-Hola- saludo.
-Hola, pasa preciosa- me dice un somnoliento Sebastian.
-Lamento haberte despertado se que son las 3 de la mañana- le digo en pijamas y ridículamente abrazando mi peluche exageradamente rosa.
-¿Paso algo?- pregunta.
-Si, bueno no. Mmmmm. Mi mamá salió hoy y no volverá en una semana, el problema es que me dio mucho miedo y me preguntaba si podría quedarme hoy contigo- digo apenada.
-¿Qué te asusta pequeña?- dice Stan abrazándome y guiándome hacia el segundo piso de su casa.
-No lo sé. Sentí mucho silencio y luego unos perros ladraron e imaginé un montón de cosas.
-Tranquila puedes quedarte conmigo toda la semana si deseas pero ¿Ese peluche no es demasiado rosa para ti? - me dice riendo.
-Calla, todo peluche de miniso no es demasiado rosa incluso para mi.
Llegamos a su habitación y apuro a meterme debajo de las cobijas causándole una risa a mi novio.
-Así que...tenemos una semana- habla.
-Así es- le respondo.
-¿Y que quieres hacer?- me pregunta.
-Pues llevamos 8 meses de noviazgo- digo
-Si
-Y en verdad eres alguien muy importante para mi.
-Si
-Sebastian, quiero perder mi virginidad contigo- digo bruscamente causando que este se altere.
-¿Qué? Digo ¿Estas segura?
-Si lo estoy. No ahora solo que podríamos aprovechar esta semana- le digo.
-Me siento alagado y en verdad quiero hacerte vivir esa experiencia, pero solo falta algo- me dice.
-¿Qué?- pregunto.
-Quiero que tu mamá sepa que tienes pareja al menos, sé que estas nerviosa pero solo eso. Además, me gustaría presentarte a mi madre- me dice.
-Trato- le respondo dándole un apretón de manos.
+++
Me encontraba en la sala de Sebastian recostada en su sillón cuando este entro a la casa.
-Hey ¿A dónde fuiste? - le pregunte dado que de repente solo salió en su auto sin decir nada.
-Pues yo...fui a comprar condones- dice entre si debería o no decirlo lo cual me causa una risa.
-Dijiste que en esta semana, quiero estar preparado- dice nervioso.
-No me rio por eso cariño- le digo yendo a abrazarlo.
-Ooo, bueno- dice ya más calmado.
Me separo de el nerviosa y miro al suelo.
-Quisieras, no sé, ¿usarlos ya?.
-¿Ya? Digo no importa. En verdad quiero que sea especial para ti- dice nervioso.
-Y lo será si es contigo- le respondo besándolo.
Este se da la libertad de pasear sus manos por mi espalda, cintura y finalmente trasero, dándome golpecitos en señal de que me suba a él, a lo cual le hago caso y esta me carga hasta su habitación.
Entramos y me deposita en la cama cuando de pronto se detiene y ve algo fijamente.
-¿Podremos quitar esa garza del buro? Siento como me juzga- dice refiriéndose a mi peluche que había dejado hacia dos noches en su buro.
-Esta bien- le respondo riendo para lanzarlo al otro lado de la habitación.
Continuamos besándonos y Sebastián saco cuidadosamente mi blusa y pantalón deportivo. Este comenzó a besar mi cuello y yo aproveche para sacar su ramera.
-Me molesta que fueras con esos pantalones de chándal a la farmacia- le digo celosa.
-¿Por qué?
-Tu trasero luce genial en ellos, no tolero que otras chicas te miren- le respondo.
-No lo hacen- dice.
-Claro que lo hacen, siempre- le respondo molesta.
-Si y quienes me vieron, vieron que compre condones que voy a gastar contigo, mi novia, el amor de mi vida y no con alguna de ellas.
-Esta bien me convenciste- le digo antes de subirme sobre el y sacarle los pantalones.