-¿Estás seguro de lo que haces?- preguntó un hombre con notable preocupación.
-Claro, ahora pásame esa caja por favor- el joven señaló dicho objeto y el hombre se lo dio sin mucha confianza a sus palabras.
-Jefe, ¿está seguro de esto?- el hombre de traje y corbata asintió.
-Estás hablando de mi hijo, confío en él-.
-Pero si sólo tiene trece años- el hombre formó una sonrisa en sus labios.
-Exacto-.
Shio Ariandel, un joven de trece años, el cual en estos momentos está trabajando para arreglar el sistema principal de toda una empresa. Dicha computadora dejó de funcionar sin explicación alguna, el padre de Shio al saber de tal atrocidad, decidió dejar esa labor en manos de su hijo. Cosas como estas eran pan comido para el joven Shio, tanto que terminó su trabajo en menos de un mes.
A pesar de sus cualidades, Shio tenía un gran problema para confiar en la gente y siempre terminaba sin amigos, ¿la razón? La gente no soportaba el hecho de que Shio siempre tuviera razón, sin importar cual fuera su argumento, terminaba siendo algo acertado y ganaba la discusión. Eso pasó muchos años, hasta que empezó a cursar la preparatoria y conoció a Kaylor.
-¿Me acompañas a la cafetería?- preguntó Shio un tanto animado.
-Claro- contestó Kaylor como siempre.
Su rutina diaria consistía en salir de clases para ir a la cafetería y comprar una quesadilla, la comida chatarra favorita de Shio. Con el paso del tiempo, Shio conoció a más chicos que terminarían siendo parte de su vida. En un momento, pensó que era exagerado que tuviera a tantas personas que lo llamaran amigo, pero gracias a Kaylor, esa idea se borró de su mente. Ahora Shio disfrutaba de la compañía de sus amigos y era una persona totalmente distinta.
-Ella es Rose, mi hermana mayor- la morena le saludó con gentileza.
-Mucho gusto, gracias por animarte a ir al cine con nosotros- le agradeció la chica con una enorme sonrisa.
-¿Nos vamos?- preguntó Alex con sus cosas en la mano.
-Vamos- Rose agarró su bolso y caminaron rumbo a su auto.
Al paso de los días, aquella chica igual se volvería en alguien importante en su círculo social. Tanto, que incluso se volvió en la primera persona en encararlo en un argumento y le ganó por experiencia. Ni con su madre le había pasado eso.
Cuando el joven Shio recién cumplió los dieciocho años, su padre le encargó nuevamente reparar la computadora central del sistema de su empresa. Para Shio eso ya no era problema, pero para algunos profesionales que tenían años de experiencia, lo veían como una completa amenaza.
-Jefe, es un mocoso de dieciocho años, ¿cómo puede confiarle tal cosa? Ni siquiera tiene un título- el padre de Shio cambió su semblante a uno completamente serio y eso provocó que el cuerpo del hombre temblara.
-Es mi hijo y lo conozco mejor que nadie en esta empresa, se lo que hago y él también, así que por favor, resérvate tus comentarios y ve a hacer lo que mejor sabes hacer, nada- el hombre abrió los ojos de golpe y salió de la sala, había cometido el peor error de toda su vida.
Pasaron un par de semanas y Shio llegó nuevamente a aquella empresa a seguir con su trabajo. Las horas se fueron volando y el sol terminó ocultándose, las luces se encendieron automáticamente y aquel hombre ayudaba al joven Shio a seguir con su trabajo.
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K.A.R.M.A. II
FanfictionEn un mundo sin existencia, en un lugar sin vida misma, mis manos se tocan. Todo a mí alrededor está oscuro, todo está perdido, ya no hay nada. Todo por lo que luchamos, todo por lo que vivimos, todo ha dejado de ser. Lo que una vez llamamos vida ha...