🍃36🍃

45K 5.4K 1.1K
                                    

Una semana en dónde no parecía más que un muerto en vida. La habitación estaba más que impregnada en tristeza, el atractivo y dulce aroma a madreselva era ahora reemplazado por un molesto, amargo y opaco aroma.

Por más que lo intentaba no hallaba como parar un poco con su sufrimiento. El martirio que era abrir los ojos en una cama vacía a parte de su menudo cuerpo no hacía que la melancolía desapareciera.

Anhelaba con el alma la presencia de su alfa, tenerlo otra vez en sus brazos, su sola presencia siempre lo ponía feliz. Estuvieron distanciados no hace mucho, y ahora... ¿Acaso tendría que acostumbrase a anhelar su presencia? Siempre supo que él destino no permitiría que fuera feliz, solo fueron pequeños lapsos en los que pensó que todo estaba bien- Rió sin gracia ante sus pensamientos- Nada estaba putamente bien, y no estaría nunca más.

Si bien pudo hablar con su hermano y Seokjin, nada cambió después de eso. Ni si quiera los vanos intentos de animarlo o hacerlo comer funcionaban, sus días se basaban en estar postrado en la cama cuya escencia a ambar estaba casi que extinta. En unos días más ya no tendría nada y le aterraba no ser capaz de controlarse, su cabeza y su Omega lo atormentaban día y noche. Poco a poco perdía su escencia y sus ganas de vivir.

Ya no lloraba, eso era algo bueno a su pesar, aunque sin querer terminaba viendo un punto fijo, perdiendo la noción de todo a su alrededor. El trance solía durar horar y por ello, su hermano y Seokjin terminaban asustados.

Taehyung observó como Jimin entraba con una bandeja, su noción de tiempo estaba perdida, pero apostaba porque ya era hora del almuerzo. Las cortinas permanecían constantemente cerradas por lo que era difícil saber que hora del día era.

Jimin sonrió dulcemente, pues aunque le dolía verlo en ese estado, no quería desanimarse a pensar en que su hermanito no iba a regresar. El pelirrojo no tenía idea de lo que era tener un lazo roto, si bien pasó por muchas dificultades y hubo momentos en los que pensó que perdería a Yoongi, nada se comparaba con el dolor de perdida que sufría Taehyung desde que Jungkook se fué.

El solo verlo le rompía el corazón, el cabello rubio que antes brillaba ahora estaba opaco y desaliñado, el hermoso color azul de sus ojos ahora no eran más que dos orbes vacíos. Sin embargo, lo que más le dolía era ver el color enfermizo con la que su piel antes bronceada y brillante se había tornado, las bolsas negras bajo sus ojos y ni hablar de la marca, pues a pesar de que el lazo estaba roto, ésta solo se tornó de un amarillo, como si estuviera exigiendo atención.

Jamás pensó en llegar a ver en un estado tan deplorable a su hermano, no cuando siempre fue alguien tan carismático y cariñoso. Era irreconocible y le daba tanto miedo no poder ver esa hermosa sonrisa de nuevo.

-Es hora de desayunar bebé- Dijo de la manera más dulce posible- Tienes que alimentarte bien TaeTae, Jin hyung se esforzó mucho en hacerlo para tí.

El semblante del rubio no cambió, solo observó con desdén la bandeja, que si bien era entregada con las mejores intenciones, el no podía dejar de pensar que solo era lástima. No entendía el sufrimiento y tristeza que hacía pasar a su familia con sus rechazos, pues eso solo lo condenaba lentamente a colapsar, aún así solo en encerraba en su burbuja de miseria.

-No quiero- Atinó a decir.

Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas, contenía sus emociones principalmente por su cachorrito, pero el embarazo lo llevaba a ser un mar de lágrimas. Con cinco meses de gestación su cachorro podía sentir las emociones que su padre aguantaba, siendo negativas y contraproducentes si no paraban.

-Taehyung... porfavor- Dijo con impotencia- Hazlo por mí, por la florecita, por Jinnie hyung, sé que Jungkook ya no está pero te necesitamos, tu familia está aquí para ayudarte y lo sabes, no puedes simplemente dejarte morir.

🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora