Lucy se soltó de la mano de Ben y llegó a Stephen.
- Pequeña - Exclamó en cuanto la vio - Dime que ese maldito no te molesto. - Stephen no estaba bien, la abstinencia de Lucy afectaba bastante su temperamento y que Diego la insultara; digamos que molestia y enojo se quedaban cortos de lo que sentía.
- No Stephen, digo no me molestó, es más creo que ahora nos llevamos bien.
- ¿Cómo pudiste hacer eso? - Preguntó Mark, demostrando mucha sorpresa, ya que Diego era conocido, por no cambiar de opinión y ser un hombre muy obstinado de a cuerdo a lo que piensa.
- Mi mujer es única, ella puede hacer cualquier cosa - Dijo Stephen seguro y orgulloso de Lucy.
- También fue la única en domar a la bestia. - y eso que había dicho Ben era muy cierto.
Stephen dejó de prestarle atención a los que lo rodeaban y dedicó toda su atención en Lucy. Se agachó un poco, para susurrarle al oido.
- No solo te extrañe, mi cuerpo también lo hizo y ahora está pidiendo a gritos que entre en ti. - Hizo un movimiento de cabeza hacia atrás a Ben para que se fuera junto con el resto.
- ¿Y tú crees que el mío no? - Stephen se irguió por completo y la miró divertido, ella lo tomó de su remera y lo jaló hacia abajo - Eres mío Stephen, pero primero debes cenar.
- Sí, quiero cenar te a ti.
- No, eso será después, debes comer.
- No Lucy, por favor - Rogó.
- Si no cenas no dormiré contigo esta noche.
- Tsk, está bien cenemos - Dijo de mala gana.
Stephen
Yo no quería cenar, quería ir a la cama con ella; Pero Lucy si quería esto, así que debía hacerlo, además la había extrañado demaciado; con verla felíz, me conformaba por ahora.
(...)
Terminé mi comida primero, y me dispuse a observarla. Era tan hermosa en cada sentido; no podría alejarme de ella aunque quisiera, Lucy se había convertido en la Luz de mi vida, cuando estaba con ella toda la mierda desaparecía y solo podía ser felíz a su lado. Me encantaba que me amara, por eso no podría hacerla llorar en ningún momento.
- Ven aquí - Le dije en cuanto terminó.
- Debes espera un rato.
- ¿Esperar? Ya espere tres días, ¿Quieres qué espere más? - Me quejé fastidiado.
- Es bueno que hagas la digestión.
- La digestión no me importa, lo que me importa es darte atención a ti y a mí cuerpo ahora.
- Pues si no esperas, no tendrás a Lucy.
- ¿Ah si? - Me levanté de la mesa y me le acerqué. Luego hice que se levantara de la silla.
- ¿Qué haces? - Preguntó
- Yo... - Fui diciendo mientras me acercaba intimidante a ella, pero Lucy no se movía, estaba quieta, inmóvil, en frente mío no podía intimidar la para que retrocediera. Así que la levanté del suelo y la puse contra la pared, acorralandola. - Dijiste que no tendría a Lucy ¿Eh? - Le susurré al oído y lamí su oreja, luego comencé a besar su cuello. - Pues mira como la tocó.
- Suéltame Stephen. - Ella trató de hacer que la soltara, pero no lo logró.
Mi mano bajó hasta su coño, y comencé a acariciarla ahí. Ella se quejó.
- No me digas que no te gusta. - Antes de que dijera algo la besé, mientras seguía tocandola; era muy posesivo con el beso, pero a la vez tenía un toque de ternura. - Si no te gusta - Presioné mi miembro contra ella. - Solo dímelo. - Como esperaba Lucy no dijo nada,pero si se resistió un poco. - No puedes luchar contra mi.
- ¿Ah no? - Lucy se abalanzó hacía mi y comenzó a besarme. - No quieres esperar, ahora tu serás mi juguete. - Me gustaba como sonaba eso.
(...)
Entramos en nuestras habitación.
Lucy me empujó en la cama; se subió sobre mis piernas y comenzó a desabrocharme el pantalón- Siempre empiezas tú - Dijo - Está vez déjame hacerlo a mí. - Sin darme cuenta, ella ya tenía mi miembro en su mano, agachó la cabeza y sentí como su lengua, recorrió mi pene de largo, y luego comenzó a besar y chupar la punta. Que Lucy me hiciera eso... Podía sentir una muy agradable sensación, hasta de tanto disfrute, era mucho mejor lo de ella a que lo hiciera otra.
Metió mi miembro completo en su boca, podía sentir como la punta de mi polla tocaba su garganta, las manos de Lucy no se quedaban quietas, y tocaron mis huevos, luego subieron a mí miembro y allí subían y bajaban, mientras que el resto estaba en su boca, no pude evitar correrme en ella.
Lucy comenzó a quitarse la ropa, cuando la ví, tenía la misma mirada lujuriosa, que muy probablemente yo también tenía.
En cuanto se quitó toda la ropa, la jalé sobre mí y la besé, estaba por darle vuelta y dejar que ella esté debajo de mi, pero me detuvo.- Está vez yo tomaré control de tu cuerpo - Hizo que volviera a acostarme sobre mi espalda. Que ella quiera tomar el control sobre mi, era algo que me exitaba demasiado.
Lucy dejó besos húmedos en mi cuello, y fue bajando hasta mi pecho y abdomen, dónde no solo me beso, también me acarició y estímulo con las manos.
Se levantó un poco, y colocó mi pene en la entra de su vagina, ella comenzó a entrar hasta la profundidad. Se movió de arriba a bajo, mientras la observaba y la tocaba, acaricié sus pezones; baje mis manos hasta su cadera y la ayude a moverse más rápido, con la mano izquierda la solté, la puse debajo de ella para acariciarle el clítoris.
Poco después ella llegó al clímax y yo también.Se acostó sobre mi pecho.
- ¿Acabaste? - Ella se limitó a asentir con la cabeza sobre mi pecho, creo que estaba cansada - Ahora es mi turno. - Le susurré al oido.
Le agarré de las caderas, y comencé a embestirla, duro y rápido. La escuché gemir y eso me exitaba aún más. Le dí varias embestidas más profundas y rápidas, hasta que ambos llegamos al clímax.
- Stephen - Dijo cuando se corrió.
- Lucy, eso fue fenomenal. - Dije mientras la abrazaba
- Sabía que te gustaría. - Besó mi pecho.
La bajé de mí y la puse de costado, para abrazarla y que pueda sentir el calor que emanaba mi cuerpo.
- Te amo Lucy - Ella no dijo nada pero eso no me molestó. Levantó su cabeza de mi pecho y con su pequeña mano tocó mi mejilla para que la viera.
- Y tú crees que yo no.
- Claro que no, sé que me amas. - Le dí un último beso, antes de que durmieramos.
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No te alejes de mí [Stephen James]
Random- Todos piensan que soy malo - dije mientras estábamos acostados. - Pero tú cariño, me ves como una maldita buena persona. - Es que no eres malo. - dijo mientras me miraba a los ojos, con su tierna e inocente mirada que posee. - Oh cariño, se ve que...