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CAPITULO XXVIII
Kaien
El tiempo todo lo cura, el tiempo es necesario y el tiempo es un arma de doble filo, estoy asustado por Emilia quien aún no me dice si se queda o se va conmigo, sin embargo, estoy dando todo de mi de una forma bastante entregada. Mis cartas a jugar para ganar el premio es la estabilidad emocional que le pueda brindar a Emilia para que tengamos una comunicación más abierta, una confianza más segura y una vida juntos por la que debemos luchar.
La veo bajar vestida de un conjunto de falda y camisa manga larga en color rosa bebé. Su cabello está atado en una cola de caballo, la mejoría es perfecta, está más fuerte, más hermosa y más calmada. Antes de tocar el primer escalón hacia el piso del primer nivel ella se alisa las arrugas de su falda, no es mentira, las Fae de Primavera son muy cuidadosas con la presentación y todo en Emilia luce muy bien.
Incluso con esa falda corta que revela mucha piel y esos zapatos sin tacos que la hace ver delicada. Hace cuanto no tenemos un encuentro de esos en los que ella gime y yo estoy dentro de ella.
— ¿Estás bien?
Ella llama mi atención muy curiosa y yo disimulo la situación en un carraspeo.
—Estoy bien. —Miro los papeles regados en la mesita de café y suspiro, aún no termino el jodido informe y a Aric se le ha dado por estar detrás del trasero de Samantha.
Odio momentos en los que debo hacer su trabajo.
— ¿Es de La Coalición?
— Así es.
— ¿Necesitas ayuda?
Yo niego y vuelvo a mis papeles, —Voy a terminar en unos minutos.
Se sienta a mi lado y empieza a tomar uno con sus delicados dedos.
—Esta hoja tiene el nombre de Aric Riback.
—Es su trabajo.
— ¿No debería hacerlo el?
Yo bufo, — ¿Ser oficialmente compañeros de asalto me hace saber que a la hora de escribir estoy solo?
— ¿Has comido algo?
—Arjun ya me trajo algo. —Señalo la taza de café.
—Tu no eres de café. —Ella me sonríe algo maliciosa, —Eres de tomar el té.
Me quedo frío, llevo una semana tomando tacitas de té y estoy seguro que si bebo una más vomitaré.
¡Una semana!
— ¿Te estás vengando de mi?
Ella sonríe y se coloca más cerca.
—Tu fuiste el de la idea y el té nada que desaparece de la alacena.
—Tu me dijiste que querías té.
—Pero no puedes considerar todo lo que te diga cómo algo concreto.
—Tengo que saber tus gustos.
—Vengo de una familia humilde, Kaien. —Me dice, —No esperes a que me deleite con las exageraciones.
— ¿Entonces qué quieres?
—Cosas sencillas, que vengan del corazón y que me hagan mantener los recuerdos para mí.
— Tendrás que ayudarme porque sencillo no soy.
Ella me mira y sonríe, —Si, ya se que vienes de la realeza dónde te sirven con cuchara de oro y duermes con algodón egipcio.
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SERIE RAZAS ANTIGUAS I: La Promesa del Rey Oscuro. *FINALIZADA*
General FictionEmilia Vega es una soñadora que con tan solo veintiún años es entregada como esclava junto con su prima Izzie para saldar una deuda que los tíos tienen con una proxeneta. Lo que no esperaba es que el lugar donde iría a ofrecer sus servicios sería un...