🏵️CAPÍTULO I🏵️
Emilia
La misa por los diez años de aniversario de la muerte de mis padres no duró mucho, la iglesia fue testigo de la cantidad de desagradecidos que pueden existir en esta vida y no tengo porqué callarlo. Mis padres no fueron perfectos, pero habían sido personas muy dedicadas al servicio de la comunidad latina y hoy esa gente a la que le dieron una mano en un país extranjero no están presentes en el acto de memoria.
Si quiera Tristán quien fuera el causante de la muerte de nuestros padres llegó al acto.
Otra anotación más para el hijo perfecto.
Mi hermano es seis años mayor que yo y aunque está en el ejército tiene la habilidad de ser un verdadero imbécil, desde la perdida no ha hecho más que mandar mensajes que nunca respondo y entiendo que llamarlo familia es molesto. Creo que mis diferencias con el sumaron de forma negativa cuando dejó abandonada a su novia Jade Evans quien a esta hora está pagando por el grupo de músicos de cumbia quienes hicieron una aparición extra al que fuera el fanático número 1 del género, Don Roberto Vega.
Jade no es católica, pero por respeto a mí me acompaña a la iglesia todos los domingos pidiendo ella por el regreso de un hombre que no la llama y no la escribe, probablemente tampoco sepa que la rubia de ojos azules se casó casi a la fuerza con un hombre que sus padres ricos escogieron. Ella es hermosa, viste de marca, pero su corazón desborda humildad, sencillez y por supuesto una confianza absoluta para llamarla mi mejor amiga aun cuando sus padres le hayan colocado la prohibición de verme porque según ellos yo no pertenezco a su estatus social.
— Debimos haber hecho una misa privada. —Me dice ella mientras recoge su bolsa palo rosa que combina con su conjunto Chanel de falda y camisa con la burla de un collar de perlas adornando su cuello.
—Era de esperarse, ya nadie recuerda a los Vega Mendoza.
Ella me mira indignada ante mi afirmación y luego suspira: —Puede que sea cierto, pero por lo menos están en nuestros recuerdos.
Ella me abraza y me da una voz de aliento lo cual nunca está de más: —No estás sola Emilia.
—Contigo nunca lo estoy. —Dejo de abrazarla y aunque quiero llorar lo mejor es sonreír porque siempre hay un mañana.
Jade mira a todos lados y luego niega rápidamente, se lo que quiere decir y yo solo trato de no ser grosera, pero alguien tiene que hacerla entrar en razón.
—No va a venir, Jade. —Adelanto unos pasos para señalarle que debemos irnos y ella se ve afectada: —No sigas esperando por él, Tristán no va a regresar y por si lo olvidas estás casada.
—Pronto me divorciaré. —Su argumento me deja sin habla: —William y yo no seguiremos casados y ya solicité un abogado.
Abro mi boca sorprendida, no sé qué decir.
—Lo descubrí siendo infiel y aunque debo decir que no sentí celos lo que me indigna son sus mentiras.
Voy a decirle que lo siento mucho, pero ella decide negar con la cabeza y suspirar con cierta pesadez.
—Ese es otro tema que tocaríamos en un momento menos estresante. —Me dice: —Pero en realidad me refería a tus tíos y a Isabela.
¿Para qué mencionar a ese trío de degenerados? Mi tía es hermana menor de mi padre, la circunstancias de crecer sola es tener que soportar a una mujer de mala clase junto a su esposo "un don nadie" y una hija con dudosa reputación, si viviéramos de ello los Vega que quedamos en Riverstone seríamos ricos.
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SERIE RAZAS ANTIGUAS I: La Promesa del Rey Oscuro. *FINALIZADA*
General FictionEmilia Vega es una soñadora que con tan solo veintiún años es entregada como esclava junto con su prima Izzie para saldar una deuda que los tíos tienen con una proxeneta. Lo que no esperaba es que el lugar donde iría a ofrecer sus servicios sería un...