Capítulo #35:

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Día #10 (PARTE I):

Vanessa:

Entro al departamento tarareando la letra de Radio Ga-Ga. Me parece que todo con Antonio quedó resuelto para mi salud mental, tiene la pesquisa precisa de la cuestión, arreglé su día y él se interesó por el asunto de mi embarazo. No tengo todavía clara las opciones con ello, pero le di el norte que leí en Internet. El viaje de vuelta a mi vivienda fue tranquilo acordamos reunirnos pasado mañana. Así yo tendría la información que nos hace falta de mi más grande anhelo. Bajamos 30min antes de lo previsto y para mi asombro nos despedimos con un beso en la mejilla. Un Antonio diferente cruzó la puerta de ese hotel tan pequeño y discreto, uno que jamás había visto, riendo, saltando, hasta me examinó si entendía de futbol, no fue sarcástico ni un soberbio idiota. Su actitud esta mañana me demuestra por millonésima vez en mi vida que tiene un carácter volátil.

Empujo el pórtico de mi depa meditando cada argumento. Le pasé un mensaje a Héctor preguntándole si no le parecía excelente recogerme en casa, accedió encantado, no quiero ir tarde a más ningún lugar. Siempre es un primor conmigo, le adoro porque últimamente nos compenetramos de una manera absoluta.

Confieso que tuve muchas intensiones de examinarle a Antonio por qué se encerró en el baño o que hacía en el piso al despertar, contuve la curiosidad estoicamente fue caballeroso en las horas de tertulia, para qué tentar la poca suerte que tuve. Creo que es la primera vez en los meses que nos conocemos que se diría tuvimos una conversación civilizada como dos adultos. Su temperamento me irrita desde que le veo aproximarse. Hoy fue distinto, incluso ese sujeto que se sentó a mi lado con mi computador era otro, no el amargado Sargento Mayor que me odia. No lo refuto me cae bien el hombre que se vuelve cuando no tiene ataques de machismo. Hasta me salvó de una fatiga, sacó por deducción una cosa que nadie está dispuesta a analizar.

-Hey Nessa -Giro mi cuello por el llamado de mi mejor amigo. Está muy cómodo en el sofá con un pantalón blanco y sin camiseta, a su lado Derek quien viste bastante elegante, una camiseta azul a cuadros negros de mangas larga junto a un pantalón a juego en el primer tono de la pieza superior. Me asombra lo arreglado que van para un partido de futbol con individuos que ven los días en el trabajo -, ¿comiste en la calle?

-No -Le respondo cerrando, esta zona es muy tranquila, igual soy precavida -, me cambio y en dos minutos estoy preparando algo -Deben tener hambre. No hice desayuno al despertarme, por culpa de una puntualidad que ni él cumplió, noté que también estaba llegando tarde. Por esa causa fue que no peleó más de lo habitual. No tenía la moral para sacarme en cara la tardanza, aunque luego del día que vivimos pongo en duda lo demás.

Vic niega con la cabeza separándose un poco de Derek, luego el segundo palmea entre ambos señal de que quieren que me acomode. No estoy para interrogatorios en este momento, irme poniendo una excusa levantaría sospechas, verán fantasmas en donde no hay ni sombras. Víctor terminará comunicando a mi padre y descubrirá que no me veo con el uno al fingir tener planes con el otro, así que mejor afronto lo que se me viene encima. Muevo mis piernas hasta la isleta de la cocina donde cuidadosamente dejo mi computadora, es nueva no me gustaría tenerla que tirar por un golpe que recibió, en el taxi suficiente recelo tuve con ella.

Después avanzo hasta mis acompañantes los que advierten mis gestos con sus miradas. Caigo en el mueble en cuestión de segundos libreando un bostezo. De no haberme encontrado sola con Antonio en esa habitación todavía estaría rendida, en 5 años por algún motivo no había alcanzado tal grado de profundidad en las noches. La pareja de mi amigo me tiende una caja de comida china todavía caliente, al parecer hoy escaparé del almuerzo y nada más elaboraré la cena, no me molesta en absoluto.

Mackenzie [✓] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora