🍃EPILOGO🍃

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Volver a la rutina, volver a sentir el calor familiar y brindar aquel amor paternal a sus cachorros es algo que lo hacía inmensamente feliz.

Las cosas no podrían estar yendo mejor en sus vidas. Después de haber pasado la mejor velada de su vida con su ahora prometido, decidieron volver solo para poder pasar tiempo en familia. Jungkook estaba impaciente por volver a ver a sus hijos. En los dos meses de separación no hizo más que pensar en ellos, además de la preocupación que le generaba el que ellos no lo quisieran cerca.

Sin embargo, Taehyung se encargó de tranquilizarlo al hacerle saber que todo este tiempo él se encargó de decirles o de hacerles entender que estaría lejos por un tiempo, pero que los amaba demasiado.

El reencuentro tuvo muchas emociones implicadas en un solo momento. Jimin estaba a punto de golpear a Yoongi por perder de vista a los cachorros cuando específicamente le dijo que no lo hiciera. En la noche se las habían apañado tan bien, que el alfa pensó que solo era exageración por parte de todos. Los pequeños Jeon se encargaron no solo de esconderse ellos, sino también de involucrar a su pequeño primo quien ignorante a las consecuencias estuvo muy feliz de participar en el juego de sus primos.

Ese día quedaría marcado para siempre el resto de sus vidas, pues no solamente se llevaron el peor susto de sus vidas, sino que también aprendieron que para los mellizos no había límites si los descuidabas un momento.

Dos meses después de que las cosas volvieran a la normalidad para la familia Jeon. Taehyung no paraba de sonreír y de al mismo tiempo sentirse melancólico, ¿Cuál era la razón? Sencillo. Los mellizos estaban cumpliendo un año y aunque se suponía que debía desbordar felicidad, no podía dejar de sentir esa nostalgia y tristeza de que sus cachorros estuvieran creciendo. Él realmente quería que ellos se quedaran así para siempre, traviesos o no los amaba más que a su vida.

Apenas amanecía y él ya estaba en pie buscando los ingredientes para hacer un pequeño pastel de fresa. Todos dormían así que tenía algo de tiempo para él mismo. Hizo algo de té para él, luego de haberse cerciorado de tener todo; buscó la harina para hacer los hot cakes, chocolate para acompañar, huevos y pan tostado con mermelada de uva.

Estuvo sentado en el comedor bebiendo su té y ojeando algunas de las páginas del nuevo libro que recientemente su alfa había comenzado a leer. No le llamaba mucho la atención porque en realidad era un libro de historia aburrido y él quería algo que lo entretuviera un poco.

El sol apenas mostraba sus primeros rayos de luz, cuando empezó a preparar la mezcla para el pastel. La repostería no era su fuerte, de hecho, apenas sabía cocinar decentemente, pero realmente esperaba que le saliera bien. Era para sus hijos después de todo y debía esforzarse por hacer algo delicioso, o en lo que cabía, algo que pudieran comer. Seokjin le había pasado la receta el día anterior, así como la de unos postres de leche que era muy sencilla y podría hacer cuando se le antojara algún aperitivo.

Estaba tan concentrado leyendo el cuaderno y mezclando, que no sintió la presencia del alfa quien lo miraba desde la puerta de la cocina completamente adormilado, usando nada más que unos pantalones de chándal grises.

Jungkook despertó al sentir el vacío en el espacio que compartía con Taehyung en la cama. Normalmente despertaban entrada la mañana y con el omega pegado a él como garrapata, así que simplemente se guio por su olor para no alterarse.

-¿Qué haces amor?-preguntó al ver la concentración de su omega.

Taehyung agarró el cucharón con más fuerza de la usual y brincó en su sitio al verse sorprendido y asustado por la repentina llegada de su alfa a la cocina. Reunió fuerzas para no maldecir tan temprano y gritar.

🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora