54.- ¿Nathalie?

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Natasha.

Mis ojos pesaban mientras fingía que buscaba información en uno de los equipos del cuartel general, llevaba estas tres semanas solo observando a Santander a pesar de que lo único que quería hacer era sacarle toda la información. Suspiré y pase las manos por mi rostro, estaba agotada, no había dormido bien estos últimos días y no sabía porque.

Daisy se movió hablando con otras chicas y miré el reloj, eran las doce del día, era el primer turno para almorzar. Ese movimiento encendió mi alarma, era la chica con el llavero de Capitán América y el pin de Black Widow, bueno no era sorpresa, la chica estaba chiflada con Steve.

Derrotada, cerré todo y caminé hasta el área de entrenamiento.

-Eh, ¿Cómo te fue en tu observación del día?.- Clint fue el primero en hablar y le lance una mirada asesina mientras Steve rodaba los ojos ayudando a James a trepar por esa estructura que tanto le gustaba desde que era un bebé.

-¿Otra vez en eso Nat? Quedamos en que Pietro lo haría mientras Bucky está de vuelta.

-Pietro no es espía, ni de tanta experiencia como yo.

-Me temo que tú falta de sueño se debe a Santander.

-¿Has tenido problemas para dormir Nat?.- Clint arqueó una ceja y salto para tomar la barra antes de comenzar su rutina.

- Solo incómoda.- Dije, y era cierto, no me sentia mal. Solo una incomodidad inexplicable.

-Quizás debes relajarte un poco.- Steve se puso blanco en el momento en que James se le escapó de las manos y comenzó a subir por si solo esa estructura, si, nuestro hijo era ágil y osado pero un niño después de todo y con casi tres años una caída de esa altura podría causarle bastante daño.

-¡Steve, sube por él!.- Grite de inmediato y como una bala Steve ya lo tenía en sus brazos pegando un último salto para tocar el piso. Clint río con ganas y Steve sonrió aliviado pero a mí el gimnasio daba vueltas.

-Eh Nat ¿Te pasa algo?.- Dejó a James en el piso y se acercó a mí, con su brazo derecho me rodeó la cintura y con el otro tomo mi brazo. Recién note que de no ser por su agarre ya habría estado en el piso.- ¿Natasha?.

-Un mareo.- Contesté cerrando los ojos con la esperanza de que al abrirlos la sensación haya desaparecido y así fue, cuando los abrí todo había vuelto a la normalidad, nada giraba ni el piso se movía.- Ya estoy bien.

-¿Y eso porque fue?.

-No lo sé.

-Vamos a que te vea el doctor.

-No, estoy bien.- Afirmé caminando hasta James. Pensé en levantarlo en mis brazos pero el mareo volvió, aunque más suave por lo que estire mi mano y el la tomo.- Iremos a ver cómo le está yendo a Tony.

-Nat...

-Que no pasa nada Steve.- Besé su mejilla y le sonreí, Steve tenía la maldita costumbre de preocuparse con exageración sobre todo lo que involucraba a James y a mi.

Llegue al laboratorio de Tony donde el estaba absolutamente concentrado, una gota de sudor le caía por la frente y la seco con rapidez mientras suspiraba.

-¿Hace cuánto intentas sacarle el pañal?.- Pregunté mientras James corría a observar de más cerca una armadura que se mantenía encendida.

- Hace como diez minutos, Pepper salió de urgencia e insistió en que sólo serían dos horas.

-¿Quieres que te ayude?.

-Seria increíble.

Me acerqué al mudador y sonreí, hace tanto tiempo que no cambiaba un pañal que me parecía hermoso.

Nuestro :  James. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora