16. Primera advertencia

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Amber.

Ya era medio día ya me había bañado y vestido para hacer el trabajo de hoy, me sentía cansada, esa siesta que tome en la mañana no ayudo mucho que digamos. Como casi siempre me vestí de negro y amarre mi cabello en una cola alta y me maquille.

le envíe un mensaje a mis hermanas para decirles que me vieran en el despacho ya que necesitábamos hablar.

Baje las escaleras y me dirigí al despacho, ya dentro me senté en la silla acolchada frente al escritorio y empecé a investigar a mi socio Elias Thompson, busque noticias y recientes para entender un poco por qué papá le quiere dar un susto, esta es la parte buena de ser alguien famoso, todos se quieren meter en tu vida y buscar secretos y chismes, aveces lo odio, pero me funciona si necesito información.

Llame a Apolo, quien era un hacker y me informara sobre la seguridad del edificio donde iríamos hoy, el logro entrar a las cámaras de seguridad y cuando ya estuviera en el lugar el las apagaría, tendría como una hora y algo más para hacer el trabajo.

Luego solo mire noticas y observe en una página los hijos de Elias no estaban en el país, tampoco su esposa, claramente los conocía y sabi sus nombres, sus hijos son mellizos, Michael y Megan, su esposa se llama rubí, siempre he dicho que me gusta mucho ese nombre, pero la cuestión era que si los no estaban en el país Elias no sabría específicamente donde se encontraban ellos, a menos de que hablaran por teléfono, así que le envié un mensaje a Apolo diciéndole que bloqueara la señal del celular de Elias desde esta hora, así no se comunicarían.

— pase— dije escuchando la puerta que habían tocado, salí de las páginas de la computada y la apagué. .

— Cuéntame, que ocurre en el mundo, Amber— dijo Anya entrando con una sonrisa mientras se sentaba cómodamente en el sofá— ¿que haremos hoy?

—...bueno iremos a las oficinas Thompson, vamos por nuestro querido socio, es solo un susto...es sencillo— dije relaja, mis hermanas asintieron— tiene una esposa se llama rubí y mellizos Morgan y Michael.

— bien... ¿puedo hacer yo el trabajo?— dijo Alex.

— no... de hecho le acabo de preguntar a papá y me dijo que yo lo tenía que hacer... quería poner a unas de ustedes ha cargo pero no me dejó— se notaba la desilusión en la cara de Alex— ¿qué hora es?— dije mirando a Anya, esta vio la hora en su teléfono.

— 12:59— asentí.

— por cierto el trabajo es a las 2:00—dije parándome, vi a mi hermanas, están relajadas— muevan el trasero, tienen que vestirse— ellas se pararon de las sillas y salí de mi oficina— yo manejo— agarre las laves de la camioneta.

Fui a la cocina por un helado, luego fui a la sala y puse netflix.

Vi la hora en mi teléfono y eran la 1:40, suspire y subí las escaleras.

Fui a mi habitación y agarre un bocina, salí de mi habitación, me recosté de la pared, puse la bocina a la altura de mi cadera y la presioné.

«detesto ese sonido pero es la única manera de que mis hermanas salgan de sus habitaciones corriendo»

— ¡salgan!— grité luego de que presione la bocina, mis hermanas salieron de sus cuartos ya vestidas iguales a mi y bajaron a la sala.

Bajé luego de ellas y empecé a reír, mis hermanas me miraron y fruncieron el ceño.

— ¿que? Solo fue una pequeña broma— Alisha suspiro y se empezó a reír, Anya le siguió y luego Alex.

—bien, vámonos que es tarde.

La heredera de la mafia (terminado, pero en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora