Stephen
Desperté, y la chica aún estaba en mis brazos. Mi mirada bajó de su rostro a su cuerpo. La blusa que ella llevaba puesta se había corrido un poco dejando a la vista su clavícula y la tira de su sosten.
No soy hombre que se excita fácilmente, pero ver la clavícula de esa mujer con su sosten negro, debo admitir que me prendió.
Alce mi mano para acomodar su blusa. Y luego acaricié su rostro, era tan suave y tenía unos labios carnosos, que deseaba probar, sin embargo, volví a bajar mi mano.Definitivamente deseaba a esta mujer.
Volví a cerrar los ojos, pero cuando desperté, ella ya no estaba en mis brazos, podía sentir el frío de su ausencia que recorría mi cuerpo.
— ¿Te sientes mejor? — Preguntó dulcemente poniendo su mano en mi frente.
— Sí — contesté con la voz ronca.
— Ven, levántate, debes lavarte la cara y la boca para desayunar — Me acomodé para levantarme, pero me dolía todo el cuerpo. Ella había puesto uno de mis brazos sobre su hombro, y trató de levantarme. Caminamos hasta el baño. — Cuidado, camina despacio, no quiero que tu herida se abra. — Ella mojó mi cara y la secó. Detuve su mano con la mía.
— Yo puedo.
— Solo quería ayudarte, me preocupas.
Fruncí el entrecejo un poco. Yo era ajeno a ella, ¿Y aún así se preocupaba por mí?
— Seré tu soporte, mientras te enjuagas la boca. — No dije nada y me limité a asentir. Luego de eso, ella me llevó a la mesa y me senté sobre una silla.
— ¿Como te llamas? — Le pregunté luego de su acción.
— Lucybell, pero puedes decirme Lucy, ¿Y tú?
—Stephen.
— Come — Me dice — No es veneno — Bromeó esta vez, su sonrisa es tan linda. Para complacerla me dispongo a comer. — ¿Y... Esta rico?
— Si, bastante — No era mentira, está mujer cocina demasiado bien.
— Oye, despacio — Me detengo y la miró — No te apures.
— Ok — Le dije con una pequeña sonrisa — Ya que te preocupas por mí — Bromeé. No puedía dejar de verla, aunque no sea tan hermosa, ella lograba captar mi atención.
— ¿Tienes familia? — Preguntó de la nada.
— Están muertos — Antes de que ella pueda decir algo más, continué hablando — Tampoco es que les importara.
— ¿Tienes a alguien que pueda venir por ti?
La miré juguetón — ¿Ya quieres que me vaya?
— No, no, no... No es eso, es que en unas horas debo ir a la universidad...
— Y no quieres dejar a un extraño en tu casa — la interrumpo. — ¿Verdad?
— No habría nadie que te cuidara... — Me quedo sorprendido, está mujer si está preocupada por mí.
— ¿Qué estudias? — Pregunto para cambiar de tema.
— Estoy en la facultad de medicina.
— Así que por eso, pudiste atenderme bastante bien. — Mi mirada se cruzó con la de ella. Pero Lucy se levantó.
— Lavaré los platos, ¿Quieres que te ayude a ir al sofá?
— Yo iba a pregúntate si querías que te ayudará a lavar
— No es necesario quiero que descanses.
A esta mujer no puedo decirle que no.
Recargue un poco de mi peso en ella, me dolía caminar.
Una vez en el sofá y ella lavando los platos.
— ¿Por qué me tratas tan bien? ¿No te doy miedo? Es decir, un hombre como yo, que aparece enfrente de ti herido, ¿No te asusta?
— Quiero ser doctora Steph, no importa quienes sean, o lo que hayan hecho, yo quiero salvarles la vida. No me importa tu pasado, o si mataste personas, mientras seas mi paciente haré todo lo posible para salvar tu vida... — Ésta mujer me deja sin palabras, siento el deseo de besarla, hasta que ya no pueda respirar o hasta que mis labios estén rojos e hinchados. — Además... Me gustan tus tatuajes, así que... No me das miedo Steph.
Las palabras no pudieron evitar salir de mi boca — ¿Puedo besarte? — Le pregunto cómo un idiota.
Pero ella ríe, ese sonido me deja aún más idiota.— No — su sonrisa no desaparece de su rostro.
— Me pasarías mi celular, está en mi chaqueta — Digo para cambiar de tema.
— Claro — Busca en mi chaqueta y me da el celular.
Pienso llamar a Ben, creo que ya es tiempo de irme, aunque no quiera irme, no puedo estar dependiendo de esta mujer.
— ¡Mierda! — Exclama Lucy — Ya debo irme Stephen — Dice tomando sus cosas y caminando a la puerta — No robes nada. — y otra vez su sonrisa aparece dibujada en su rostro. Cierra la puerta.
Al revisar mi celular, veo que hay 8 llamadas perdidas de Ben. Así que marco su número. — ¿Jefe? ¿Dónde está? ¿Está bien? — Dijo desesperado en cuanto atendió.
— Ah... Si, estoy bien, ven a buscarme, te enviaré la ubicación, estoy en el segundo piso de una departamento. Es la segunda puerta a la derecha — Respondí secamente.
— Afirmativo. — Corté la llamada. Comencé a buscar mis cosas para irme, luego de inviarle el mensaje.
Tomé un pedazo de papel y una lapicera para escribirle una nota a Lucy.
(...)El timbre sonó, y supongo que era él. Me levanté a duras penas para abrir la puerta.
— ¡Jefe! — Exclamó Ben acercándose para ayudarme a caminar. — Estábamos muy preocupados Jefe, no sabíamos donde estaba. ¿Quien lo curó?
— Una chica — Dije mientras bajabamos — Que estudia medicina.
— Vaya suerte... ¿Y... Es linda?
— Lo siento, yo la ví primero. — Ben rió.
— Jamás le quitaría a una mujer, Jefe.
Rio — ¿No vas a dejarme de decir Jefe? ¿Tanto te asustaste?
— Aunque hayamos tenido una amistad en la infancia usted sigue siendo mi jefe.
— Bien, llámame como quieras, cambiar tu forma de pensar es complicado, y no estoy de humor. — Subimos a la camioneta para ir a casa. Debía pensar en una forma de hacer que Lucy viniera conmigo.
Lucy
Había comprado un par de cosas para la cena, espero que le guste a Stephen. Aún me pregunto porque estaba tan herido, pero no es mi vida así que no debo meterme y ni molestarlo con mis preguntas, solo lo cuidaré hasta que esté bien.
Llegué al departamento — Stephen compré cosas para la... — Me llevé una sorpresa al entrar y encontrarlo vacío. — cena ... — Stephen se había ido.
Dejé las cosas en la mesa un poco desanimada. Pero pude ver que sobre la mesa había una pequeña nota. La abrí.Gracias por salvarme la vida Lucy, sin ti hubiera muerto, no sé cómo agradecertelo, y creo que la mejor manera es que me vaya. Cuídate, y ya no invites a extraños a tu casa.
Stephen.
— Tonto — susurre. — No eras una molestia... No quería que te fueras aún.
— Quiero volver a verte. — Pensó él.
— Quiero volver a verte.
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No te alejes de mí [Stephen James]
Random- Todos piensan que soy malo - dije mientras estábamos acostados. - Pero tú cariño, me ves como una maldita buena persona. - Es que no eres malo. - dijo mientras me miraba a los ojos, con su tierna e inocente mirada que posee. - Oh cariño, se ve que...