Capítulo #3:
Vanessa:
—¿Ya? —Siento gritar a Ilian desde la puerta de la taquilla—. ¡Voy para allá, llévala al Central!
Apenas tuvimos acceso a los teléfonos recibió una llamada de su suegra. Su esposa estaba al dar a luz. La noticia lo conmocionó de más.
—¡¿No faltaban dos semanas?! —grita por segunda vez—. Estaré en cinco minutos ahí.
Corta la llamada y nos observa a todos en busca de consuelo ante su creciente nervio.
—¡Felicidades papá! —comenta Víctor, abrazándolo e inevitablemente siento una punzada de envidia es mi estómago.
—¡Dios mío! ¡Ya viene el bebé! —chilla como si no lo creyera antes de salir corriendo al parqueo. No sin antes aceptarle el abrazo a mi amigo.
—¡Llama cuando nazca! —dice mi amigo antes de tenderme un brazo por arriba.
Justo en ese momento y por la misma puerta que ha salido el eufórico joven aparece Antonio, quién trae el ceño apretado. Parece haber tomado un baño aquí y va semidesnudo. Etá totalmente lleno de tinta.
Desde que llegamos me ignora por completo —cosa que agradezco—. Luego de saber que el niño de Ilian ya viene tengo esta punzada de celos en mi estómago.
—Nessa, ¿estás lista? —pregunta Vic cuando cierro de golpe mi taquilla con mis cosas en las manos.
—Sí, vamos a casa —pido.
Antonio:
En silencio me quedo momentáneamente solo en las taquillas y no puedo evitar tener una sonrisa estúpida en mi cara, una como hacía tiempo no la tenía, de aquellas que dan gusto.
Sin dudas la mejor decisión que he tomado en mi vida fue ducharme hace unos minutos. ¡He podido y de qué forma! Fue intenso, caliente, rápido, dulce para mí. Me siento tan bien de que haya ocurrido que no me molestaría repetirlo. Eso sería pedir demasiado. Antonio Ross, eres un hombre de suerte limitada.
Me dispongo a salir cuando mi celular comienza a sonar. Solo hay una persona que me llama y estoy seguro de que le gustará saber la buena noticia.
—Hey —suelto—.¿Qué tal todo en casa?
Riendo como un adolescente, salgo al parqueo y desactivo la alarma de mi auto. Luego me monto en él.
—Todo bien. —La voz de Derek parece contrariada, extrañada de mi afabilidad—. Al parecer a ti todo te va mejor. ¿Qué sucede?
—Digamos que, pude hace un instante.
Mi hermano no habla nada ante mi confesión. Ni siquiera siento movimiento por la otra línea, solo el crujir de algo en su boca.
—¿Eres consciente de que no tienes que contarme cada vez qué...
Activo el sistema de manoslibres y arranco el motor del auto. Detesto que utilice cualquier expresión.
—Soy tu hermano, no tu chica y tengo estómago —prosigue.
—Pensé que te alegraría por mí.
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Mackenzie [✓] EN EDICIÓN
Action|Historia +18| «No hay otro infierno en el que quiera estar que no sea aquí, ardiendo contigo» Ella quería cumplir un sueño que no era suyo. Él deseaba sacarla de su camino. ¿Cuál de los dos estará dispuesto a ceder? Esta historia se encuentra bajo...