Silencio. Era lo único que se podía escuchar en esos momentos. Un silencio espectral.
Las paredes estaban llenas de vida gracias al tapiz de flores, los muebles viejos de madera llenos de marcos con fotos de personas alegres, lámparas antiguas, sillones blancos con flores rosas y una mesa de centro con un juego de té. El humo salía de las tazas y flotaba, desvaneciéndose en el ambiente. Aquel dulce aroma a frutos rojos que provenía del líquido café que contenían esas tazas de colores entraba a sus fosas nasales y les regalaba una inquietante paz; era un lugar verdaderamente relajante.
El hogar, que al parecer, perteneció a una señora ya mayor; a la cual sus hijos llegaron a visitar con frecuencia. Lamentablemente, como pasa en toda historia de una persona anciana, poco a poco fue olvidada. Hasta el día en que, el famoso ángel de la muerte la visitó, para llevarse no sólo su alma; también su dolor y la tristeza que la envolvían desaparecerían de aquel hogar, que esperaría con ansias la llegada de esas personitas que alguna vez llenaron de vida su casa.
Rose veía en silencio aquellas fotografías de la mujer que tuvo que visitar no hace mucho tiempo. A pesar de la insistencia de la señora, su deseo seguía sin cumplirse; mientras tanto, a Rose le agradaba ese lugar para tomar un respiro, despejar su mente y liberarse de aquel dolor invisible que siempre perforaba su corazón.
Por otro lado, estaban Yuya, Yuto, Yugo, Yuri y Shun. Los cinco se encontraban sentados en esos enormes y viejos sillones, esperando a que Rose hablara. Yuri, el joven de los ojos rosas, se movió ligeramente hacia enfrente para alcanzar una de las tazas que Rose recién había servido con ese hirviente líquido. Llevó la taza a su boca y dejó entrar la cálido bebida, sintiendo como todo su cuerpo descansaba.
Sin decir una palabra, Shun hizo lo mismo. Temía que la bebida estuviera alterada e hiciera un efecto contrario a lo esperado. Pero fue grande su sorpresa, al descubrir el exquisito sabor que contenía ese hirviente líquido y sintió como todo su cuerpo respiraba.
-Beban, les ayudará a aclarar sus pensamientos- dijo Shun con voz tranquila, pero en un tono demandante.
Yuya vio las tazas sin mucha confianza y después a Shun, quien tomaba tranquilo el té que la mayor les había preparado. El muchacho dejó salir un leve suspiro, movió sus brazos de manera que pudiera alcanzar la taza más cercana e imitó la acción de los otros dos.
Yugo y Yuto se vieron de reojo. Yugo alzó sus hombros y tomó una taza. Yuto se cruzó de brazos, pero entonces, la mirada carmín de Yuya le vio con tranquilidad. Era como si le estuviera invitando a que hiciera lo mismo que el resto. Rodando sus ojos y dejando salir un bufido audible, se inclinó, tomó el objeto restante y bebió de él.
-¿Mejor?- Yuto vio a Shun sin dejar de beber; Yuto, sin abrir los ojos, asintió y permaneció con la taza en la mano.
-Rose- después de terminarse el té, Shun sintió como la energía en su cuerpo volvía y se animó a por fin hablar-. Rose, ¿nos dirás lo que ha pasado allá?- estaba tranquilo, aunque su voz denotaba otra cosa.
-Hace mucho tiempo... Unos veinticuatro años si no me equivoco- Rose tomó una fotografía que estaba sobre la vieja chimenea. En ella, un joven niño de cabello gris con unos cuantos mechones verdes, estaba tomado de la mano de una hermosa mujer de cabello blanco y una pequeña de cabello negro se aferraba al vestido de ella-. Conocí a un joven duelista que tenía un sueño. Ser un gran duelista de entretenimiento en el mundo del Duelo de Monstruos- Rose dejó la fotografía y se dio la vuelta, tomó asiento en un sillón individual que se encontraba cerca de la chimenea y recargó sus codos sobre sus piernas-. Lo tenía todo, carisma, un buen sentido del humor y era apuesto. Pero, sobre todo, tenía un gran amor por los duelos. Su pasión era la diversión y, el amor de la gente por sus duelos, le inspiraba a ser cada día mejor- Rose sonrió de lado recordando el rostro de Zarc-. Él y yo nos conocimos gracias a un duelo que tuvimos entre los dos, como parte de su espectáculo claro- una pequeña risa salió de su pecho y la morena pasó su mano por su cabello-. Sin entender el por qué, hubo una conexión entre los dos y fue de inmediato. Después del duelo, ambos salimos a tomar un paseo. Platicamos, tomamos un café, cenamos y, cuando llegó el momento, nos despedimos. Al día siguiente, fui a verlo a otro de sus duelos que formaba parte de su itinerario de espectáculos para el público que siempre lo ovacionaba. Me gustaba verle sonreír, ver sus ojos brillar al estar en la arena. Cuando se subía sobre sus monstruos y corría por todo el espacio. Los gritos de los niños, los suspiros de los adultos y los aplausos al final. Era el escenario perfecto para alguien que soñaba con eso- la sonrisa de Rose se esfumó y todos los presentes sintieron un aire extraño rozar sus cuerpos-. Fue así un tiempo... Hasta que un día, ocurrió el inicio de todo esto- Rose tomó sus dos manos con fuerza, evitando tocar sus brazos vendados-. Era otro día normal de espectáculo, ya no había tanta gente como antes, pero Zarc igual amaba tener sus duelos y divertir a los pocos que estaban. En uno de sus ataques, sin saber cómo, el rayo de su dragón alcanzó al duelista contra el que competía y le causó daño real, un golpe físico- Rose tragó saliva con dificultad y carraspeó su garganta para poder continuar-. En ese momento, la gente que había visto lo sucedido, le aplaudió con más fuerza que en ocasiones anteriores. Yo vi como los ojos de Zarc se oscurecieron y sus labios formaron una sonrisa que jamás había visto en él- las manos de Rose empezaron a temblar junto a su pierna que no dejaba de moverse de arriba a abajo-. Lentamente, con el paso de los días, el corazón de Zarc se fue oscureciendo. Sus duelos divertidos, sus espectáculos llenos de vida y color, se fueron envolviendo en las sombras con cada ataque físico que provocaba para complacer a su público. Nadie lo veía mal, todos disfrutaban ver a las personas sufrir, como si se tratasen de unas bestias. Gritos de dolor, cuerpos fracturados, cortadas reales y mucha, pero mucha tortura psicológica. Zarc ya no era el mismo, su forma de actuar... Ya no era él...- Rose llevó su mano hacia su boca y sacudió su cabeza-. Cuando intenté acercarme a él nuevamente, su mano no sólo había golpeado mi rostro, si no algo más interno- Rose tomó su colgante-. Pero, por más que quisiera que eso me doliera...- la morena guardó silencio de golpe y desvió su mirada-. Un día, recibí un mensaje de parte de los Dioses. Era claro, Zarc estaba atentando con el equilibrio del universo y tenía que terminar con él. Sus duelos, en un futuro, no sólo consistirían en lastimar al contrario. Tarde o temprano, terminaría en asesinatos y la gente se lo aplaudiría- Rose vio a sus amigos; sus ojos ahora estaban rojos-. Entonces, entendí la razón por la que había llegado con él. No estaba para conocerlo y hacerme su amiga, no. Había ido para acabar con su maldad y llevarme su alma. Pero, para poder hacerlo, primero debía conocerlo y ver como se transformaba en un monstruo- su mirada se oscureció y su mano apretó más aquel dije-. Cuando llegó el día en que llevaría a cabo mi tarea como ángel de la muerte, fue cuando Zarc perdió el control completamente. Leo Akaba ya había intentado detenerlo y su hija Ray fue quien lo salvó. Al llegar al lugar, lo único que pude ver fue un espacio hecho cenizas y una enorme bestia encima de todo el desastre- Rose cerró sus ojos y respiró lentamente; debía calmarse o el enojo se apoderaría de ella-. Debía detenerlo a toda costa y, eso fue lo que hice, hasta que Ray intervino. Recuerdo que ella, al igual que yo, admiraba mucho a Zarc y, cuando ambas nos dimos cuenta de su cambio, Ray fue la única que vio una esperanza en él. Fue por eso que ella logró ganarme en esa ocasión, atrapó a Zarc con la guardia baja gracias a mi y dividió su alma en cuatro, al igual que la isla original dónde había nacido el Duelo de monstruos y a ella misma- Rose nuevamente abrió sus ojos y su mirada descansó en la mesa que estaba frente a su lugar-. En ese momento, fui arrastrada al infierno y los Dioses me dijeron que ya no podía hacer nada, que ya las cosas habían vuelto a la normalidad y que debía dejar las cosas como estaban. Pero, muy dentro de mí, sabía perfectamente que no era cierto- Rose vio a Yuri, quien desvió su mirada al suelo sabiendo que parte venía en la historia-. Tuve una ardua discusión con los Dioses, nunca había durado tanto tiempo hablando con ellos- Rose dejó salir una risa divertida-. Por obra del universo, los Dioses accedieron y me permitieron volver a salvar nuestro mundo del futuro desastre que se acercaba. Pero antes, los Dioses me dieron este colgante y me dijeron claramente, que este objeto me llevaría a los lugares que fueran de vital importancia en el momento indicado- Rose tomó aquel cuarzo de colores entre sus manos-. En cuanto lo tuve conmigo, una luz blanca envolvió mi cuerpo y fui arrastrada a la isla de Fusión, dónde estaba la Academia y conocí a Yuri cuando era un estudiante- Rose vio de reojo al chico y le sonrió de lado-. ¿Lo recuerdas?- el chico simplemente asintió.
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K.A.R.M.A. II
FanfictionEn un mundo sin existencia, en un lugar sin vida misma, mis manos se tocan. Todo a mí alrededor está oscuro, todo está perdido, ya no hay nada. Todo por lo que luchamos, todo por lo que vivimos, todo ha dejado de ser. Lo que una vez llamamos vida ha...