26. Cuando la amenaza está por llegar.

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CAPÍTULO XXIV


No hay nada más molesto que esperar a que algo suceda, Eleazar Andretti está allí con su grupo de Wirm, esos mismos con los que huyó de la cárcel Madre Infierno porque no esperaba que en algún momento saldría de semejante lugar. El demonio oscuro con el que hizo un trato dijo que debían esperar hasta moverse, de no haber sido por el bastardo del Rey Oscuro en esa hora estuvieran más lejos hasta sus verdaderos fines, lo que lo hace feliz es saber que el tipo no salió bien librado después del último encuentro.

Uno menos en el mapa para destruir a toda una Coalición de gente bastarda que no lo supo apoyar en su momento para ser el Rey de todos los malditos Wirm en Europa.

El acomplejado Wirm había conseguido venganza sobre los suyos cuando supo que un demonio milenario estaba al pie de un ataque masivo como para destruir toda una Europa. Había esperado con ansias salir del lugar donde los Sardis lo tenían encerrado y todo por creer que podía iniciar una nueva era de poder como lo habían proyectado sus ancestros.

El Abaddon como se hace llamar ha tomado esta vez el cuerpo de una de las princesas Wirm de los Sardis como recipiente de su poder y está decidido ir hacia el Atlántico para buscar a la nueva Dama Verde y hacerse con su corazón porque desde muy lejana distancia podía percibir el poder de los cefiranos.

El nuevo cuerpo de pecaminosa constitución había llegado por ellos con una trampa y terminó apresada, violada y poseída como si no valiera nada. Ahora era un cuerpo putrefacto en movimiento que cuando el padre de ella, Dante Sardis, se entere perecerá en el instante.

Eleazar sabe perfectamente que los Wirm están muy unidos a sus hijos y el sentir la pérdida de uno es como un castigo que va destruyendo el alma de a poco. El cuerpo femenino mira hacia el horizonte del Océano con ansias, con determinación y por más que haya dificultades no dará descanso de alcanzar su mayor objetivo.

Eleazar quiere huir porque sabe que el demonio tiene un poder inimaginable, pero la venganza hacia La Coalición es más fuerte que todo miedo de ser engañado y devorado por el ente. Todas las malditas cefiranas y por supuesto la organización sabría de él dentro de poco al verse libre.

Quería ir al norte para cortar la cabeza de una de ellas y el demonio prometió que cuando lograra su meta toda las manadas y clanes que protegen a la perra caerían sin contemplaciones al infierno.

Es el alba cuando el demonio se sienta a esperar frente al mar, lo que quiere más allá del horizonte hace que los demás siguiéndole en órdenes estén desesperados.

—Necesitamos movernos de inmediato, Eleazar. —Dice Aldo, el musculoso y verdoso troll le había seguido porque también quería ir a la central de la organización y matar a todos los que estén tras un escritorio dando órdenes contra todos los suyos.

Aldo gruñe al ver que no hay respuesta o movimiento por parte del demonio o del mismo Eleazar.

— Estamos perdiendo tiempo muy preciado — El enfado se hace mayor y enfrenta a Eleazar sin cuidado alguno. —En pocos meses hemos preparado un ejército, hemos localizado las bases menores y estamos aquí en esta estúpida isla esperando nada.

Eleazar suspira, Aldo tiene razón, pero no quiere que el demonio tome represalias si llega a ver qué él tampoco está de acuerdo con todo lo que acontece. No sé puede confiar directamente en algo infernal que ha sobrevivido por generaciones, nadie en su sano juicio se confía de los demonios.

—Es solo cuestión de esperar, Aldo. —Señala la macabra figura femenina sentada en una butaca en el muelle. —Dice que hay que esperar, él sabe cuál es el siguiente rumbo a tomar.

El troll gruñe otra vez de forma agresiva. —El nuevo cambio que hizo no soportará más tiempo, la princesa Wirm explotará como lo han hecho los otros.

Eleazar lo mira muy tranquilo, pero no está dispuesto a perder su cabeza. — No te preocupes, todo está bajo control.

— ¿Si te has dado cuenta que si eso llega a explotar tendremos muy serios problemas?

—Lo tengo presente.

—Entonces debes reconocer que si eso sucede los hijos de puta de La Coalición vendrá por nosotros entonces todo lo que habíamos reunido será en vano.

Otra vez el troll tiene razón, Eleazar no quiere más problemas así que le toca suspirar y mirar con cuidado la situación. Desde Irlanda Abaddon no había cambiado y eso había sido un mes cuando decidió apoderarse de Giovanna.

Todos los que esperaban ganar su propósito habían decidido llegar a una isla en las Antillas donde lo único que habían hecho era vivir en un muelle asustando y asesinando a todos los curiosos, era fácil tratar de mantener a raya a los incautos quienes creían en entidades ficticias tales como el Chupacabra.

Los únicos que saben quiénes son ellos son los santeros los cuales se mantienen vivos gracias a sus sellos esperando que nadie más se acerque a ellos o los miembros de sus villas, pues la vida es un don preciado que debe protegerse sin importar lo que fuera.

Eleazar suspira pesadamente, se pasa una mano por su cabello rojo entrecano y se dirige al ente tapándose la nariz, la putrefacción ya era insoportable, el olor de flores y cenizas de Giovanna ha desaparecido totalmente.

El ente no deja que él hable primero.

—Detén tus preocupaciones, Wirm desterrado. —La voz femenina de Giovanna se mezcla con una voz demoniaca: —No desesperes, este cuerpo todavía guarda mucha energía.

Eleazar mira hacia el horizonte, ni con sus ojos de dragón entiende lo que con anhelo mira el ente infernal. Espera en sus adentros no estar equivocado, hay mucho que hacer y todo debía salir según los planes acordados.

—La paciencia es una virtud enorme, Eleazar. —Habla sin mirarlo. —Ya vendrá el momento de movernos, todas las razas también tienen un precio y no hay oscuro que quiera ser luz.

Eleazar no entiende lo que dice y prefiere suspirar, hacer gesto de desinterés y posteriormente sentarse en una hamaca.

Será como el demonio diga, él solo iba por lo suyo.

SERIE RAZAS ANTIGUAS I: La Promesa del Rey Oscuro. *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora