Volterra. Un hermoso y pequeño pueblo ubicado en el hermoso país de Italia. El sol iluminaba las calles de forma majestuosa y la gente caminaba por entre ellas con el ánimo de siempre. En un enorme castillo ubicado cerca del centro del pueblo, adentro se llevaba a cabo una reunión muy importante entre cinco hombres.
Aquellos hombres eran los conocidos como Los Vulturi, un clan reconocido entre el grupo de vampiros y que se ubicaba en el reino de Muscadet. Los integrantes de este grupo eran Aro, un hombre de cabello largo, nariz puntiaguda y una mirada un tanto demente. Después estaba Cayo, quien a diferencia de los tres, era el que tenía el aspecto más joven, con cabello rubio hasta la mandíbula y una mirada helada. Y por último, estaba Marco, el de aspecto mayor a los tres, con cabello castaño oscuro hasta los hombros y un aire elegante. Estos tres hombres se encargan de mantener la vida de los vampiros en equilibrio, en secreto y todo lo llevan a cabo con leyes que les gusta seguir al pie de la letra.
-Aro, se está volviendo un gran problema esto de que nuestro mundo se ha fusionado con el del planeta Tierra- Marco llamó la atención del líder de los tres.
-Estoy muy consciente de eso, ¿cómo podemos trabajar en seguir nuestras leyes? ¿Alguna idea? ¿Cayo?- el hombre se dirigió al joven y este simplemente guardó silencio.
-Debemos acabar con todo aquel que quiera destruir nuestras normas, incluso los no vampiros- aquella idea hizo que los ojos de Aro se iluminaran.
-Podría ser mi querido Marco, ¿pero cómo lo lograríamos?- Aro juntó las yemas de sus dedos pensativo.
-Señor, lamento mucho interrumpir su reunión- los tres hombres se giraron en su lugar para ver aquel joven de ojos rojos, cabello corto y café.
-Dime, Alec-.
-Alguien lo está buscando- Aro vio a sus compañeros y fueron a tomar asiento en sus respectivos asientos, los cuales estaban ubicados en el centro, eran enormes y hechos de mármol macizo.
-Hazlo pasar- una sonrisa divertida se asomó en el rostro del líder.
En segundos, una joven de cabello rubio recogido en un perfecto moño, entró a la habitación acompañada de otra pequeña figura, la cual tenía cubierta su apariencia con una capucha.
-Pero que tenemos aquí, ¿un invitado especial?- dijo en tono burlesco Aro y sus compañeros simplemente se dedicaron a ver aquella figura en silencio.
-Preséntate- ordenó Marco con su gruesa voz.
Sin decir una sola palabra, la figura dejó ver sus blancos brazos, sus manos tomaron la capucha y descubrió su rostro, mostrando su verdadera identidad. Los rostros de todos parecían haberse iluminado, una sonrisa traviesa se asomó en el rostro de Aro y dejó salir una dulce carcajada.
-Miren a quien tenemos aquí. Si no es más que la hija de los Cullen, nuestra querida Renesmee Cullen- la chica, quien seguía con el semblante serio, no dijo una sola palabra-. Impresionante, has crecido tanto. ¿Qué te trae por aquí?- pregunto con interés, pero para ella, era obvio que su pregunta no era más que capciosa-. Cómo sea, llegas a tiempo- Renesmee le vio confundida-. Has llegado justo a tiempo para empezar nuestra fiesta, eras el invitado especial que nos faltaba en la mesa-.
De un momento a otro, una alargada mesa rectangular fue colocada en el centro de la habitación junto a unas siete sillas de madera vieja. Copas de cristal, bandejas repletas de comida artificial, botellas de vino e incluso velas encendidas. Todo un festín.
-¿Siete lugares?- Jane dijo en voz alta y Aro aplaudió emocionado.
-Claro, recuerden que nuestra querida Renesmee ha venido a por alguien, ¿lo olvidan?- el hombre les vio con los ojos completamente abiertos-. ¿No es esto a lo que has venido, querida?- Aro se puso de pie, su capa se movió con gracia y detrás de ella apareció Alex, quien estaba amarrado completamente y una tela gruesa tapaba su boca.
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K.A.R.M.A. II
FanfictionEn un mundo sin existencia, en un lugar sin vida misma, mis manos se tocan. Todo a mí alrededor está oscuro, todo está perdido, ya no hay nada. Todo por lo que luchamos, todo por lo que vivimos, todo ha dejado de ser. Lo que una vez llamamos vida ha...