32. Adios... «pt 1»

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Desconocido.

—tengo al objetivo a la vista— dije por el micrófono apuntando a la chica pelirroja con mi arma— listo para disparar.

— alto, No dispares...—pasaron unos segundos—...ella no se ve como la chica de la foto— dijo mi compañero deteniéndome para no disparar.

Pero si es igual...

—ni que tuviera gemela...es idéntica a la de la foto...—dije algo frustrado, mi compañero negó y yo baje mi arma.

El jefe nos matará.

— esa chica no tiene los ojos tan claros como en la foto, así que ella no es nuestro objetivo...— yo suspire—...retirada.

— el jefe nos matará si no la asesinamos.

— supongo, pero si matamos a la incorrecta igual lo hará.

Amber.

Escuché un sonido y me desperté de golpe, apunte con mi arma a la nada. A la media noche agarre mi arma y dormí con ella a mi lado ya que no me sentía protegida.

Suspire y baje el arma, ¿y Paul?.

Voltee al balcón y Paul estaba sentado en el piso, recostando su cabeza de la pared. Quite mi vista de Paul y me fui al baño a bañarme, mi cuerpo dolía, y mis manos igual, logré sacar todos los vidrios, pero aún duele, me mire en el espejo y suspire, tenía ojeras, eso se cubre con maquillaje.

Al vestirme volví a mirar al balcón, Paul seguía sentado, supongo que se durmió. Agarre mi teléfono, mi arma y baje a la cocina.

No tenía tanta hambre así que solo me comí una manzana, mi familia ya estaba en el comedor desayunando.

— ¿y esto? ¿Ustedes parándose un domingo temprano? ¿Van a la iglesia? — dije burlona entrando al comedor y viendo a todos en la mesa.

Todos me vieron.

—¿que? ¿pasa algo?— dije frunciendo el ceño, mi papá sonrió de lado y terminó de comer.

— si, nos paramos temprano un domingo para despedirte, hoy te vas a Miami...— yo levanté mis cejas en forma de sorpresa—...¿creíste que lo olvidaríamos?— dijo papá.

Yo asentí, mientras me sentaba en una de las tantas sillas, cruce mis brazos y mire a papá fijamente.

— pues para tu suerte no se nos olvidó— yo asentí lentamente.

— ó tal vez la zorra a la que llamas asistente te lo recordó— dije cínicamente, mire de reojo a mis hermanas, ellas contenían su risa.

Ellas nos pudieron más y explotaron de la risa, yo sonreí ante aquel acto, me pare de la silla, le di un beso en la mejilla a papá y me retiré del comedor, si soy muy inquieta. De hecho después de eso, salí de la mansión.

Entré a mi auto y fui a la casa del vecino, sin dar mucha información entré a la mansión Carrington.

¿Que hago yo a esta hora en esta mansión?  Bueno, hoy me voy a Miami, así que decidí agradecerle a Liam por lo de ayer y también vine a despedirme.

Las chicas de servicio me dijeron que Liam todavía seguía dormido pero si quería podía subir a su habitación, yo acepté y fui a la habitación.

Abrí la puerta con sumo cuidado y efectivamente Liam seguía dormido, cerré la puerta de igual forma,  para no despertarlo y caminé hacia la cama.

Me quede unos segundo viendo a Liam dormir, se veía tan sexy y tierno.

Lo extraño, lo admito. Suspire suavemente y me senté a un lado de Liam.

La heredera de la mafia (terminado, pero en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora