Mackenzie [✓] EN EDICIÓN

Capítulo #28:

Día #8 (PARTE I):

Antonio:

-No, Sargento pase -Indica Baker sorbiendo por su nariz. Sostengo la estúpida botella entre mis dedos, necesito que Der interfiera, ya tendré tiempo de gritarle por haberme hecho pasar por esto. Esta no es manera de ponerle presión a la pelirroja y me encuentro bastante afectado tras escuchar lo que se dijeron -, siéntase cómodo, enseguida regreso.

Deteniéndome observo como Víctor ve la escalera por la que ha subido Vanessa, en la cima está acomodado Derek rascando su nuca, el primero suspira caminando a la cocina, le ignoro. Esta clase de peleas deben ser incómodas para el segundo. Es una casa que no es suya, es su chico, pero ella no pasa de ser su subalterna, este tipo de espectáculos no le rondarían si estuviera en su departamento.

La mano de mi hermano me indica que me acomode en el sofá, le obedezco sin rechistar, las cosas en este sitio no están como para mis demandas. Vanessa fue demasiado clara, no le interesaba en absoluto acostarse con Maxwell, sino el semen que tenía, quiere ser madre. Es una locura, la hará salir de SEAL automáticamente, me alegra, sin embargo, una extraña sensación se me ha quedado en el pecho, no es compasión ni nada, no sé cómo describirla, es una enorme masa de <<algo>> grande, anidándose entre mi garganta.

Un pórtico en el área superior se abre y es tirada segundos después. No es muy difícil deducir que la taheña es la causante del estruendo. Derek en conclusión se pone en pie descendiendo a pasos rápidos.

Bajo mi cabeza apoyando mis nalgas en el cómodo sofá, dándole la espalda a lo que parece ser una mesa de medallas. Las vi la primera vez que vine aquí y confieso que jamás me imaginé poniendo mis pies en este departamento otra vez, han pasado meses de ello, para la fecha estaría todo olvidado si no continuara metiéndose en mi vida, yo también tengo culpa de que esto no haya finalizado, acepté su ayuda y estoy aquí hoy todavía con ganas de que note la presión que le trato de realizar para nuestras traducciones. Mi hermano cae a mi lado quitándome la botella de ginebra de entre los dedos para colocarla en el suelo, más que un acto de compañerismo es simbólico, detesta verme con alguna. Si me viera ayer sufriría un ataque.

Antes de salir limpié la pared del vómito, lavé algunos desastres más que realicé anoche y comí. Estaba pálido, mi estómago reclamaba a gritos nutrición. Compré un emparedado en una tranquila cafetería próxima aquí. Lo cierto es que tuve que adquirir otro. Un café sin azúcar fue lo que me hizo bajar los alimentos, me hallé satisfecho tras eso. Fui a la licorera para no llegar sin nada y pagué por un ánfora de ginebra, me contuve de tomarla camino acá, mis actos de ebrio son en privado, ahora que mi hermano mayor se olvidó de mí me puedo dar el lujo de hacer con mi vida lo que se me dé la gana, ya no hay nadie a quien decepcionar, porque de mí no espero ningún mérito significativo desde mis 15 o 16 años.

Vestida con un pantalón de mezclilla con bolsillos en los costados desciende Vanessa Mackenzie las escaleras. Están decorados con un pequeño brillo dorado en los costados, no puedo evitar mirar lo bien que se le ve el cuerpo con esa ropa, usualmente siempre utiliza vestidos horribles, con pants y cosas cortas esta mujer fácilmente levantaría no solo miradas. Lleva una camiseta negra de mangas largas la que tiene en la parte delantera el estribillo de Bohemian Rhapsody, su busto choca con la tela, salta con cada paso que da descendiendo los escalones, ¿no lleva sujetador?

Mi hermano la observa detenidamente cuando se inclina a su lado para tomar el bolso que lleva a todas partes. Su cara está roja, algunas lágrimas bajan por sus mejillas, con su lengua muerde esos labios que tiene, ¡y que boca!, no lo puedo negar así arreglada se ve sexy, aunque las hay mejores, por ejemplo, una rubia con la que estuve una vez a mis 16, si era una dama digna de hacer gemir. Niega con la cabeza y es solo entonces cuando su carabina se vuelve.