54. Las cosas que hice...

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Amber

Lo días habían pasado rápido, ya pasó navidad, y sinceramente fue una de las mejores, mi familia fue a mi casa, compartimos, nos dimos regalos, nadie revisó sus teléfonos «eso fue porque hicimos un juego» cierto.

Todos teníamos que dejar nuestros teléfonos en una canasta, al primero que lo llamaran tenía que lanzarse a la piscina con todo y ropa, si, un castigo muy tonto pero hacía demasiado frío en esta época del año así que nos pareció adecuado.

A Alisha fue a la primera que llamaron y la empujamos a la piscina, nos reímos mucho ese día.

Y recuerdo haber escuchado el tono de su teléfono y tomarlo antes que ella y ver el nombre de Katia llamando, no me sorprendió, sé qué ahí hay algo.

Justo ahora me encuentro en el bosque con Mikhail, decidimos tomarnos tres días alejados de todo, así es, tres días sin señal, no será difícil pero me preocupa que pase algo, estamos lejos de la ciudad, pero me tranquiliza haber dejado a Paul a cargo de mi familia, él los cuidaría bien y si pasa algo nos llamará a un teléfono satelital y nos iremos de inmediato, también nos trajimos a muchos de nuestros hombres para que cubrieran el perímetro, tampoco saldríamos sin seguridad y sin una camioneta llena de armas, por si pasa algo y quizás practicar tiro.

La cabaña es algo pintoresca, muy básica se podría decir, aunque linda, estaba frente a un lago.

Ya es de noche, Mikhail prendió una fogata y está afuera, yo estoy sentada leyendo un libro en un sofá individual adentro de la cabaña, hace tiempo que no leo.

«¿no te da miedo?» ¿que cosa? «Mihail está solo, afuera» el se sabe defender, y hay hombres por todos lados, así que cálmate.

Dejé el libro en el sofá, busque una pistola debajo de la mesa y la escondí abajo de mi ropa, salí de la cabaña.

«Si, eres paranoica...cálmate» ...

«entonces Mihail es tu debilidad...» claro que no «ahí lo tenemos, Mikhail Bamberger la debilidad de Amber Ackerman» ...

Visualicé el perímetro, Mikhail estaba sentado en el suelo abajo de un árbol, mirando la fogata desde lejos, tenía los brazos cruzados en su pecho, lucia serio «Amber, él siempre está serio» lo sé, pero hoy está más serio de lo normal.

Fui hacia él sigilosamente, me senté a su lado, él no se había dado cuenta de mi presencia, tenía la mirada perdida, me recosté de él y puse mi cabeza en su hombro, no se sobresaltó, solo bajo sus brazos y agarró mi mano izquierda para entrelazarla con la de él, suspiró cansado y se recostó de mi cabeza.

—¿en qué piensas, cariño?— dije suavemente.

— en que quiero decirte cosas, pero no sé cómo vas a reaccionar...

— solo hay una forma de averiguar cómo reaccionaré... ¿quieres hablar de eso?— el asintió suavemente.

Creo que esta listo para hablar...

— ¿prometes no espantarte?— reí por mis adentro y asentí un poco seria.

Créeme que tu pasado no cambiará nada, seguro yo he hecho cosas peores que tú.

La heredera de la mafia (terminado, pero en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora