— Mi amor — Stephen se dirijió a mí — Ella es Abbie, es la hermana menor de Diego.
— Adoptada — Dijo Diego entrando y metiéndose en esta "agradable conversación" — Ella puede ser mi hermana pero es adoptada y además no nos parecemos en nada.
La tal Abbie volteo para prestar toda su atención a Diego — Sé que nunca fui de tu agrado, Diego, siempre te importó más Natalie que yo.
— Ella si era mi hermana, no como tú. — En su voz podía notar el odio y resentimiento que Diego le tenía.
— También lo soy...
— No, jamás lo volverás a ser, no desde la vez que tuviste que ver con la muerte de Natalie. Eso jamás te lo perdonaré.
— Igual no me interesa reconciliarme contigo Diego, vine por Stephen.
— JAJA, aunque te hayas acostado con él en el pasado, eso no quiere decir que te quiera, él ahora tiene mujer, con cerebro, cuerpo y también mucho más hermosa que tú — Estaba enojada pero sorprendida a la vez, Diego me estaba halagando por primera vez, sin embargo, al escuchar a esta perra decir que venía por Stephen me calenté.
Esa mujer dirijió su mirada hacia mí — ¿Esta flacucha es tu mujer Stephen? Es muy simple.
— No te atrevas a hablar así de Lucy, porque voy a olvidar que eres mujer Abbie, y creeme que no vas a querer que eso pase — Stephen estaba muy encabronado, pero no más que yo, quería matar a esa Perra por abrazarlo.
— No sé que haces aquí, o por qué viniste, pero no me importa — Me acerqué impotente e intimidante, era un poco más alta que yo, pero por eso no me haría para atrás. — Esta es mi casa, y tú — La miré de arriba a bajo — No eres bienvenida aquí. Te vas por la buenas, o te sacó a patadas.
— ¿Tú? ¿A mí? — Me empujó un poco de los hombros — No lo creo, vine para ver a Stephen, no sabía que Diego estaba aquí, y ni de tu existencia, no me importa quién seas, yo estuve mucho antes que tú, en su cama y volveré a estar. Stephen no puede alejarse de mi — De reojo noté como Stephen se movía para atacarla, pero lo detuve. De esto me encargo yo.
— Repite lo que has dicho — Dije antes de perder los estribos, su comentario de que "Stephen no puede alejarse de mi" me molesta bastante.
— Stephen no puede alejarse de mi — dejé que toda la ira me consumiera por dentro y explotara.
— Ves está mano — Levanté la mano Izquierda para distraerla — Bueno, no ves — Con mi brazo derecho le dí un codazo en la cara — Esta. — Cuando agachó la cabeza un poco, para quejarse, tomé su cabeza para bajarla más y le dí un rodillazo en la nariz. Ella trata de atacarme, al querer jalarme del pelo, con mi mano derecha, agarré su mano, de la parte del meñique, y con la otra mano su codo, lleve todo su brazo a la derecha, sujetándola, mientras a la vez le torcía el brazo y le doblaba la mano, eso la dejó inmóvil y a mí merced.
Levanté mi mirada para encontrarme con la de Ben — Abre la puerta — él estaba sorprendido, y tardó en reaccionar, pero cuando lo hizo, abrió rápidamente la puerta.
La saqué afuera — Aquí no vuelves más — La solté y le pateé por detrás. Giré la vista para ver a Ben — Sácala del terreno. — Él la sujeto del cuello y brazo por detrás y comenzó a llevársela.
— ¿¡Piensas que soy la única!? ¡Stephen tiene un montón de mujeres! ¡Qué quieren volver a acostarse con él, por una buena noche!, ¡Él no es sólo tuyo, y esas mujeres son mucho, pero mucho, más hermosas que tú! — Gritó esa perra de Abbie, para molestarme.
— ¡Qué vengan! ¡Les va a pasar lo mismo que a ti! ¡Porque Stephen es solo mío! — Stephen es mi novio y voy a defender mi lugar como su novia, dándole una paliza a cada zorra que aparezca.
Entré a la casa, Stephen estaba parado ahí, y me miraba sorprendido.
— Mi amor — Exclamó — Eres increíble pequeña. — Trató de acercarse a mi.
— Si bueno... Tengo cosas que hacer.
— Oye cariño, no estás enojada ¿Verdad?
— No Stephen, no estoy enojada, sí, admito que estaba celosa, muy celosa, y no me gusta que esa clase de mujeres se te acerque... Pero no puedo estar enojada contigo por esto, pasó mucho antes de que nos conocieramos o fueramos algo, y aún que me intriga saber con cuántas mujeres has estado, no lo preguntaré, ya que también no quiero saber. Para que hacerme mala sangre. — No puedo mentir, si me molestaba y mucho, estaba muy enojada, se que esto pasó mucho antes de nosotros, pero aún así me molesta que haya estado con tantas mujeres.
— Bueno, sino estás enojada, entonces ven. — no podía creer como su voz me sonaba tan seductora en estos momentos.
— Debo hacer cosas Steph. — le mentí. Cuando me estaba yendo, me atrapó la cintura y me apegó a él.
— Me encanta verte así, enojada, celosa, y más me encantó, cuando pusiste en su lugar a esa zorra y la sacaste de aquí. — Olió mi cuello — Te amo y me existas tanto cariño. Por favor no te enojes conmigo por eso, sabes que eres la única mujer para mí, y desde que somos pareja no me he acostado con nadie que no seas tú, jamás te engañaría mi amor, no dudes de eso.
— Tks, tonto — Pude sentir como sonrió sobre mi cuello — Así no podría estar enojada contigo. — Tomó la parte de atrás de mi cabeza y la giró hacia él, para luego besarme tiernamente.
— Eres la única a la que quiero — Y continuó con el beso. — Vamos arriba. — susurró a mi oído.
Alguien tosió y al darme vuelta, me dí cuenta de que Diego seguía ahí. — Bueno doctora, creo que es tiempo de que revise mi pierna, la estuve esperando todo el día.
Salí de los brazos de Stephen — Claro, perdóname, de tanta conmoción se me pasó. Te ayudaré a subir hasta tu habitación — Puse un brazo de Diego sobre mis hombros y lo agarré de la cintura para ayudarlo a caminar mejor.
— ¿En serio vas a preferir atenderlo a él, que estar conmigo?
— Stephen, Diego es mi paciente y hoy ya estuve contigo.
— Pero Lucy, eres mi...
— Dormiré contigo, solo espera un poco — Interrumpí a Stephen, porque no quería escucharlo quejarse.
— Bien — Dijo de mala gana y lo ví desaparecer de mi vista.
— Lamento haber causado problemas entre ustedes dos — Dijo Diego, lo voltee a ver.
— No te preocupes, a veces Stephen es como un niño.
— No me refiero solo a esto, sino a lo de Abbie, ella nunca debió venir aquí. Solo molestó, ya que tú, pequeña e increíble Lucy, le diste una paliza. Ahora entiendo porque Stephen siempre dice que lo sorprendes. — Puso su mano sobre mi cabeza y sacudió mi cabello, la puerta se abrió al mismo tiempo, entrando por ella Ben — Eres una pequeña caja de sorpresas.
— Solo Stephen puede decirle pequeña a Lucy — su voz era muy profunda y gruesa, hasta podría decir que estaba molesto. Después de decir eso, se marchó.
Diego negó con la cabeza — Pobre Ben. Pero no hay nada que puedas hacer Lucy, él tiene que olvidarte.
— No hablemos de eso, me siento mal por él — y sí, era verdad sentía pena por Ben, ya que yo nunca podré amarlo como lo hago con Stephen. Lo quiero y mucho pero no de esa forma. — Quisiera que conociera a alguien.
— ¡Lucy! — Exclamó Stephen. — ¿Qué hace aquí otra vez? ¿Todavía no suben? Apúrate.
Miré a Stephen con una mirada asesina — Dormirás sólo. — Comencé a subir con Diego.
— Eehh... No, mejor tómate tu tiempo.
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No te alejes de mí [Stephen James]
Random- Todos piensan que soy malo - dije mientras estábamos acostados. - Pero tú cariño, me ves como una maldita buena persona. - Es que no eres malo. - dijo mientras me miraba a los ojos, con su tierna e inocente mirada que posee. - Oh cariño, se ve que...