Día #13:
Vanessa:
Reviso por segunda vez mi bolsa cuidando de que no se abra la caja de comida cruda que compré con el dinero del pago. Nunca viene mal un poco de efectivo y ahora que ya la pandemia ha pasado las cosas están mejorando cantidad, me siento hasta libre de salir a la calle sin el bendito naso-buco. Acordé con mi padre este día para reunirnos a cenar en su casa, exactamente a 48h de todo el tormento de la unidad y de cuanto desastre se me pudo ocurrir vivir en ese tiempo. Confieso que luego de la conversación que tuve con Antonio me siento un poco más calmada de lo que pasó, aunque no me ha dicho nada para las traducciones sé que mi decisión a largo plazo será la acertada.
Vic y Derek hoy cumplen creo que dos o tres meses de relación, lo sé ya que acompañé a mi mejor amigo a la tienda de ropa masculina con el fin de escoger algo para papá y acabó contándome que quería regalarle a Derek un detalle que fuera lo suficientemente imponente como para dejarlo boquiabierto por el resto del mes. Inicialmente le mencioné la idea de hacerle un stripper, pero me dijo que no ambicionaba repetir presente, ahí entendí que no fue buena idea desayunar antes de ir a esos menesteres.
A las 10:00 estábamos en la disyuntiva de que si comprar ropa era una buena idea. Para mi suerte salí de dudas rápido cuando mi padre me envió un mensaje diciéndome que nada de camisetas, corbatas, pantalones, zapatos o cualquier otra prenda absurda que mejor pensara como mi madre. Entendí su indirecta manera de decirme que deseaba como regalo un perfume y una caja de chocolates, la cual es estrictamente para diabéticos ya me recriminará, le estoy cuidando su salud sé que en el fondo lo aprecia.
Pagamos todo y salimos a comer algo, comenzó mi mejor amigo a cometer el terrible error de comparar sus encargos con los míos para las 11:00 nos encontramos pagando dos camisetas, tres pantalones y condones con sabor a piña, juro que no quería preguntar, así que aproveché para comprar algunas cosas en la farmacia como pruebas de embarazo que pudiera necesitar dentro de poco, tampones, pasillas contra los cólicos menstruales, algo para el dolor de cabeza y demás que ya guardé. Además de pasar por la parte de los alimentos para reabastecer la nevera es normal que siempre tenga la necesidad de estar surtida de esto porque mis dos atletas sexuales favoritos saben cómo comer bien.
Regresamos al departamento a las 12:00 y para ese momento junto a mí en la parte trasera del vehículo iban más bolsas que en el maletero. Fue que aproveché para devolverle el efectivo del departamento, el que aceptó de mala gana y me dijo que lo invertiría en comprar algo para Estupiñan. Juro que cuando me platicó que así le quería poner a mi bebé casi tuve un ataque nervioso ¡¿A quién demonios se le ocurre ponerle a un niño de esa forma?! Se argumentó conque había leído un libro donde el protagonista se nombraba de esa manera, naturalmente lo desmentí, el texto más largo que ha leído Víctor Baker fue un mensaje por su cumpleaños que le envié una vez que estuve en la Academia sin poder salir y quería desearle lo mejor en esa fecha tan especial.
Lo cierto es que ahora estoy regresando de la peluquera me hacía falta cortarme un poco las puntas. Me alegró mucho que el negocio de la señora al que desde hace años voy estuviera abierto y sin estúpidas restricciones de seguridad, porque de veras quería verme espléndida. Supongo que lo logré cuando varios chicos me han dicho cosas poco apropiadas en el corto trayecto. Decidí rizarme las puntas, ahora caen como cascadas turbulentas en los hombros, depilé mis cejas y realicé una limpieza de cutis. Sé que a Vic le encantará como me veo, pero me siento como un payaso en el fondo hacía años que no me arreglaba tanto y menos para una comida con mi papá. Se va a alegrar de verme así, estoy demasiado parecida a mi madre.
Me detengo en las escaleras y rebusco la llave entre mis cosas, sé que mi celular estuvo sonando durante el turno con la peluquera no atendí ya que la joven latina que me estaba maquillado se encontraba hablándome sobre lo lindo que es este país, pero cuando supo que era militar su trato cambió considerablemente, se volvió fría y distante. Tuve que sacar la carta de mi nacimiento en Cuba para que regresara a ser la chica afable de antes, los soldados en cualquier parte del mundo tenemos fama de inhumanos e insípidos, no es tan así en el interior somos personas como otras cualquieras. Mis yemas alcanzan las llaves y me dispongo a sacarlas cuando el vibrar se reanuda, debo contestar puede ser mi padre. Extraigo también el móvil, sin ver quien es pulso contestar.
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Mackenzie [✓] EN EDICIÓN
Aksi|Historia +18| «No hay otro infierno en el que quiera estar que no sea aquí, ardiendo contigo» Ella quería cumplir un sueño que no era suyo. Él deseaba sacarla de su camino. ¿Cuál de los dos estará dispuesto a ceder? Esta historia se encuentra bajo...