74.- Ya dijo la palabra.

2.4K 202 60
                                    

Natasha.

Para cuándo llegamos al hotel todo fue desastroso. A penas pisamos la habitación Nathalie comenzó a llorar sin control, no tenía muy claro que era lo que pasaba con ella y eso me ponía muy tensa, además de que James seguía un poco espantado por el problema en la carretera por lo que no quería dormirse e insistía en estar conmigo, Steve tomó a Nathalie por unos minutos mientras yo ayudaba a James con sus dientes y ponerse el pijama y aunque al parecer todo se había calmado mi hija comenzó a llorar nuevamente incluso con un volumen mucho más alto.

-¿Tiene fiebre?.- Pregunté con James aferrado a mis brazos.

-No, ya tomé su temperatura.- Steve le quitó la ropa y comenzó a evaluarla revisando todo su cuerpo pero nada parecía ir mal. La levantó nuevamente y suspiró.- Quizás sea su oído, ¿deberíamos ir al hospital?.

-Hablemos con Wanda, ella podrá decirnos que pasa.

-Ya debe estar dormida, no la molestemos.- Dijo y luego abrió la ventana donde una suave brisa comenzó a entrar. Comencé a moverme con James en mis brazos besando su cabeza para lograr que se durmiera mientras veía como Steve por fin conseguía que Nathalie dejara de llorar. Al parecer sólo se sentía sofocada y mi novio como gran padre que era supo exactamente que podía hacer. 

-Creo que ahora si tiene hambre.- Dijo después de unos minutos dejándome ver a mi bebé que movía su cabeza con insistencia buscando algo de que alimentarse. 

-Bien, debemos cambiar, ten.- Le entregué a James quién para mi sorpresa no estaba dormido. Sólo sabía quedarse muy quieto por mucho tiempo.

Me recosté con Nathalie en la cama y me acomodé para darle de comer, creí que sería muy difícil volver a hacer esto pero apenas ella nació todo floreció nuevamente y la sensación seguía siendo mágica. Amaba tanto tener la posibilidad de conectarme así con mi bebé así como lo hice con su hermano. 

-Hijo, mamá no puede venir.- Oí decir a Steve y suspiré agotada viendo cómo Nathalie por fin cerraba sus ojos para dormirse. Esperaba que James se durmiera pronto o no podríamos tener esa conversación hoy. No me di cuenta en que momento me dejé vencer por el sueño y me dormí. Desperté cuando sentí la cama hundirse y supe que Steve se estaba acostando, miré a mi bebé que se había dormido no sé en que momento. Me acomode para poder dejarla bien ubicada y me voltee hasta donde Steve estaba.

-Hablemos.- Dije pero negó de inmediato.

-Estoy cansado Natasha, James se acaba de dormir.

-Tenemos que hablar.

-Son las tres de la mañana, ¿No puede ser mañana?.

-¿Qué es lo que pasa?.- Dije ahora mirándolo a los ojos. Esos preocupados y azules ojos que parecían estar ocultando algo muy importante.

-Olvídalo Natasha, ¿puedes darme un abrazo? Último ¿si?.

-¿Último...?.

-Luego dormimos hasta mañana.- Dijo con nerviosismo. No podía creer que me estuviera mintiendo tanto en tan poco tiempo. Aún así y porque las ganas me superaban me acerqué a su pecho para abrazarlo. Era tan perfecto ese espacio en mi mundo, en donde el me rodeaba con sus fuertes brazos, sentía su corazón latir, hoy más rápido que otras veces y ese olor exquisito que sólo Steve poseía. Ojalá todo se quedara así por siempre.

Pero no.

A la mañana siguiente Nathalie me despertó con sus quejidos por un poco de leche y cambio de pañal, era temprano pero no lo suficiente para que mi mini soldado no estuviera despierto por lo que supuse que esa era la razón para que Steve no estuviera. Comencé a amamantar a Nathalie entre bostezos hasta que James entró corriendo ya vestido y saltando a la cama.

Nuestro :  James. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora