Las ventanas estaban abiertas a buena mañana en casa de los Peñalver, Gena se había levantado temprano, pues su vestido de novia había llegado un día antes. Sentía emoción, en el tiempo que tenía con Rodolfo había aprendido a quererlo, incluso sus miedos sentían se habían desvanecido, y aunque la vergüenza continuaba ya no era igual de fuerte como lo era al principio.
Gena observaba el vestido, una y otra vez. Intentaba imaginar su futuro al lado de Rodolfo, pero era algo que no conseguía fácilmente. Pues siempre imaginaba, pero por más que intentaba no lograba colocar el rostro de Rodolfo al hombre que la hacía sentir feliz en su sueño.
—¿En qué piensas? —preguntaba Linda.
Se había quedado a dormir en casa de sus padres.
—No lo sé.
—Es un hermoso vestido. Te lo han entregado muy rápido.
—Sí, creo que es eso —sonrió.
—Vas a ser feliz Gena, estoy segura de eso.
—No dudo de que vaya a ser feliz, pero...
—Pero ¿qué?
—No lo sé. Ni yo misma me entiendo.
—¿Tienes dudas?
—Sólo que me imaginé que estar enamorada era diferente.
—¿A qué te refieres?
—Que siempre pensé que cuando pensara en mi amado, sería como volar, sentir mariposas en el estómago; y que no me iba a preocupar en el futuro. Pero, aunque sé que quiero mucho a Rodolfo cuando pienso en él, no sé. En ningún momento siento eso, Linda.
—Porque tienes miedo. Es algo raro casarse, porque cambias de casa, tienes que comenzar a acoplarte a vivir con alguien, a compartir tus cosas y todo eso —sonrió Linda, como si su matrimonio fuera la perfección.
—Justo eso es lo que siento. Pienso en eso y me da miedo, mucho miedo. Y siempre pensé que daba ilusión no temor. Eso es lo que me confunde.
—No creo que estés confundida Gena. Además, nunca antes tuviste pareja así que...
—No, nunca. Pero siempre pensé que cuando me enamorara, iba a ser como si el mundo me explotara de la emoción. Que contaría las horas para ver a esa persona y...
—¡Eres demasiado romántica Gena! Y creo que leer tantos libros es lo que te hace sentirte así, recuerda que todo eso es ficción, la realidad no es tan perfecta como lo es una novela de amor.
Las palabras de Linda eran contundentes, en su mente comprendía lo que su hermana decía y le daba la razón. Pero su corazón, ese sí que no aceptaba lo que su hermana decía. A Gena le daba miedo todo, y más la confundía el pensar que el sentimiento de miedo e inseguridad, y que no le dejaba ver su futuro como hubiera querido verlo, era el miedo que sentía por pensar en lo que pudiera pasar cuando Rodolfo descubriera su secreto. Pero también el ver el ejemplo de matrimonio y verdadero amor, que reflejaba el de su amiga Regina, quién sin necesidad de que lo dijera, se les notaba a ambos que estaban enamorados y que a pesar de los problemas eran felices.
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CERCA DE TI
RomanceHay promesas que aunque parecen simples jamás se rompen, e historias de amor que perduran toda la vida. A Gena jamás le explicaron sobre la posibilida de seguir amando más allá de la muerte, hasta que conoce a Ricardo. Un joven de distinta clase so...