Capítulo 8

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Stephen

La información obtenida era errónea, Víctor no estaba en ese lugar. Había sido todo un engaño. Esto no me gustaba, tenía un mal presentimiento, solo quería llegar a casa y encontrar a Lucy ahí, estaba muy preocupado. Sentía una tensión en el pecho insoportable, esto no me traía buena espina.

Habíamos llegado y lo primero que hice fue bajar rápidamente de la camioneta.

Los guardias estaban inconscientes en el suelo. Esto estaba mal... Sentía como respirar se me dificultaba. Entre rápidamente a casa.

— LUCY, LUCY — Grité desesperado para que apareciera, pero no lo hizo. Comencé a buscarla por toda la casa.

La biblioteca estaba destrozada, había pedazos de vidrio y sangre en el suelo. — Aquí hubo una pelea — Dijo Ben detrás mío viendo la escena.

— AAH — Grité mientras tiraba un estante al suelo. Estaba enojado, preocupado, y asustado de que algo le pasara a Lucy. — AAAH MALDICION — Volví a gritar pero esta vez mientras me agarraba de la cabeza.

— Stephen cálmate — Ben trataba de tranquilizarme, pero era algo prácticamente imposible, sin Lucy aquí no podía estar tranquilo. Me asustaba lo que podrían llegar hacerle y que todo sería mi culpa.

— No puedo — Está apunto de explotar de la ansiedad  — No quiero que la lastimen.

— Y yo tampoco, pero debes conservar la calma, y pensar en cómo podemos recuperarla — Yo estaba igual o peor que Stephen, pero debía aparentar que no me molestaba tanto, debía parecer fuerte, para que él pensara fríamente.

Voy a traerla devuelta, eso en definitiva.

Narrador omnisciente

Lucy había despertado en un lugar desconocido.
La puerta se abrió de golpe, lo que provocó que todos los músculos de su cuerpo se congelarán y fueran incapaces de moverse, por aquel miedo, que la atormentaba en ese momento. Tres hombres entraron por ella; uno de esos hombres era Víctor.

— Hola Lucy — "¿Como carajos sabe este tipo mi nombre?" Se preguntó así misma, "¿Me habrá investigado?" "Eso significa que quieren algo de mí". Pero aunque esa fuera la situación, ella no hablaría, no le diría nada de nada a ellos. — ¿Dónde está Stephen? — Ella no le contesto, y Víctor se dio cuenta, que para hacerla hablar le costaría un poco. — Muy bien, sino quieres hablar, tendremos que obligarte hacerlo. — Miró al hombre a su derecha y movió la cabeza en dirección a ella.
El hombre se le acercó y la cacheteo duramente. Ese golpe le había dolido como la mierda, pero aún así Lucy no diría nada. Y aunque quisiera, no sabe nada, sobre los asuntos de Stephen. Aún que pareciera débil y delicada, Lucy tenía una mentalidad fuerte, una que tantos hombres envidiarían.

Está vez no la cacheteo, sino que la golpeó con su puño, una y otra y otra vez, al notar que ella no hablaba. Entonces la pateó haciendo que cayera.

— Por más que la golpees ella no hablara, esa clase de tortura no va con ella. — Dijo el tercer hombre.

— ¿Y que tienes en mente? Zac — Preguntó Víctor.

— Déjenme solo con ella. — Ese tal Zac no planeaba jugar a las trencitas.

— Muy bien — Contestó Víctor.

Víctor y el segundo hombre salieron, dejando a Zac con Lucy.

— Ahora sí, es hora de la diversión — Se acercó peligrosamente a ella. Tenía atadas las manos, así que solo podía defenderse con los pies. Sabía lo que pasaría, pero aún así ella peleará, no dejaría que la tocara.
Lucy tenía miedo, quería que Stephen la salvará, pero sabía que también era casi imposible, él no sabía dónde ella estaba.
Cuando Zac se acercó lo suficiente, ella lo pateó en los huevos, provocando que este se agachara y Lucy aprovechara para patearlo en la cara.

— Maldita Perra — Zac soltó un quejido de dolor. — Ahora vas a ver. — Dijo para avalansarse sobre ella. Esto era injusto, no se puede comparar la fuerza de un hombre con la de una mujer, está claro que ellos son mucho más fuertes.

— NO, NO ME TOQUES — Gritó Desesperada. Estaba muy asustada, no quería que esto pasara. Su rostro le dolía por los golpes que tuvo que aguantar, y sus ojos ardían, amenazando con que salieran lágrimas.
Zac rompió su pantalón. — NO, ALEJATE DE MÍ — Gritó, pero él le tapó la boca.

En ese momento la puerta se abrió de golpe entrando por ella un chico. — ¡Suéltala! — Exigió. — Alejate de ella, así no hacemos las cosas. — Ese chico era un poco más alto que Lucy, con cabello castaño y unos encantadores ojos verdes.

— Sal de aquí niño, el Jefe me dijo...

— El Jefe me dijo que me encargara de ella. — dijo autoritario. Zac se alejó de Lucy y salió por la puerta. No era verdad eso de que Víctor dejó a Lucy a cargo de Mike.
Él decidió entrar al escuchar los gritos de esa mujer. Mike se acercó a ella.

— ¿Estás bien? -— Se sacó la campera y se la lanzó en dirección a sus piernas. — ¿Por que dejaste que te golpearan? Es decir ¿Por qué no hablaste?. — Aún que él la haya ayudado ella no le hablaría. Hubo un momento de silencio y Mike volvió hablar. — ¿Cuál es tu nombre?... Yo me llamo Mike — Era mentira, él ya sabía cómo se llamaba, porque había sido la persona que la investigo. Pero ahora está decidido a jugar su papel de "Héroe", para su propio plan.
Sin embargo, Lucy seguía sin hablar. Mike no le inspiraba mucha confianza. — Muy bien, sino vas a decirme tu nombre, yo te pondré uno. — Lucy frunció el ceño, esa idea no le gustaba mucho, pero había tomado la decisión de no hablar para proteger a Stephen, y aún así no le diría su nombre a este chico. No podía darse el lujo de confiar y bajar la guardia. — A ver, déjame pensar... Ah ya sé, te llamaré Muda — "¿Muda? ¿Es en serio? " Pensó Lucy. Ella tenía unas ganas de decirle, ¿Eres tonto o tus papás son primos? — No estás cómoda aquí ¿No es cierto Muda? Además te golpearon bien feo — Mike se acercó un poco — Voy a sacarte de aquí. — Lucy no entendía, "¿Quien mierda era esté?". Mike en un movimiento rápido que asustó un poco a Lucy la cargó en sus brazos y salió de esa habitación.

— NO, SUÉLTAME — Gritó. Pero él le tapó la boca con la mano.

— Shhh ¿Acaso quieres que nos atrapen? — ¿Esto estaba pasando? ¿Este chico la iba a sacar?... ella no entendía. Mike levantó una ceja y la miró — Así que... Si puedes hablar "Muda"

Pero esas hermosas ideas se esfumaron en cuanto, Mike comenzó a subir unas escaleras. Lucy pensó lo peor. "Otra vez no, eso no"

Trató de bajarse pero Mike no se lo permitió — Tranquila lo que menos quiero es hacerte daño. — Eso la tranquilizó un poco, sin saber por que sentía que podía confiar en lo que Mike estaba diciendo. En aquel entonces.

No te alejes de mí [Stephen James]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora