🏵️CAPÍTULO XXI🏵️
Emilia
Algo no está bien a mi alrededor, intento abrir los ojos para enfocar sobre dónde puedo estar, pero al primer momento es difícil.
Bastante difícil.
Miro a todos lados y noto que me encuentro en una habitación pulcramente ordenada y limpia como si estuviese en un hospital para la gente de la alta sociedad, todo a mi alrededor es blanco y la luz del sol que entra a la habitación es más que suficiente para aportar luminosidad.
¿Por qué carajos estoy en un maldito hospital?
Y enseguida recuerdo todo con enfado en respecto a lo que pasó, la llegada al motel de Kaien fue algo que me había tomado por sorpresa y ahora estoy enojada porque pudo no sólo haber dañado a Andy sino también a mi bebé.
¡¿Andy?! ¡¿Mi bebé?!
Paso una mano por mi vientre debajo de aquella bata de hospital y me levanto asustada de la cama sin importarme que mis brazos estén cubiertos de vías intravenosas, duele al momento de sacar esos cables, pero debo salir de allí urgentemente, tengo que encontrar a Andy e irnos bien lejos de todo lo que nos amenace, no puedo dejar al niño solo.
Kaien es uno de ellos también y de seguro lo que lo primero que hará será quitarme a mi bebe, es mi instinto de madre el que me obliga a sobreproteger a un bebé no nacido y a un niño pequeño que, aunque no es mi hijo, lo siento como mío. A Andy le debo todo el cuidado de él por su mamá, por ella abrirme las puertas de su casa para atenderme y por Dios que no iba a permitir que le hicieran algo malo a ese niño.
Abro con cuidado la puerta de la habitación para ver si hay alguien cuidando la entrada, pero no veo nada, únicamente un largo pasillo donde hasta la mitad están las sillas de espera, si había huido de aquel prostíbulo podía también hacerlo en un hospital donde al parecer no había vigilantes.
¿Para qué Kaien me traería a una parte sin haber algún guardia de por medio?
Tengo que concentrarme en otras cosas, primero buscar ropa porque la bata del hospital solo cubre hasta la mitad de la espalda y aunque llevaba mis cómodas bragas de abuelita todavía me siento desnuda y avergonzada. Lo segundo que debo hacer es hallar de cualquier manera a Andy e irnos de este lugar, sé que puedo sobrevivir con Andy porque tengo dinero guardado en mi maleta.
Y enseguida maldigo porque no tengo mi maleta.
— ¿Vas a algún lado Emilia Vega Mendoza?
Quedo paralizada, esa voz me había hecho sentir cosas, pero ahora estaba asustada al punto de hacerme pis en mis bragas de abuelita. Volteo a mis espaldas y es él, me había dicho que volvería y nunca lo hizo, me habían dicho que estaba muerto y resulta que está vivo, ahora está frente a mi queriendo ser mi verdugo. Kaien está allí de pie de forma imponente con sus brazos cruzados, vestido de negro como un rey de Persia o quién sabe qué dejándome a la vista su rostro perfecto y cincelado con su pashmina sobre sus hombros.
Guapo como el demonio mismo incitándote a pecar y terrible como cuando sabes que en cualquier segundo morirás, pero como no quiero morir sino salir de allí opto por correr, aunque el esfuerzo riesgoso por mi estado de embarazo no sirve de mucho, Kaien aparece delante de mí bloqueándome y agarrándome por los brazos con sus fuertes y enguantadas manos.
—¡Suéltame! — Forcejeo con él.
Me cuesta mucho librarme de él, siento que su agarre me está lastimando y es allí cuando grito no solo de dolor sino de mucho desespero, así es como Kaien me toma sin cuidado alguno y me cubre la boca con su mano para después introducirme en la habitación donde me había dejado.
ESTÁS LEYENDO
SERIE RAZAS ANTIGUAS I: La Promesa del Rey Oscuro. *FINALIZADA*
Ficción GeneralEmilia Vega es una soñadora que con tan solo veintiún años es entregada como esclava junto con su prima Izzie para saldar una deuda que los tíos tienen con una proxeneta. Lo que no esperaba es que el lugar donde iría a ofrecer sus servicios sería un...