Capítulo 31

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Stephen

La ambulancia había llegado, y llevado a Lucy hasta el hospital.



— Mi pequeña, mi pequeña — Era todo lo que tenía en la cabeza, solo quería que estuviera bien. Qué viviera.



Me estaba muriendo, no podía creer que ella estuviera así. Estaba desesperado y agitado.



Cuando entramos a la zona de urgencias ya no me dejaron pasar. Una enfermera se me había puesto enfrente y me privo de la entrada.



— No puede pasar más de aquí señor. — Dijo la mujer. El dolor que recorría mi cuerpo era mortal, Lucy no merecía esa situación.



— ¡Salga de mi camino! ¡Tengo que estar con ella! — Estaba alterado y ver a Lucy en ese estado, hacía que perdiera la cordura. Iba a empujarla para que me dejara pasar pero Ben quién también me estaba pisando los talones antes de que lo hiciera me detuvo.



— Stephen controlate.



Me aparté de la mujer y jale mi cabello con mis manos — No, puedo, no puedo Ben, no puedo calmarme, ¡Yo debería estar ahí! ¡No ella! — mi espalda chocó contra la pared y luego descendí hasta el suelo. — No ella — dije con un hilo de voz. Lucy no debía estar ahí, solo yo me lo merecía.



Ben me tomó bruscamente de la ropa y me levantó — Escúchame, tú no eres así, eres Stephen James, tú das miedo con tu mal temperamento, no te haces para atrás, eres duro y malo, no puedes estar llorando como mariquita así. Debes ser fuerte y estar estable hasta que Lucy despierte. — Tenía razón, tenía toda la maldita razón, debía dejar de actuar como marica y mantenerme frío y al margen, debía estar cuerdo y esperar a que Lucy mejorara.



— Tienes razón, no puedo estar así — quité sus manos para que me soltara —  Me calmaré y esperaré a que nos informen de ella.



Me senté y aparente estar calmado, pero por dentro estaba destrozado. Si salían de la sala de cirugías a la que habían entrado y me decían, que no pudieron salvarla, me derrumbaría. Lucy era todo para mí, no podía perderla. Ya no sería como antes, en el pasado no sabía de su existencia y si la perdía hoy, ya no podría vivir en un mundo donde ella no estuviera. Se había convertido en mi debilidad y sin ella, era vulnerable; Lucy había quitado todas las barreras que me permitían ser desquiciado y malvado, ella me había cambiado desde el principio.



Pero...


Lucy jamás podrá estar segura, si se queda a mi lado. Siempre que esta conmigo su vida corre peligro y yo no puedo protegerla. La única manera de que ella esté a salvo es que se aleje de mi; aunque me duela y no soporte estar lejos de ella, es lo mejor, así al menos no morirá por mi culpa y sabré que está viva. Con eso me bastaría, ya no me importa si la tengo conmigo o no, lo único que me interesa es su vida y lo mejor para ella es que ya no me vuelva a ver; sin embargo, es muy testaruda y no aceptará alejarse mi, debo pensar en un plan, tengo que pensar, por su bien. Es lo único que importa.



Las puertas del quirófano se abrieron y un hombre con tendencia de Doctor salió de allí.



— Familiares de Lucybell — Lucy no tiene apellido así que por eso solo la nombró. Al escucharlo me levanté apresurado junto con Ben.



— Soy su novio. — El doctor no expresaba ninguna emoción en su rostro, todas sus facciones eran serías y eso me preocupaba, trague saliva.



— Está estable, tiene muchas ganas de vivir, y por eso sobrevivió a la operación, aunque haya perdido mucha sangre. — Al escucharlo decir esas palabras un alivio abrumador golpeó mi cuerpo. Mi pequeña estaba bien, seguía viva.
— Pueden pasar a verla —Nos miró a ambos — Pero de a uno, necesita descansar.


Asentí una vez con la cabeza y entre en la habitación que me indicó; Ben esperaría a que saliera, era bastante obvio que el primero en verla sería yo.



Me dolió verla acostada en la camilla de hospital, pero a la vez estaba feliz de que ya no corriera peligro.



Aún tenía los ojos rojos, junté mis manos y las puse en mi rostro, tapando mi nariz y boca — Mi amor — Me acerqué a ella, tomé una de sus manos y la besé en la frente. — Estás bien, estás bien — Repetía, mientras algunas lágrimas brotaban de mis ojos, eran inevitables. — No vuelvas hacer algo así, no vuelvas a arriesgar tu vida por mí.



Ella apretó su mano sobre la mía— Lo haría una y un millón de veces más. — No quería escucharla decir eso.



— No — Negué un par de veces. — Tú eres lo único que importa, así que no lo vuelvas hacer.



— Stephen... — Trató de reprocharme, pero la interrumpí.



— No Lucy, no quiero discutir ahora, solo hazme caso, aunque sea una vez en tu vida, y no te arriesgues por mí.



— Solo te haré caso, en no discutir ahora. No prometo lo otro — Terca. Era muy terca maldita sea.



Suspiré — Te dejaré descansar ahora, pero Ben también quiere verte. — Solté su mano. Comencé a caminar hacia la puerta.



— Stephen — Me nombró antes de que saliera por la puerta — Te amo. — Sentí una pequeña punzada en mi corazón.



— Yo también pequeña — No sabes cuánto te amo, y por eso voy a cometer una locura, de la cual la parte egoísta de mi lo lamentará toda la vida. Salí de la habitación, le hice una seña con la cabeza a Ben para que pasara.



— Necesita descansar, así que se breve y rápido — se limitó a asentir con la cabeza y pasó.



Estaba enloquecido, creía que lo mejor para Lucy es que estuviera lejos de mi. Aunque doliera, aunque sufriera, era algo que debía aguantar, por su bien, todo lo que hacía era por su bien y a ella le convenía que estuviera lejos de mi.



Me paré por la ventana y la observé un largo tiempo. Su mirada se cruzó con la mía. Al verme pude notar que ella sabía que algo no andaba bien. Me destrozaba por dentro.

No te alejes de mí [Stephen James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora