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El día lo pasó encerrado en la habitación, soltando pequeños hipidos y sollozos, sin poder quitar la opresión que se formó en su pecho de un momento para otro. Dolía, no sabía que pasaba pero dolía y eso hacía que llorara más.

El olor a ámbar a pesar de no calmarlo del todo, cumplió su función, pequeño pero reconfortante, un pequeño calor se coló en su sistema, casi que haciéndolo dormir a pesar de la angustia y tristeza que sentía en ese momento.

A media noche, cuando el viento Caló sus huesos y lo obligaron a mirar su ventana, se dió cuenta que estaba abierta, el recordaba haberla cerrado, de seguro su madre fue a abrirla en la tarde.

El estómago rugió en protesta, no comió nada casi en todo el día, no era para menos que ahora tuviera hambre. Con pereza cerró la ventana y se encaminó a la salida de su cuarto, la casa estaba completamente oscura y jamás sintió nervios como ahora, se sintió observado por un momento.

Bajó a la cocina y buscó en las ollas, esperando encontrar aunque sea un poco de arroz o sopa, pero, al parecer, su padre se encargó de comer todo, dejando solamente platos sucios y ollas por lavar al día siguiente.

Abrió la nevera, encontrando solamente un poco de leche y en las repisas algo de pan. Tendría que conformarse con eso hasta el desayuno.

Sonrió con amargura. Hasta hace más de un mes, su familia aparentaba ser ejemplar, inclusive aún existía algo de cariño, ahora los golpes se han vuelto constantes y poco a poco el pequeño núcleo se ha fragmentado, incluso en algún momento, va a terminar por romperse y dejar solo pequeños trocitos de lo que algunas vez fue su familia.

Sentado en el comedor de la sala, con un vaso de leche y dos rodajas de pan, Taehyung miraba a la nada, esperando que las cosas mejoren. El baile de luna de otoño está a la vuelta de la esquina y con eso, uno que otro pretendiente que será automáticamente seleccionado como su pareja.

El dolor en su pecho se ha calmado, casi que por completo y solo la sensación de algo estrujandose ha quedado. Miles de pensamientos inundan su mente, ahora divaga en como estará su hermano y la pequeña florecita, su Jin Hyung, como quisiera estar con ellos, le prometió a su Mochi estar presente y no volver a alejarse. Tratar de encontrar el camino será inútil, su sentido de orientación es tan bajo y se maldice por ello, de no ser así, ahora mismo estaría yendo en busca de su Hyung.

La luz de la sala se prende y con ello Taehyung salta de la silla. Casi entra en pánico al pensar por un momento que es Jin Hwan el que lo ha visto, pero, sus sentidos se calman al ver a su madre, viéndolo casi que divertida por su reacción.

—No vas a llenarte solo con eso cariño.—Nara cruza la sala, directo a la cocina.

—Fue lo único que encontré.

—Deberias buscar mejor.

Nara se encargó de ir hasta las gavetas donde se guardan los platos, en el fondo sacó una pequeña olla.

—Tu padre se niega a darte comida hasta qué pidas perdón.

La cara de indignación del menor, fue suficiente para hacer sonreír a su madre.

—¿Disculpa? Es absurdo, no tengo porqué disculparme.

—Tu padre cree que eres un insolente y un... Bueno, como ya sabemos que piensa. La cosa es que está siendo irracional y cree que dándote un buen castigo vas a ser más sumiso.

—Madre, casi morí en el bosque hace un mes, está siendo absurdo.

Los ojos de la Omega se agrandaron ante lo dicho por su hijo, posó su vista en la olla que puso a calentar con el contenido y algunas lágrimas quisieron caer.

🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora