14. Llegando el cambio.

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🏵️CAPÍTULO XIII🏵️

EMILIA

Una semana ha pasado y una vez más despierto con Izzie en el Trou Rouge, la habitación en la que estamos cada vez es más asfixiante que puedo percibir en mi prima las ganas de hacer una locura la cual atente contra su propia vida. Me baño, visto con un pijama sencillo y lo último que pienso es en la idea de Kaien regresando a mi tal como lo había dicho.

¿Que estará haciendo el misterioso Rey Oscuro?

Izzie y yo somos obligadas a salir de nuestra habitación para servir en la cocina y ayudar al servicio de comidas, esperan realizar un banquete donde se festejará el cumpleaños # 18 de un adolescente del cual su padre quiere hacerlo hombre al final con alguna experimentada. Como aún es temprano preferimos tomar el desayuno en el aire libre hacia el jardín que, aunque estamos vigiladas el hecho de estar afuera nos hace sentir tranquila.

Quiero decirle a Izzie que estaremos bien pero no puedo, no cuando todo ha caído sobre ella como si ella de verdad estuviera pagando por la deuda de su estúpido padre. Comemos unos panecillos con chocolate caliente y no disponemos a disfrutar sintiendo el olor de las flores, el zumbido de los insectos y por supuesto los patos llegando al lago adyacente al lugar.

Todo es como un sueño y más cuando una de las muchachas del servicio se dispone a regar las flores que brillan increíblemente con el agua.

—¡Es un milagro! — Dice la joven asombrada: —Están felices, parecen que estuvieran brillando: —Ella me mira feliz con sus ojos marrones: —Estaban marchitas desde que el hijo de la señora Debra falleció, a él le encantaba este lugar e intenté darle vida, pero...

La joven niega después de una lágrima en sus ojos y queda embelesada. Sí, todo era bonito y me siento muy a gusto, todavía más cuando mariposas de diferentes colores bailan en pleno vuelo delante de Izzie y de mí, parece fantástico e irreal.

Izzie mira con una sonrisa lo que estaba sucediendo y al siguiente momento vimos como un hombre con orejas puntiagudas llega hasta nosotras solo para entregarme un frasco de lo que puede ser miel.

—Mi señora. —Me dice el hombre de cabellos grises y ojos azules, era muy elegante por lo que en un momento imagino que quiere que Izzie o yo le atendiéramos íntimamente.

—Tenga mi presente, es para usted.

—¿Por qué me lo da? — Pregunto extrañada.

La especie de duende me ofrece una sonrisa dulce y suspira con nostalgia. —Es para celebrar la primavera, es mi ofrenda para que me vaya bien no he tenido días muy buenos.

Creí que iba a pedir sexo, eso no me lo esperaba así que me controlo y acepto su presente sin saber en realidad a que se refiere, en un segundo el hombre está brillando y mirando hacia el bosque muy emocionado.

—Soy libre, familia. —Dice a la nada. —Voy a casa.

Miro confundida, bueno por lo menos no iba a ser un día difícil cuando veo al duende desaparecer por el camino al bosque. Izzie mira con ojos abiertos y yo niego, está claro que tenemos que acostumbrarnos a ver ese tipo de escenas.

¿Cómo lo estaría pasando Kaien?

Sip, definitivamente me había vuelto loca en pensar en un hombre al cual acabo de conocer y entregarme sin pretextos aun sabiendo cuan peligroso puede ser.

— Es rarísimo todo lo que está pasando.

—Si. — Concuerda Izzie.

Izzie y yo nos levantamos de la mesa en la que habíamos estado comiendo para ir a lavar platos en la cocina cuando de repente llega Debra con su vestido de verano de rayas inclinadas.

SERIE RAZAS ANTIGUAS I: La Promesa del Rey Oscuro. *FINALIZADA*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora