#11: Lo haré

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Ángel

Camino hacia la salida tratando de hacer el menor ruido posible. Lizzy sigue durmiendo, le dejé una nota en la que decía que Naomy llegaría dentro de unas cuantas horas.

Adolfo sigue en casa, pero pasa la mayor parte del día en su teléfono o en el computador, lo que realmente es un alivio. Lo último que necesito es un estúpido interrogatorio de lo que hago con mi vida.

Cuando creo que saldré sin encontrarlo escucho su voz.

- Ángel.

Mierda

Volteo lentamente hacia él - Adolfo.

Se acerca un poco más, inmediatamente me alejo y me recuesto sobre la encimera.

- Me sorprende verte despierto tan temprano.

- Mira tú, a mí me sorprende verte aquí.

Sonríe con cinismo y se sienta en uno de los sofás - Bueno, creo que a mí me debería sorprender el verte aquí a estas alturas.

Muerdo mi lengua, no quiero empezar con la típica pelea matutina.

- Escucha, no voy a caer en tus provocaciones, estoy algo ocupado ¿qué te parece si lo discutimos cuando seas un buen padre para tus hijas?

- Para mi hija.

Aprieto mis manos en forma de puños, tratando de retener la ira provocada por la enorme estupidez que acaba de decir.

- Son dos ¿entendido? Tú eres el responsable de ambas, el padre de ambas repite lo anterior y te juro que no respondo. Por lo menos finge que ser padre fue tu deseo de toda la vida, es una buena imagen para vender en tu campaña. Ah, y un consejo, deja toda esa mierda y dedícate a ellas, por lo menos se un padre responsable y no seas la mierda que fuiste conmigo.

Es todo, aunque trate de evitarlo, lo dije, escupí toda la maldita verdad en su cara. Me giro dispuesto a salir del apartamento.

- La vi, Ángel. Me pregunto qué es lo que hacían solos en tu habitación. Dime, hijo ¿La chica O'Dowell es otra noviecita?

Me ordeno controlarme, lo último que quiero es un escándalo.

- ¿Y si fuera así? ¿Qué te importa?

- Esa muchachita no me genera confianza, pero supongo que te vale mierda lo que te diga. De igual manera ya perdí mis esperanzas en ti. Acuéstate con ella, embarázala, pero te lo advierto, no contarás con ni un solo centavo mío.

La sangre empieza a hervirme, el hecho de que insinué que Naomy es una zorra como muchas que han pasado por sus manos es realmente molesto.

- A la mierda con tu dinero, no te preocupes que dentro de muy poco me largo de tu "casa" con mi novia.

- Esperaré con ansias, hijo mío.

****

Miro una vez más el reloj de pared.

Quizá ella no venga.

Cuando me dispongo a irme, el ascensor se detiene y sale Naomy.

- Lo siento – grita y corre hacia mí, cuando llega a mi altura se detiene y toma bocanadas de aire – Me quedé dormida.

Sonrío y beso su mejilla – No te preocupes, pero ya vámonos que se hace tarde.

Asiente y camina junto a mí a la salida.

Pedimos un taxi, el camino es algo largo y silencioso. Me limito a mirar por la ventana, nada interesante que ver.

En poco tiempo siento un peso en mi hombro derecho, volteo y la encuentro con los ojos cerrados. Sonrío y retiro el cabello de su cara.

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