Capítulo 55 - "Problemas."

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-¿Atem?- Yuya abrió sus ojos por completo y vio con preocupación a Yuto.

-Como lo sospeché- dijo Yuto cruzándose de brazos; su semblante serio era el de siempre, pero por dentro, su sangre hervía con fuerza.

-¡Faraón!- gritó furiosa Rose y tomó del cuello a Atem.

-¡Majestad!- sus seguidores gritaron horrorizados e intentaron acercarse a la morena para quitarla de encima del joven rey, pero una extraña barrera negra impidió que dieran otro paso más quemando sus manos al tacto.

-Tranquilos- dijo Atem con dificultad para hablar-. Rose- la morena apretó con más fuerza y su mirada se oscureció.

-¡Ni siquiera pronuncies mi nombre!- los ojos de Rose se hicieron rojos y su respiración se empezó a agitar.

-Basta- Atem tomó a Rose de sus brazos y la empujó sin ningún problema, pero la morena se quedó en su lugar con sus brazos ya a sus costados-. Deja de comportarte como si tuvieras quince años- un aura negra envolvió el cuerpo de Rose y sus labios formaron una sonrisa maniática.

-¿Disculpa? Pero quien fue le inútil que decidió hablar segundos antes de irse, ¿eh?- entre risas, Rose golpeó su frente y negó-. Pierdo mi tiempo- la morena le dio la espalda al faraón y bajó esas escaleras de mármol dorado-. Di lo que quieres para largarnos de una vez por todas- el grupo de seguidores del faraón vieron con enojo a Rose, quien no parecía tener una pizca de respeto a su rey.

-Seth y el resto, ¿por qué no llevan a los hermanos de Rose y a Megumin a conocer el palacio?- las personas con las blancas túnicas y los adornos de oro, vieron a su faraón con preocupación.

-Pero, faraón...- Seth se detuvo al ver la mano levantada de su rey y el joven hombre, quien tenía un gran parecido a Seto Kaiba; con al ligera diferencia de que su piel era morena y tenía un cetro dorado en su posesión.

-Es una orden- al decir eso, sus seguidores inclinaron sus cuerpos y se dirigieron a donde estaban el resto junto a Rose.

-Sígannos, por favor- dijo Seth, dirigiéndole a Rose una mirada fría; la morena le sonrió de forma juguetona y el sacerdote no pudo evitar responderle, desviando su mirada de inmediato.

-Bueno, ya te llevaste a mis hermanos a quien sabe donde. Ahora sí, dime que es lo que quieres- Rose se cruzó de brazos y Atem se acercó a ella.

-Vaya, si que son iguales a mí- dijo Atem viendo a los cuatro chicos que compartían un gran parecido entre sí y también con él-. Estoy seguro de que las chicas eran igual de hermosas que Rose, ¿o me equivoco?- el chico alzó una ceja viendo a la morena con un aire coqueto.

-Bueno, si se parecían, pero Rose es mucho más hermosa- al decir eso Yuto, la mirada penetrante del faraón se posó en él.

-Si, ya todos nos sabemos esa historia- Rose movió su mano frente a Atem para que dejara de matar con la mirada a Yuto-. ¿Qué es lo que quieres?- cuando Atem por fin la vio, la chica alzó una de sus cejas y el chico simplemente sonrió.

-Veo que has cambiado mucho, Rose- la mayor rodó sus ojos y asintió con enfado-. Pero sigues siendo igual de hermosa por dentro y por fuera- en ese momento, el rostro de Rose se puso completamente rojo y tragó saliva con dificultad.

-Mira Atem, no estoy para tus juegos en estos momentos- Rose nuevamente lo tomó de su ropa y lo levantó ligeramente del suelo-. Dime de una vez que quieres o me largo en este preciso momento- Atem alzó sus manos con inocencia.

-No entiendo porque estás molesta tú, si el que debería estarlo soy yo- ese aire divertido se esfumó del faraón y ahora estaba igual que la demonio.

K.A.R.M.A. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora