🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]

🍃13🍃

Taehyung

Una semana ha pasado. Cómo mi padre lo dijo, no he podido salir de casa y estoy de pésimo humor.

Por las noches no duermo mucho, de hecho tengo unas feas bolsas bajo mis ojos, que poco a poco se ponen negras. Tampoco he comido mucho, por más que mi madre me ruegue por que coma, no soy capaz de hacerlo.

La sudadera la mantengo en mi cama, el olor ámbar se ha vuelto más débil pero aún sigue ahí, es el único recuerdo que tengo de él y lo único que logra calmarme cuando lloro.

Mi padre no se ha vuelto a pronunciar, de hecho me alivia que no quiera dirigirme la palabra, de por sí es agotador tener que hablar con mi madre, así que no quiero imaginar que otra pelea firmaríamos los dos. Porque no estoy dispuesto a ser humillado nuevamente, puede ser el alfa, pero eso no significa que yo valla a doblegarme tan fácil.

Una piedrita cae en mi cuarto. Hoy decidí dejar la ventana abierta y creo que el viento se está poniendo fuerte, entonces cierro la ventana.

Otra piedra vuelve a impactar con el vidrio, y entonces lo veo. No hay viento, pero si está Minseok, con un puñado de piedritas dispuesto a lanzarlas si no le hago caso.

Una vez que abro la ventana, suelta las piedritas y una gran sonrisa surca su rostro. Creo que en toda la semana, es la primera persona aparte de mi madre, que viene y me alegra con su presencia.

Hoy mi padre está en la casa, y tengo miedo que pueda echar a Minseok, o peor aún, acusarlo de cómplice.

Le hago señas para que espere un momento. Entonces voy con mi madre, a su cuarto, donde sé que siempre está. Papá por lo general siempre está en el estudio encerrado, esperando que nadie lo moleste.

Cuando abro la puerta la veo sentada en la silla junto a la lámpara, sostiene un libro y me es inevitable pensar en Jungkook. El tonto de verdad ama leer y yo detesto hacerlo.

Su vista se posa en mí y deja todo lo que hace para pararse y darme una cálida sonrisa.

—Hijo... ¿Ocurre algo?

—Quiero salir.

—Sabes que no puedes.

—Vino Minseok madre, y no estoy dispuesto a que papá se vuelva loco otra vez por reconocer un nuevo aroma en la casa.

—¿Que planeas?

—Solo saldré por la ventana y volveré, de verdad madre lo juro.

—Tranquilo hijo, te creo, sé que aún me debes explicaciones, pero voy a darte el tiempo que veas necesario para que me lo digas.

—¿Eso es un sí?.

Ella asintió con una sonrisa y yo por fin en una semana pude esbozar una pequeña mueca.

—Gracias madre.

Nara negó, sin saber que decir sinceramente, pues a pesar de que se que me ama, ella sabía que nuestro lazo no era exactamente el más fuerte. Porque yo lo sabía y ella también, su mirada me dijo que lo entiende, que de verdad lo hace y espera que confíe en ella a pesar de que no sabemos cómo tratarnos adecuadamente.

No esperé y fue devuelta al cuarto, donde cerré con llave y abrí la ventana. Minseok veía todo un poco asustado, pues por un momento pensó que iba a saltar, pero no, trepé por la enredadera que poseía la pared casi que con ligereza bajé tranquilamente a mi encuentro con el Omega.

Al comienzo todo fue un poco incómodo, debido a la poca cercanía que llevamos, nos era difícil entablar una conversación. Yo creía que era más fácil ir con Hoseok y que éste se encargara de lo más difícil, yo solo dormía y veía por ratos.