— En unos días ya podrás irte — Le dije a Diego.
— Genial, gracias doctora, hubiera perdido la pierna sino fuera por sus tratamientos.
— No exageres Diego.
— Pero es la verdad, Stephen tenía razón cuando dijo que eres la mejor doctora.
— Seré doctora. — Lo corregí, aprecio que crea que soy una buena doctora, pero aún no me he recibido, así que no puedo ejercer ese título.
— Muy bien, ya eres libre, puedes irte con Stephen antes de que el venga a matarme por retenerte tanto tiempo.
Su comentario me hizo reír — Descansa — Dije y salí de la habitación.
(...)
Cuando entré en mi habitación, encontré a Stephen recostado en la cama y de brazos cruzados — Tardaste demasiado.
Ignore su queja, caminé hasta el armario y comencé a desvestirme — La pierna de Diego está mucho mejor, pronto podrá caminar bien. — comenté, lo sentí detrás de mí y comenzó a besar mi cuello.
— En unos días habrá cierta "fiesta", vendrán muchas personas aquí.
— ¿A qué te refieres con "cierta fiesta"? — pregunté extrañada.
— Será una reunión con mis aliados y también vendrán con sus esposas o acompañantes, lo que sean, y quiero presentarte como mi mujer. — Sentí su lengua y una succión, eso dejará una marca.
— Voy a bañarme — Salí de sus brazos.
— ¿No dirás nada? — Me preguntó refiriendose al tema anterior.
— Soy tu mujer me presentes o no Stephen, eso no cambiará, no tengo nada que opinar. — De un abrir y cerrar de ojos, Stephen me había volteado, estaba enfrente mío tomando mi cintura y apagándome a él.
Su frente se pegó a la mía — Quiero bañarme contigo.
— Muy bien — Le dí el gusto, lo ví sonreír con lascividad y mis pies dejaron de tocar el piso.
Entramos al baño y se quitó la ropa velozmente.
Prendí el agua caliente y dejé que cayera sobre mi, al rato, entró él colocándose delante mío. Tomó la esponja y la enjabonó — Te la pasaré por el cuerpo. — Sus labios hicieron contacto con los míos, él metió su lengua en mi boca y comenzó a provocarme con ella, mientras que enjabonaba mi cuerpo.
— Lucy — la nombré mientras le enjabonaba el cuerpo y la besaba.
Ella tomó la esponja y comenzó a pasarla sobre mi cuerpo. Su tacto sobre mí se sentía tan bien, me encantaba que ella me tocara.
Me acerqué aún más y Lucy retrocedió chocando con la pared; el agua caliente cayó sobre mí cuerpo. Mi brazo derecho estaba en la pared y el otro la tenía agarrada a ella. — Ya no aguanto — Lucy debió ver la lujuria que aparecía en mi mirada.
En cuanto la besé posesivamente, pero a la vez tierno, volví a meter mi lengua en su boca. Lucy comenzó a tocarme, aunque ya estaba duro, eso me éxito aún más.
Bajé mi mano izquierda, para tocar su clítoris y meter dos dedos en su interior; haría que ella sintiera mucho placer.
Dejé de besarla y me arrodillé, abrí sus piernas; con mis manos debajo de sus rodillas la levanté, dejándola apoyada en la pared, sin que tocara el suelo. Estaba Lascivo y ella expuesta a mí.
Devoré su entrada con mi lengua, escucharla gemir, me ensendía más y más.
Cuando se corrió, me levanté y la penetre, ella enrredó sus piernas en mi cadera. La penetre duro y profundo, profundo y rápido, una y otra y otra vez, cada vez mucho más rápido.
Estar dentro de ella, era como estar en el cielo, un lugar que solo puedo entrar, si Lucy está conmigo, ya que está bastantes claro que jamás iré allí.
"Lucy... Lucy... Lucy". Es lo único que siempre está en mi cabeza. Ella es mía, solo mía, me pertenece solamente a mí, y lo sabe.
— Eres solo mío, Stephen — Escucharla decir eso mientras la embestía, terminó de acabar conmigo. La penetre mucho más rápido y duro, se corrió y la seguí.
Mi frente chocó con la suya, teníamos la respiración agitada — Eres mi debilidad pequeña. — Respiré aún agitado — Mi maldita debilidad.
— Mejor que sea así; porque si te acuestas con otra mujer te mato. — Reí por su comentario. Sé que bromeaba, pero una parte era cierto; aún le molestaba lo de Abbie.
— Y si tú, te acuestas con otro, lo mato.
— Y ¿A mí que me harías?
— A ti... Te secuestraría y te ataría a mi cama, dónde te follaría, hasta que entendieras que solo eres mía. — Ví como su garganta subió y bajo, tragó saliva.
— Ay — Exclamó. Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro.
La miré con intensidad — No puedes alejarte de mi Lucy; no solo eres mi debilidad, sino que también mi droga.
— Tú igual — Iba a besarla, pero ella fue más rápida que yo.
(...)
Salimos del baño; rápidamente, me coloqué detrás de ella y le dí un rápido beso en el cuello, me encantaba tocarla. Luego la solté y nos cambiamos para dormir.
Solo me puse un boxer, como de costumbre — Quiero que duermas en ropa interior también. — Dije mientras la veía cambiarse.
— No puedo hacer eso.
— ¿Por qué no?
— Nunca lo hice, y me sentiría incómoda si duermo así.
— Pero solo estoy yo, además, te he visto desnuda muchas veces.
— No, no es que eso me moleste, solo que...
— Está bien, lo entiendo — La interrumpí — Pero puedes empezar de a poco, como nada en la parte de abajo, a excepción de las bragas y remera arriba. — Ella lo pensó un poco. — O también puedes usar alguna de mis camisas o remeras.
— Está bien, te consedere eso. — Sonreí de oreja a oreja. — Pero date la vuelta, yo elegiré la remera.
— Bien — Me dí la vuelta.
No pasó mucho hasta que la escuché hablar — Listo — Voltee. Llevaba una remera negra con algunas palabras en rojo. El largo era hasta un poco más abajo de la nalga. — Me gustó esta remera.
— Perfecto — La tomé en brazos y nos acostamos. Pasé mi brazo sobre su cintura, y el otro debajo de su hombro, ella tenía su cabeza en mi pecho. — Lucy. — La llamé.
— ¿Mmm?
— Te amo — Sé que sonrió, estoy seguro de eso.
— Lo sé ¿Y sabes algo?
— ¿Qué?
— Yo también te amo, y me alegra que me hayas mentido, porque sino hubiera sido así, nunca me habría enamorado tanto de ti Steph. — Beso mi pecho. — Pero si lo vuelves a hacer otra vez, voy a dejarte.
Tragué con fuerza — No sucederá. Descansa mi amor.
— Tú igual.
Lucy, como amo a Lucy, ella me complementa tan bien, cuando la tengo a mi lado, puedo sentirme extasiado, lleno, completo, felíz...
Cuando estoy con Lucy no me siento un monstruo. Aún sabiendo la clase de persona que soy, Lucy jamás se alejó de mi, siempre estuvo a mi lado, nunca dudo o tuvo miedo de mi. Lucy fue la única persona que no me vio como un monstruo, me acepta y me ama así. Solo quiero protegerla y cuidarla, para que nada malo le vuelva a pasar. Ella es única y lo mejor de todo, es que es mía.
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No te alejes de mí [Stephen James]
Random- Todos piensan que soy malo - dije mientras estábamos acostados. - Pero tú cariño, me ves como una maldita buena persona. - Es que no eres malo. - dijo mientras me miraba a los ojos, con su tierna e inocente mirada que posee. - Oh cariño, se ve que...