#50: EMERGENCIA.

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Stephanie

No dejo de ver esa estúpida foto, una y otra vez.

Desde ayer que no he hablado con Ian, mejor dicho, he ignorado sus llamadas y mensajes. No porque estoy enfadada, debo pensar.

El hecho que me ofreciera su teléfono sin siquiera pedírselo hizo que mi confianza en él aumentara. Estuve toda la noche revisando la conversación y me sentí una estúpida al tener la pequeñísima duda sobre Ian, él en todo momento la rechazó. No sé si estuvo bien o mal lo que hice, pero necesitaba saber la verdad, creo en Ian. En un nosotros. Aunque parte de mí sigue resentida por no contármelo.

Aunque suene extraño, algo en la foto se me hace familiar, no lo sé... el cabello, mierda, el tatuaje en la muñeca.

Mi corazón empieza a acelerarse cuando logro reconocer la pequeña flor de loto en la zona. No, esto no puede estar pasando, esto es imposible. Rápidamente saco mi teléfono y busco el número de la persona, a quien ruego que no sea la protagonista de la estúpida foto.

Pero sí, el número al que tengo registrado es exactamente el mismo que figura en los mensajes.

Es Vicky.

Empiezo a marearme de nuevo, de repente todo se vuelve oscuro. Agradezco por estar apoyada en mi cama, de lo contrario podría tropezar.

Esto empieza a asustarme, tantos síntomas no pueden ser posibles. Antes de poder hacer algo, unos golpecitos en la puerta interrumpen mis pensamientos. En poco tiempo recupero la visión, justo para cuando Naomy entra en mi habitación.

- Hola. Pasaba por aquí, acabo de acostar a Lizzy.

- Hola – llevo una mano a mi cabeza, como si el gesto me quitara el malestar.

- ¿Estás bien? Pareces un fantasma.

- Creo que estoy enferma. Desde hace unos días estoy así, creo que me intoxiqué con algo, pero dime ¿Cómo estás tú? ¿Mejoraste?

- Sí, los medicamentos me hicieron algo de efecto. Pero... quien me preocupa ahora eres tú ¿quieres que llame a tu hermano?

- No, no. Solo... no sé que me pasa, parezco...

La palabra resuena en mis oídos, todo de un momento a otro parece derrumbarse, el pánico empieza a apoderarse de mí. Naomy me mira con el ceño fruncido, pero de un segundo a otro abre los ojos de manera exagerada, intuye lo mismo que yo. Todo empieza a girar en mi cabeza, Ian, el mensaje, Vicky, el presentimiento...

- ¿Tu periodo?

- Se supone que me llegaría ayer.

- Dime que siempre usan protección.

- ¡Sí! No, no lo recuerdo – empiezo a alterarme.

Mi respiración me falla, Naomy pone sus manos en mis hombros y me mira directamente a los ojos – Tranquila...

- ¡¿Cómo quieres que me tranquilice si...?! – noto el tono de mi voz – Lo siento, no tuve... no sé... mierda. No digas nada, a nadie, por favor. Ian...

Sin siquiera notarlo empiezo a derramar unas cuantas lágrimas. Condenadas hormonas.

Oh, mi Dios, esto es imposible. Trato de recordar si en alguna ocasión hemos sido irresponsables, muy a mi pesar lo hago. Bien, Stephanie, debes tranquilizarte, así como hay una grandísima posibilidad de un embarazo también está la opción de una intoxicación o enfermedad.

Me levanto con rapidez y camino de un lugar a otro, buscando qué hacer.

- U-una prueba. Eso.

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