🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]

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Su vista se encontraba nubada, el cuerpo le dolía horrores y no era capaz de mover correctamente sus extremidades sin sentir el apabullante dolor que no sabía donde empezaba y mucho menos donde terminaba.

Vagos recuerdos llegaban a su mente, imágenes de escenarios específicos y también momentos que no quería recordar, pues el miedo a seguir en el bosque, quedar a su suerte abandonado y mal herido lo tenían respirando con rapidez pero así mismo con dificultad.

Inconscientemente sus ojos se llenaron de lágrimas ante el miedo. La nítida imagen de aquél animal siguiendo sus pasos, atacando y tratando de encajarle los dientes a su pequeña anatomía hizo que quisiera gritar, lástima que no fue capaz de eso. Su voz así como su cuerpo no respondía.

¿Acaso se estaba muriendo? Imposible, todavía quería seguir viviendo.

Lentamente su visión empezó a reestablecerse y entonces fue consciente de su entorno.

Lo primero que logró ver claramente fue un techo de madera siendo las paredes del mismo material, parpadeó varias veces al sentir que sus ojos ardían gracias a la incomodidad que provocaba la intensa luz natural que entraba al cuarto.

Como pudo logró girar la cabeza hacia su derecha para encontrarse con un gran ventanal que daba vista directa al exterior, de este colgaban unas bonitas cortinas grises que en ese momento se encontraban recogidas debido a que aún era de día; así mismo, un escritorio se acomodaba justo al lado de esta llegando casi a la esquina del cuarto y a tan solo un metro de distancia de la cama.

Al otro lado de la habitación se encontró con un sillón, este estaba cubierto por una sábana blanca, en frente de este, una pequeña mesa que de igual forma se encontraba recubierta. La mesita de noche que se encontraba ubicada justo al lado de la cama terminaba con la fría decoración del lugar, sobre esta había una bonita figura tallada en madera. Un lobo aullando a la luna entre el espeso bosque.

De no ser por el intenso dolor que albergaba su cuerpo se habría tomado el tiempo de detallar aún más el lugar, como por ejemplo el pequeño espacio de una de las paredes recubiertas con granito y piedras donde se encontraba una pequeña chimenea y a su lado una estantería con libros. Sin embargo, solo fue capaz de mirar hacia el frente mientras recuperaba el aliento.

Fue ahí donde se topó con dos puertas, cada una de ellas separadas por un metro de distancia, una café oscuro y otra negra, supuso que una daba hacia la salida y otra podría ser un baño o un armario, cualquiera de las dos opciones sería buena.

Se quedó mirando a la nada tratando de procesar todo, desde el incidente en el bosque hasta tratar de entender cómo había llegado a ese lugar que por cierto, estaba plagado de un intenso aroma a ámbar. Quiso inspirar profundamente ese delicioso aroma, sin embargo, tuvo que detenerse abruptamente al sentir aquél punzante dolor.

Perfecto, simplemente perfecto, ni respirar podía.

Quería quejarse, llorar, gritar, hacer un berrinche por la injusticia que estaba viviendo, pero lo máximo que podía hacer era mirar hacia el techo con los ojos aguados.

Pasado un buen rato en el cual estuvo tratando de aguantar el dolor y dormir un poco más, escuchó la puerta abrirse. Se tensó notablemente cuando una cabellera pelinegra se asomó por la pequeña abertura de la puerta para luego mostrarse el rostro indeciso de un chico.

Si pudiera describir la primera impresión solo diría: wow, porque a pesar de estar en cama, Taehyung nunca negaría que otra persona es guapa, y ese hombre estaba muy lejos de ser catalogado como feo.

Lo primero que notó de aquella intensa mirada fueron los ojos oscuros del contrario, estos eran algo grandes y brillantes, sin embargo, no era un brillo que denotara viveza, al contrario, era opaco y sin emoción. Se sintió curioso inmediatamente. Seguido a eso, cuando el contrarió ingresó de lleno al cuarto, se dio cuenta que este destilaba "alfa" por todas partes y no precisamente por su olor a ámbar el cual descubrió que le pertenecía, sino por aquél porte intimidante que lo hizo encogerse un poco en la cama. Estaba alerta, esperando un movimiento en falso y que le indicara que ese sujeto no era de confianza.