-Rose, ¿qué te trae por aquí?- sus oscuros ojos vieron a la chica frente a él después de muchos años.
-Hola Shio, lamento sorprenderte con mi llegada, pero necesitaba hablar contigo y no por medio de mensajes- sus ojos cafés vieron con preocupación a su hermano.
-¿Qué ocurre?- el chico frunció el ceño y se levantó de su enorme silla de terciopelo color vino.
-La guerra que tanto temíamos se aproxima, y necesitamos de todos para pelear- no hicieron falta más palabras; Shio era el que tenía una mejor conexión con su hermana cuando se trataba de proteger el mundo.
-No digas más, iré contigo-.
115 días para la pelea final.
20 de Abril.
En un lugar desolado, con una carretera que cruzaba por el centro y dónde los autos podían ir a gran velocidad; un pequeño auto de color negro avanzaba, adelantando a todos los autos que se le atravesaban en el camino. Adentro, Rose se encontraba al volante utilizando unos lentes de sol circulares con reflejo de color azul y, de copiloto, Shio jugaba con la radio, encontrando la canción perfecta para continuar con el largo camino de regreso a casa.
-Has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos...- Rose sonrió de lado y Shio se dio cuenta de que el cabello de su amiga ya no llegaba más allá de sus hombros-. ¿Hace cuánto fue eso?-.
-Pues... No sé si se va a cumplir medio siglo- dijo Rose, carraspeando al final su garganta por lo incómodo de la respuesta.
-Vaya...-.
-Tú tampoco te quedas atrás, has madurado mucho desde entonces, los chicos ni te van a reconocer- Rose llevó su mano hacia el pecho de su amigo y lo palmeó un par de veces como solía hacer en juego.
De todos los cambios físicos que habían sufrido por el exceso de poder, al que fueron sometidos en esa ocasión donde casi destruyen a Rose, Shio había sido a quien más le había hecho efecto.
Su mandíbula ahora estaba más marcada, tenía algunas arrugas en su cara que le daban la imagen de un hombre más maduro. Su cabello de color negro, estaba ligeramente largo, con los costados rapados. Su cuerpo estaba más delgado, pero musculoso; probablemente por los constantes ejercicios a los que se somete para aprender más de sus poderes. Su ropa pasó de ser juvenil y casual, a un estilo más maduro y elegante. Pantalones negros de vestir, camisa blanca de manga larga, tirantes negros y una corbata de moño negro en su cuello. Ahora ese era su estilo casual, o así era como él lo llamaba.
-Los chicos se volverán locos cuando me vean- Shio recargó su cabeza sobre su mano y, con la libre, bebió de su botella de agua.
-No hace falta que te vean para que se vuelvan locos, créeme- dijo en tono burlón Rose y ambos rieron.
-Tienes razón-.
-¡Hola, ya volvimos!- el gremio, al escucharla hablar, guardaron silencio de inmediato y todos los ojos estaban puestos sobre aquel chico que la acompañaba-. Familia de K.A.R.M.A., quiero que le den la bienvenida a nuestro hermano Shio Murakami, quien regresa a trabajar con nosotros después de casi medio siglo- Rose se acercó más a su hermano, quien tenía el cuerpo completamente tenso al sentirse intimidado por todos los que estaban ahí; habían tantas caras nuevas, que el chico sentía que le daría un ataque al corazón en cualquier momento.
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K.A.R.M.A. II
FanfictionEn un mundo sin existencia, en un lugar sin vida misma, mis manos se tocan. Todo a mí alrededor está oscuro, todo está perdido, ya no hay nada. Todo por lo que luchamos, todo por lo que vivimos, todo ha dejado de ser. Lo que una vez llamamos vida ha...