Día 14 (PARTE I):
Vanessa:
Abro los ojos sobre mi cama preguntándome si por fin el día llegó. Un mes, todo un maldito mes encerrada aquí en el departamento sin salir de misión o a dar un paseo. No he tenido muchas ganas de hacer nada desde la visita de Angie me quedé demasiado pensativa con el asunto misteriosos del que tenemos que hablar. A la mañana siguiente ella me llamó a mi celular y me dijo que por motivos de trabajo tanto suyos como de su esposo estarían fuera del país una temporada. Quise preguntarle si no podía contarme el secreto de Antonio por llamada, pero eso me haría ver desesperada por conocer, era lo último que quería, aunque de verdad así me siento.
No es que me importe conocer algo de él por los motivos que Mía ha estado insinuando semanas, sino es que me llama la atención que evite el tema a toda costa. El jueves de la segunda semana una mañana igual a esta, recibí un texto del doctor diciéndome que en este mes recibiría el tratamiento de inseminación, la fecha, día 25. Todavía no me lo creo ni sé que hacer. Solo pude comenzar a llorar de emoción preocupando tanto a Derek como a Vic, ambos me dieron las felicidades hasta me hicieron un desayuno especial. Justo cuando se fueron me comuniqué con Antonio teníamos una cita para comenzar a rellenar los formularios, no sabía la manera de decirme que se alegraba por mí.
Sin dudas, el hecho que me desarmó fue cuando entró casi cojo en un bar en la otra punta de San Diego. Venía apoyado en un bastón y la mayor parte del tiempo se sentó sobre sus rodillas. Lo saludé con cariño, hasta un beso en la mejilla le di porque mi emoción era demasiada como para pensar en el peligro. Sé que con él no tengo que temer porque fue sobrio y yo igual. No había posibilidad de tener algo delante de varios hombres más. Nos sentamos en una mesa discreta, no avanzamos casi nada. Por petición suya, casi contra mi voluntad iniciamos de detrás hacia adelante, sé que está evitando la pregunta cinco con uñas y dientes.
Creo que notó la inconformidad en mi cara, sin embargo, no dijo lo más mínimo. A través de los papeles confirmé que antes de la enfermedad Antonio fue un mujeriego bastante entregado al arte del sexo. Tenía relaciones sexuales casi a diario, con posiciones sexuales extrañas y en lugares que difícilmente me cuesta imaginar. Lo raro del asunto fue que me resultó totalmente normal platicar de esos temas con él. Sentí mucha confianza me di cuenta que provino de ambas partes.
Nos reunimos una segunda vez en ese mismo lugar, pero había un partido de fútbol por lo que acabamos sentados en una estación de bus conversando de la unidad. Antonio resulta ser un hombre interesante cuando no está enfadado. En más de una oportunidad ahí las cosas se pusieron incómodas para él, sobre todo al decirle que había sigo mi segundo hombre en la cama. Asumía que lo sabía y por ello lo solté como parte de una broma que se volvió de mal gusto, a los pocos minutos nos estábamos riendo. Compré para los dos una especie de almuerzo en Monet, descubrí que desde que había comenzado a tomar no le gustaban las cosas dulces, comenté que eso era parte del proceso de alcohólico. Se lo tomó como un chiste y con sus dedos apretó mi nariz. El mero contacto con su cuerpo me hizo estremecer por el pánico.
En todos los años que tengo de vida nunca había escuchado a un hombre disculparse tanto, hasta me dijo que podía ir al baño a lavarme que no lo había hecho por mal ni mucho menos con ninguna intención sucia, solo pensó que sería algo agradable. Se movió hasta de mesa para terminar de comer, yo me senté junto a él en el otro puesto. Ya entiendo como funciona con él no puede beber ni podemos encontrarnos de noche ya que esto hace que las hormonas se nos alteren así que creo que de día podemos vernos en la habitación del motel.
Le planteé la idea y le encantó, aunque cinco minutos después comenzó a decir que él estaría gritándome las respuestas desde el baño en lo que yo me sentaba en la cama no quería correr ningún riesgo. Explicarle que estar borrachos es la causa de los problemas pareció tranquilizarlo bastante, me juró que no tomaría antes de las traducciones, creí en su palabra diciéndole que si lo hacía yo me encargaría de no ir nunca más. Estuvimos de acuerdo.
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Mackenzie [✓] EN EDICIÓN
Azione|Historia +18| «No hay otro infierno en el que quiera estar que no sea aquí, ardiendo contigo» Ella quería cumplir un sueño que no era suyo. Él deseaba sacarla de su camino. ¿Cuál de los dos estará dispuesto a ceder? Esta historia se encuentra bajo...