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Jungkook

En lo que pasó de la tarde, Taehyung se negó a dirigirme la palabra. La puerta de mi cuarto se mantuvo cerrada y a pesar de querer entrar, me mantuve a raya. Sí el dijo que quería estar solo, yo respetaré eso aunque me muera por disculparme y tenerlo cerca.

Me quedé sentado en las sillas de la sala, repasando lo que tal vez diría. Aún no estaba seguro, él no me la pone fácil y yo no pongo de mi parte, porque, no puedo evitar perderme ante esos grisáceos ojos y esa hermosa sonrisa, que si bien, no sé porque trata de ocultarla.

Mi pie golpea repetidas veces el suelo enmaderado. Estoy ansioso, nervioso y creo que ya puedo sentir un pequeño tic en mi pie de tantas veces que ha golpeado el suelo.

No lo aguanto más y voy directamente a la puerta de mi cuarto. Justo cuando mis nudillos estaban por tocar la puerta, ésta se abrió y un Taehyung con ojitos pequeños y cabello desordenado me recibió confundido.

Bien, ensayaste incluso lo practicaste, puedes disculparte por hacerlo sentir mal, no es tan difícil Jungkook, solo deja que las palabras fluyan.

—¿Necesitas algo Jungkook?—El tono frío que usó me dolió, a pesar de aún parecer adorablemente adormilado. Su voz me desarmó casi que por completo y creo que ya olvidé lo que iba a decir.

—Eh..., Yo... Bueno... Taehyung.

Su cara de habla ya o tiro la puerta me dejó aún más mudo, no puedo parar de balbucear y me abofeteo mentalmente por ser tan estúpido.

Suspiró y sin decir nada solo pasó al lado mío dirigiéndose a la cocina, cabe recalcar que aún se mueve lento por sus heridas. Yo solo lo admiro desde el pasillo, cuando entra a la cocina. Mi lobo se remueve inquieto ante la indiferencia que Taehyung muestra hacia mí, me lo merezco pero aún me siento sobrellevado.

No es fácil, nada es fácil cuando él está rodando cerca, se suponía que ya tenía todo planeado. Solo haría mi buena obra del año y el se iría y no lo volvería a ver fin.

Maldigo el momento en el que ese adictivo y delicioso olor a madreselva me atrapó. Desde el primer instante quedé casi que cautivado y recién recordarlo me hace sentir enfermo.

Admito que pensé en dejarlo a su suerte cuando lo encontré aquél día, pero la angustia que mi cuerpo sintió cuando quise irme fue mucho más grande y terminé trayendolo.

A paso moderado voy a la cocina, él se mueve de un lado a otro, buscando llevando y mezclando los ingredientes necesarios. Taehyung es un zorrito muy activo, inquieto y el solo ver cómo mueve su esponjosa cola mientras está concentrado me pone contento. Supongo que el estar quieto lo desesperó.

Me recuesto en el marco de la puerta, aclaro mi garganta y el se sobresalta un poco, me incorporo cuando ya tengo toda su atención. Taehyung mantiene su serio semblante en cuanto voltea a verme, sus brazos sobre su pecho y la ceja alzada lo hacen ver muy tierno.

—Ahora que quieres Jungkook, estoy ocupado.

Suspiro por ¿tercera vez? creo, aún preparó mis palabras.

—Veras Tae... Solo quisiera... Amm— Agarró mi cuello avergonzado por mi actitud, su cara me dice que ya se cansó de escucharme por segunda vez.

Taehyung se voltea y sigue mirando en los estantes que puede usar para preparar algo.

—Si no vas a hacer nada más que balbucear, solo te pido que te retires y me dejes solo, no quiero que mi presencia sea una molestia.— Sigo parado sin saber que decir, mis palabras lo hirieron y la forma en cómo tiene el cejo fruncido no me gusta—¿O debo irme yo?

🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora