Katia.
Hoy no fui al instituto ya que tenía que limpiar el apartamento de Liam, pero no sabía que él tampoco iría y se quedaría aquí.
Si, limpio su apartamento, pero me pagan muy bien, así que no me quejo.
¿Que por qué trabajos? fácil, mis padres son muy ahorrativos y cuando les pido un capricho me dicen que me lo tengo que ganar con sudor y esfuerzo. Y aquí estoy limpiando el apartamento de mi nuevo compañero de clases...el ni siquiera vive aquí, solo lo tiene de adorno.
Lo bueno es que no tengo que usar ese estupido disfraz que se dice llamar "uniforme de sirvienta".
Liam llegó hace una hora, se veía muy triste, ni siquiera saludó, solo se fue a su habitación y no ha salido de ahí desde entonces. Le intente llevar algo de comida pero no habla, no sale y ya no se que hacer.
Mientras ordenaba algunos adornos tocaron la puerta, deje lo que estaba haciendo y camine hacia ella, la abrí y lo primero que escuché fue una voz chillona.
— ¿quien eres tú?— dijo la chica rubia del otro lado de la puerta, parpadee rápidamente para luego levantar una ceja y cerrarle la puerta en la cara.
Si algo me ha enseñado Alisha es a no dejarme pisotear, y no dejare que esa rubia me hable así.
Volvió a tocar la puerta, y la volví a abrir.
— ¿a que viene señorita?— dije lo más decente posible. Ella me miró mal.
— vengo a ver a Liam, ¿puedo entrar?— fue lo ultimo que dijo antes de entrar al apartamento y subir las escaleras como si fuera la dueña. Que maleducada.
Hice una mueca de disgusto, cerré la puerta y volví a mi trabajo.
Antes de que la rubia llegara al apartamento había paz y tranquilidad, eso fue remplazado por los estruendosos gemidos de la rubia.
¿Amber y Liam no eran algo?...en este momento no se ni como me llamo.
[•••]
Ya estaba terminando mi trabajo, solo me faltaba ordenar unas sábanas y guardarlas en unas gavetas cuando alguien tocó la puerta, la abrí y lo primero que vi fue a una pelirroja a la cual conocía perfectamente.
Oh, mierda...
—hola...Katia ¿qué haces aquí?— dijo algo confundida, pero sin poner un mal gesto.
— ahora trabajo aquí...¿buscas a Liam?— ella asintió sin decir nada— pasa...— le di paso para que entrara al apartamento.
— gracias Katia...— y entró.
Algo que caracteriza a Amber es que tiene buenos modales y no importa si eres su sirvienta te tratará bien...por lo menos conmigo es así, no sé de las sirvientas de su casa.
— ¿y Liam?— dijo volteándose a verme. Ella se veía algo inquieta.
Me tome un minuto para mirarla de pies a cabeza, cargaba un look de chica mala, tal como ella es.
— en la habitación principal....— ella asintió y empezó a subir las escaleras.
Me mordí el labio indecisa de si decirle que Liam no estaba solo o quedarme callada.
— Amber...— dije casi en susurro, ella me volteo a ver. A pesar de todo Amber no es tan mala, y nadie merece ser engañado por su pareja— Liam no está solo— su sonrisa cambio a una sonrisa pícara, conozco esa sonrisa. ¿Que carajo? ¿No está molesta?
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La heredera de la mafia (terminado, pero en edición)
RomanceAmber Ackerman, mafiosa, asesina y despiadada. •Capaz de matarte si te metes en su camino y No le tiembla el pulso al hacerlo• •problemas emocionales• •consigue todo lo que quiere sin importar el costo. • ¿amor ? Esa palabra no existía para Ambe...