Capítulo 59 - "Desaparecidos."

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-¡No! ¡Mamá, Papá!- su cuerpo se levantó de golpe y se impulsó hacia atrás, haciendo que su espalda chocara contra la cabecera de esa vieja cama.

-Oye, tranquila, aquí estoy Renesmee- un muchacho de piel morena, cabello corto de color negro y un tatuaje en su musculoso brazo derecho; tomó a la joven mujer entre sus brazos y la chica rompió en llanto en su pecho-. Tranquila, estoy aquí, contigo- acariciando su espalda, buscaba tranquilizarla, pero su corazón no dejaba de palpitar a gran velocidad.

-Jacob- los ojos color chocolate de la chica, vieron con espanto los marrones del chico, haciendo que en el centro del pecho del joven, naciera un sentimiento extraño y atormentador; sus ojos se pusieron en blanco y, después de unos segundos, volvieron a la normalidad viendo con preocupación a Renesmee-. Debemos ir con mis padres, ahora- sin esperar a su respuesta, Renesmee se puso de pie y caminó por la habitación tomando toda su ropa con sus pálidas manos y metió todo en una pequeña maleta roja.


Renesmee veía su reloj de muñeca y después el reloj de pared del edificio con desesperación. Las maletas de ambos estaban a un lado suyo y veía a cada una de las personas que pasaban a su lado, como si buscara un rostro familiar entre ellos. La castaña llevó su mano hacia su frente, sintiendo un líquido frío provenir de ella. Tenía mucho tiempo sin sudar.

-Vamos Jacob- golpeó su zapato contra el piso de mármol y chasqueó su lengua.


A pesar de estar en uno de los mejores aeropuertos de Italia, les estaba tomando mucho tiempo conseguir boletos para un avión que los llevara directo a Estados Unidos. Y cuando pensaba que iba a perder la paciencia, vio a Jacob pasar por entre un grupo de turistas, probablemente asiáticos, y se acercó a ella con un semblante nada motivador.

-¿Los conseguiste?- le preguntó una vez estuvo frente a ella.

-Lo siento, todos los vuelos a Estados Unidos están llenos y tienen vuelos hasta mañana- Jacob llevó su mano hacia su nuca apenado y adolorido por los múltiples empujones que recibió de camino a su lucha por conseguir boletos.

-Tenemos que irnos ya- Renesmee llevó su mano hacia su boca, mordisqueando el pellejo de la punta de sus dedos; entonces, los ojos de la castaña se iluminaron y vio a Jacob con una sonrisa-. ¡Lo tengo!- Renesmee tomó a Jacob de la muñeca y cargó ambas maletas sin ningún problema, sorprendiendo a los pocos jóvenes que ya habían puesto sus ojos sobre ella.


Sin importarle las personas mortales que se encontraban a su alrededor, en cuanto ambos salieron por las puertas de cristal, Renesmee utilizó una de las tantas habilidades que había adquirido gracias a su padre. Mientras que Renesmee corría con gracia por entre las calles, autos manejando a gran velocidad y dando saltos por caídas altas; Jacob se aferraba a la mano de su pareja, intentando no perder el equilibrio y no caer.

-Llegamos- sin previo aviso, Renesmee frenó en medio de un bosque y el cuerpo de Jacob salió impulsado hacia enfrente, provocando que casi chocara contra un árbol.

-Renesmee, ¿qué hacemos aquí? Es el bosque maldito de Verona- Jacob llevó su mano hacia su pecho intentando recuperar la respiración.

-Bueno, ¿recuerdas los espejos?- Renesmee se cruzó de brazos y vio a su pareja alzando una ceja.

-Oye, no por ser un licántropo, significa que sea una clase de tonto- Renesmee dejó salir una armoniosa risa y se acercó a él.

-¿Te acuerdas de Rose?- Jacob parpadeó un par de veces y asintió.

-Es la demonio que te reemplazó mientras intentaba salvarnos a mí y a tu familia- la castaña asintió.

-Si, nuestra pelea contra los más antiguos vampiros de nuestro mundo, mis ancestros que no aceptaban que fuera mitad humana y mitad vampiro-.

K.A.R.M.A. IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora