61. El Hilo

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Amber.

La muerte.

He visto muchas y he provocado todas. A veces la culpa me ha dejado destrozada y me he preguntado ¿a donde van? Y no encuentro respuesta.

Quizás sea solo el descanso eterno, quizás reencarnemos. Tal vez vallamos al infierno y si exista un cielo. Pero lo único que se es que todos moriremos y eso nadie lo puede evitar, solo provocar que nos vallamos más rápido, hacia donde sea que vallamos.

La vida.

Todo lo que uno hace en esta vida se paga, así sea bueno o malo y todo se devuelve el doble, más dolor, más dinero, más enemigos, más familia o amigos, más problemas, más caos...

Un día alguien me dijo que la vida es como una caja de sorpresas, no sabes que tiene adentro pero lo quieres averiguar, no sabes si es bueno o malo pero tú igual te lanzas a la aventura.

Para mí, las cajas sorpresas no son un juego, ya que no sabes que contiene y puede que sean secretos que queremos enterrar y alguien quiere que salgan a la luz, y no sabemos cómo reaccionar a eso, y todo se vuelve un caos.

Entre la vida y la muerte hay un hilo.

En un segundo puedes estar vivo, y al otro muerto. Y es lo único por lo que los seres vivos se preocupan, cuando alguien se enferma toman medicamento para no empeorar y no morir, cuando alguien necesita una cirugía de algo grave, dicen: es de vida o muerte.

Todo gira entorno a mantenerse con vida, y no morir en el intento.

Las decisiones.

Ellas no nos definen pero nos pueden cambiar la vida, aveces no tomamos las correctas por presión o desesperación, pero esas no nos definen como personas.

En la vida se tienen que tomar decisiones que parecen tan fáciles de tomar, pero no lo son, yo no tome las correctas en muchas circunstancias, pero no me arrepiento ni un segundo de ellas porque sin ellas no hubiese aprendido, no fuese yo.

Tal vez la vida me hizo así, o mis decisiones me hicieron como persona, tal vez nunca me preocupe por eso, quizás nunca me detuve a pensar en eso.

La vida y la muerte me pasaron por los ojos en menos de tres minutos, vi cómo he causado dolor a mucha gente, les he arrebatado cosas preciadas, pero no me puedo sentir culpable, en cierto punto ellos se lo merecía, y el punto es no arrepentirse.

—...— en ese momento sonó un disparo.

Yo no sentí nada...por eso voltee...y vi a Mikhail, quien ahora tenía un disparo en el pecho...Justo en el corazón.

Sentí un dolor indescriptible al ver aquello, peor o igual al que él sentía. Un día peo arde, quema.

Sentía como mi corazón latía a millón, como la impotencia recorría mi cuerpo junto a la sangre.

Su rostro reflejaba sorpresa, pero de un momento a otro ya no reflejaba nada, no transmitía nada. Sin pensarlo dos veces corrí hacia el, el cayo al suelo de rodillas, puso su mano en su pecho y mirando su mano había sangre, se empezaron a escuchar disparos, pero de un momento a otro los dejé de escuchar.

No me importaba nadie, solo el.

Me puse a su lado derecho, él tenía la mirada perdida en su mano, agarre su mano volviéndola a poner en la herida para que no se siguiera desangrando, pero el me miró.

— estarás bien amor, te lo prometo...te lo juro— mis lágrimas solo empezaron a salir sin parar.

— no me hagas esto...— dije firmemente antes de quedarme en blanco, sin saber que decir o hacer, solo me quede mirándolo, como si estuviera en shock.

La heredera de la mafia (terminado, pero en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora