Capítulo #16:

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Día #5:

Vanessa:

Me bajo del taxi en un suspiro, tuve que ser muy fuerte en el final de la misión entregando a la pequeña Ha... Maya a su madre. Ya nunca más la voy a ver y ella no me recordará posiblemente pasado mañana, pero esa niña llegó a mi vida en el momento que más falta de hacía, de no ser por ella no sé qué hubiera sido de mí. Pensé que Víctor me apoyaría siempre, no lo hará más.

Entre mis planes para hoy está buscar un nuevo departamento. Nunca en mi vida he hecho algo así porque Ash fue quien se ocupó de todo cuando nos casamos. Debí ayudarlo, no dejarle esa carga. Tuve que venir a casa con el uniforme puesto que la pequeña estaba utilizando mi vestido, no me interesa, lo haré llegar antes del próximo turno limpio y listo para la acción. No vi cuando Baker salió, solo tomé un taxi hasta aquí.

La ciudad está clara, hay sol, aunque la temperatura ha refrescado bastante, quizás unos 23ºC, nada que me pueda quitar el sueño «Claro» espeta sarcástica mi subconsciente. Tuve que cruzar alguna que otra vez en el viaje de regreso miradas con Antonio, quien ni siquiera medió una sola sílaba con nadie, era como si algo después del interrogatorio hubiera cambiado dentro de él. No quise preguntarle a Flandes que ocurría ahí dentro cuando salió con Maya ya que sería muy indiscreto de mi parte.

Douglas nos dijo que la misión ya no nos consentía puesto que el maldito demonio que íbamos a capturar distribuiría la mercancía por Suramérica, por lo cual otro escuadrón con mejores condiciones debía ocuparse y para ello tenían que reagrupar a varias personas.

─Nessa ─Siento una voz a mi espalda. Si vivimos bajo el mismo techo es normal que nos encontremos, por fortuna será por poco tiempo.

En una semana estará mi primer pago como tal, utilizaré ese dinero para rentar lo primero que aparezca y pueda pagarme. Como si tengo que mudarme para las afueras de la ciudad, en cualquier lugar lejos de él.

─Nessa, por favor espera ─Me habla Víctor tomándome por la mano, me libero para observarlo.

─¿Qué? ─pregunto rebuscando en mi bolso las llaves. Entraré al depa subiré la escalera y me encerraré en la habitación hasta que mis ojos se sequen. Siento que necesito expulsar mis lágrimas aquí y ahora.

─Lamento lo que dije en el trabajo ─inicia cuando entramos al edificio comenzando a subir las escaleras. Yo delante y él justo siguiéndome.

Me encuentro agotada. Además de que creo que debería bañarme anterior a tenderme en la cama. En SEAL las duchas estaban ocupadas y no quería correr ningún riesgo. Suficiente sabía que tendría al llegar a casa.

─El tono en que lo dije fue...

─No hay problemas, Víctor Baker ─comento antes de llegar a la primera planta. No tengo idea de quien vive en ella, pero de seguro esa persona no debe escuchar nada de lo que hablamos─, estamos bien ─miento sin verlo.

─No, te conozco, Vanessa. Sé que estás molesta ─Suspira con fuerza─, cuando dije que me parecía falso que amaras a Ash no entiendo qué demonios quise decir, fuiste la que más lloró a mi hermano cuando murió ─Aprieto mis ojos para no hacerlo ahora deteniéndome frente a la puerta que me ocupa.

─Está bien, entiendo que pienses eso ─digo tratando de sonar fuerte y decidida. Espero haberlo logrado─. No te culpo.

─Nessa ¡Dios! ─grita tomándome de los hombros y obligándome a verlo.

Su reacción me deja petrificada. Durante más de 20 años he conocido a Víctor Baker, el chico de la enorme nariz y los ojos más vivaces que he visto, ese no es quien está delante de mí, claro que no su rostro se encuentra desfigurado como alguien que está destruido.

Mackenzie [✓] EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora