si quieren puedo ser otra señorita, vamos niñas, no sean así...
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Nuestro Momento
Teen FictionHace unos cuantos años Naomy abandonó su hogar, ¿la razón? Un corazón roto y una propuesta irresistible que elevaría su carrera. Ahora, tiene una vida que nunca se imaginó, disfruta de ciertos lujos y comodidades. Pero... ¿qué sucede cuando es hora...