Ángel
Somos un desastre.
La ropa vuela por todos lados, la habitación está inundada en un mar de gemidos y jadeos.
Digo cuanto la amo una y otra vez, haciendo que repita mi nombre. Esta mujer me vuelve loco. Su voz, su cabello, su piel sobre la mía, sus manos por todo mi cuerpo, sus movimientos.
El dolor en mi erección aumenta cuando mueve sus caderas de un lado a otro.
Hay mucho ruido, me encanta oírla y sentir el placer que nos damos el uno al otro. Acaricio cada una de sus curvas y beso hasta el último rincón de su piel.
- Ángel...
En un rápido movimiento me posiciono sobre ella y la penetro. Es el mismísimo paraíso.
Beso sus hombros y acaricio sus senos, estrujándolos suavemente y frotando sus pezones con mis pulgares.
- Sin marcas – dice con dificultad.
- Le quitas lo divertido a esto – bromeo.
En poco tiempo, estoy embistiéndola contra la cama, mientras me atrae a ella con sus brazos alrededor de mi cuello.
- Así...
Abrazo su cintura y la pego a mí, mientras mis movimientos se hacen rápidos. En unos cuantos minutos lanza un grito y su cuerpo se relaja, es cuando llego al éxtasis.
Caigo junto a ella – Valió la pena la espera.
- Creo que no estuvo tan bueno. Tendrás que esforzarte más.
- Ah, ¿sí?
Se reincorpora y pone su cuerpo sobre el mío, apoyando nuestras frentes.
- Creo que debes mostrarme un poco más.
Y lo hago... unas dos veces más. En el piso y en la ducha.
Siento que podría estar con ella las 24 horas de mis días y despertar con ella sería el mejor de mis regalos.
- La próxima iré yo arriba – dice riendo antes de besar mi barbilla brevemente.
- ¿Quieres montarme?
- Que sutil ¿eh? Pero sí, quiero hacerlo.
De acuerdo, eso fue caliente de oír. Sexi, mucho.
- ¿Quieres hacer algo? – cambia de tema.
- Hace tiempo que no voy a tomar una copa ¿vamos?
- Me gusta la idea.
****
Bailo con Naomy pegada a mi cuerpo.
Sus caderas se mueven de un lado a otro mientras apoya sus codos en mis hombros. Tomo sus caderas mientras ambos cantamos con gracia la canción que resuena por todo el lugar.
Tras llegar al bar, encontramos un pequeño lugar en dónde un mar de personas bailaba, sin esperar mucho nos unimos.
Sonríe ante nuestra cercanía, tomo su barbilla y uno nuestros labios.
Doy presiones suaves antes de ir realmente al beso, introduzco mi lengua a su boca, escuchándola suspirar. Responde a mi beso con la misma intensidad y lentitud.
Mis manos bajan por su cintura y se introducen en su camiseta.
- Me encanta cuando te estremeces – digo entre besos.
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Nuestro Momento
Teen FictionHace unos cuantos años Naomy abandonó su hogar, ¿la razón? Un corazón roto y una propuesta irresistible que elevaría su carrera. Ahora, tiene una vida que nunca se imaginó, disfruta de ciertos lujos y comodidades. Pero... ¿qué sucede cuando es hora...