Capítulo Final:

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Capítulo Final:

Antonio:

─¡Hijo de puta! ─Giro mi cara en dirección a la puerta del hospital para que un puño se incruste directamente en mi rostro.

Hace siete horas que llegamos de la misión y vinimos directo al hospital, Derek, Baker y yo. El padre de Vanessa llegó antes que nosotros y apenas me vio me aventó un golpe igual. Toda la unidad descubrió lo que pasó cuando el helicóptero se fue con Vanessa y con Ilian quien la acompañaba. La palabra asesino me retumba en la cabeza tanto y tan seguido que ya casi no puedo respirar.

Derek me lo contó, me dijo el motivo por el que Vanessa y él peleaban. Cada una de las fibras de mi corazón se me paralizaron de momento, caí sentado en una silla al igual que el señor Mackenzie. A Víctor lo sacó su hermana del hospital cuando casi golpeó a la recepcionista que no tenía ninguna información. Todavía no puedo creer que esto me esté sucediendo precisamente a mí. Desde el momento que me contó que existía la posibilidad de que fuera padre no he podido decir una palabra, he estado temblando todo el rato. Hasta que fui al baño y vomité la bebida.

Juro por mi alma que nunca más me voy a beber una copa. Tengo que tomarme los AA en serio porque ahora soy consciente que tengo un problema. Si eso no es suficiente me internaré en una clínica de rehabilitación, haré lo que sea con tal de estar limpio para conocer a mi hijo.

Nunca voy a entender por qué no me lo dijo. ¿Tanto miedo le daba? Jamás la dejaría sola con un niño y formar una familia con ella es la cosa más atractiva del universo. Si me perdona haré la rehabilitación, nos mudaremos al campo y tendremos 10 hijos. La haré la mujer más feliz de la tierra, realizaré lo que quiera con tal de tenerla cerca de mí, pero debe darme el permuso. Esta vez sí que cumpliré lo que prometí, yo velaré porque mi adicción se cure, cumpliré con cualquier cosa.

Desde que entramos al hospital solo supimos que estaba siendo examinada y luego que estaba en cirugía. Preguntábamos por el bebé, la enfermera no nos quiso dar la información porque la propia Vanessa pidió que a ninguno de los que estuvieran aquí fuera se le dieran datos de su estado de salud. Sé que lo hizo porque está molesta, vamos a superar esto. Ella es la mujer más fuerte de la tierra, Vanessa va a salir adelante porque todo lo que se propone lo logra. Mi hermano me dijo que cuando esto terminara no quería saber nada más de mí, Angie en cambio ─la cual llegó con Mía─, trató de calmarlo. Mi hermano tiene razón al quererme lejos. Yo quisiera estar enterrado de mí mismo ahora.

La enrojecía cara de la Sargento Ingrid Rojas es lo primero que veo frente a mí después de recibir el puñetazo que me sienta. A su lado van dos hombres uno que lo conozco de sobra, es rubio con los ojos café, es el Sargento Mayor del Cuerpo de Marines Alexander Rojas. El chico que hay a su lado es exacto como él, aunque un poco más bajo. El esposo de la endemoniada mujer sostiene a esta por sus brazos la que avienta patadas al aire. Algunas lágrimas recorren mis mejillas con pena y dolor, no he tenido informaciones de Vanessa, quiero ser yo quien esté al borde de la muerte y no ella con mi hijo.

Una parte de mí se siente sobrando aquí, el 100% de los presentes quieren matarme. Mía Baker escupió mi cara cuando tuvo oportunidad, dijo que solo era un estornudo, está claro que no es así, Angie tampoco es la misma, sé que mi chica y ella tuvieron diferencias, pero Angie tuvo la culpa. Víctor no puede mirarme a los ojos sin ponerse en pie para salir a gritar. Mi hermano, el ser que más amo en la vida me desea enterrado, el padre de Vanessa no hace más que llorar, sobre todo luego que se enteró que su nieto también estaba en peligro.

Fui a la capilla de la iglesia a rezar y no pude hacerlo. Sentí como si Dios también estuviera enojado conmigo. Me senté ahí en uno de los bancos a llorar desconsolado. Era el único que estaba presente así que lo hice sin ninguna vergüenza. Pedí por mi hijo y por mi chica para que nada les pase. No me perdonaría si a ella le ocurriera algo. En ese minuto sentí como si mi madre estuviera cerca de mí, una parte grande de mi corazón desea pensar que se sentó a mi lado porque cuando se me acabaron las lágrimas que salimos de ahí sentí una fuerza extraña invadirme el alma.

Mackenzie [✓] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora