Tomaba la clase de el profesor Mazzello, era lindo, guapo, guapísimo, inteligente, serio, culto, de todo.
Si tal vez me gusta un poquito y dado que es mi profesor de tesis, es y no es bueno a la vez, digo, nos llevamos bien, teníamos muchas cosas en común y lo malo es que no puedo evitar sonrojarme cada vez que estoy con el.
Respecto a lo otro es que tomaba su clase es porque hoy es el día de mi graduación y era hora de irme. Tal vez volvería para hacer mi maestría, pero Joe ya no seria mas mi profesor ¿Eso es bueno?
Estaba en mi mesa sola ya que todos se encontraban bailando con sus respectivas parejas, yo no, digo, no me sentía demasiado como para estar con alguien y mi familia no había podido llegar a tiempo. Estaba sumida en mis pensamientos cuando de pronto alguien toco mi hombro.
-¿Me concede esta pieza Srta. Johnson- hablo el profesor Mazzello.
-Claro- le dije con una sonrisa.
Este envolvió sus brazos alrededor de mi cintura mientras Thinking out loud sonaba de fondo.
-Luce preciosa- me dice causándome sonrojo.
-Gracias, usted también luce guapo profesor Joe.
-Solo Joe por favor, ya no eres mi alumna- dice sonriente.
-Ouu esta bien Joe- le respondo.
De pronto me sobresalto cuando este me pega mas a su cuerpo y hunde su rostro en mi cuello.
-Calma, ______ quiero decirte...-comenzó susurrando.
-Siempre me gustaste, eres tan linda en todos los sentidos y me preguntaba si ¿Me darías una oportunidad? - dice.
-También me gustas y me gustaría intentarlo- le respondí.
Un emocionado Joe me tomo del brazo sacándome del salón para llevarme a su auto.
-Tranquilo vaquero no tan rápido- le digo riendo.
-Lo siento me emocione- se disculpa.
Solo ruedo los ojos para besarlo yo.
Estábamos en medio del estacionamiento en un romántico beso con la fría brisa de diciembre sobre nosotros. De pronto sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo.
-¿Vamos a mi casa?- pregunta a lo que rio -Si quieres, solo para que no tengas frio-
-Vamos.
Ya en su casa me hizo sentarme en la sala para encender la chimenea.
-¿Mejor?.
-Mejor- le respondo acomodando la manta que me había dado antes.
-¿Por qué estabas sola?- pregunta.
-Mi madre y mis hermanos no pudieron llegar hoy, de hecho, estarán aquí mañana por la tarde. Hubo un problema con sus boletos de avión así que estaba un poco solitaria- le digo triste.
-Ouu, lo siento. Salve la noche supongo- dice riendo.
-Lo hiciste créeme-
Nos quedamos mirando a los ojos, esos profundos y hermosos ojos color esmeralda.
-Al diablo-
Fue ahí cuando nos comenzamos a besar hasta que nos recostamos sobre el sillón con el sobre mí. El beso fue subiendo de tono hasta que Joe comenzó a buscar el cierre de mi vestido y al encontrarlo lo bajo.
-Antes de seguir ¿Quieres esto? -me pregunta mirándome a los ojos.
-Joe, yo...claro que quiero pero...-comienzo.
-Por favor no digas que tienes pene, no ahora- dice serio.
-¿Qué? Nooo- le respondo riendo.
-Yo...nunca he estado con nadie- le confieso sonrojada.
-No te hare daño calma pequeña.
Después de eso hicimos el amor en su sofá con la chimenea delante de nosotros hasta quedarnos dormidos de cucharita.
Comencé a removerme y abrí los ojos tratando de enfocar mi vista, iba a tallarlos cuando noté que no podía mover el brazo.
Mire sobre mi hombro para observar a Joe tranquilamente dormido.
Me acomodé sobre mi espalda para verlo mejor y comencé a acariciar su cabello, este en reflejo se acurruco sobre mi pecho y se abrazó más a mi comenzando a despertarse hasta que logra hablar.
-Buenos días princesa
Definitivamente podría acostumbrarme a esto.