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Urbitch.2 Me encantaría que me marcaras así @Lee_TY
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- Amor, te ves muy cansado. - le digo a Taeyong entrando a su estudio. - Ve a dormir, por favor.
- No Rose, entiende, quiero adelantar esto. - dice sin mirarme y golpeando su lapicero con el escritorio. Me acerco hasta quedar detrás de él.
- Bueno, ¿Quieres que te traiga unos bocadillos? - lo abrazo por detrás y empiezo a dejar besos por toda su mejilla. - Chocolates con almendra, de esos que me compraste, fruta picada...
- Chocolates y mi botella de agua que dejé en el refrigerador. - cortante, como ha estado desde hace días. Asiento y voy a la cocina, saco el paquete de chocolate y los pongo en un pequeño plato y tomo su botella del refrigerador, regreso a su estudio y se lo dejo a un lado de su libreta
- ¿Algo más? - niega con su cabeza, me siento en el sillón que Taeyong tiene ahí para descansar pero solo lo usa cuando nos peleamos y no dormimos juntos en la misma cama, abro Instagram y empiezo a ver historias y a darle Me Gusta a las publicaciones que me salen. Escucho a Taeyong suspirar, lo miro y esta con los ojos cerrados, alejó su silla del escritorio y tiene las piernas abiertas. Sonrío y gateo hasta quedar en medio de sus piernas.
- ¿Qué haces, Rose? - pregunta todavía sin abrir sus ojos, no respondo y masajeo su entrepierna.
- Te dije que te podía ayudar a desestresarte. - digo sensualmente, bajo su pantalón y vuelvo a masajear.
- No quiero, basta.
- Oh Daddy, desde hace tiempo que no lo hacemos. - me quejo y bajo su ropa interior, tomo su pene y lo masajeo, cuando lo voy a meter en mi boca, Taeyong se para y me golpea fuertemente en la mejilla volteando mi cara.
Me ha golpeado.
ME HA GOLPEADO.
Él jamás había hecho eso.
- ¿Estás estúpida? Te dije que no. - me dice enojado. Cubro mi cara para no dejar ver mis lágrimas y me paro. - ¡Estás haciéndote muy molesta últimamente! ¡No paras de andar checándome!
- Pe-perdón, Taeyong. - salgo corriendo de su estudio y voy rápidamente al baño de la sala común, me miro en el espejo, al instante las lágrimas vuelven a salir, el golpe está haciendo que mi lado derecho de la cara se esté hinchando, pero tengo abierto donde su puño golpeó con más fuerza. Me limpio la herida y pongo una bandita en la cortada que no es muy grande, voy a la cocina por hielo y me voy al balcón donde tenemos dos sillas y un sillón para pasar el rato aquí, pongo el hielo en mi mejilla y me acuesto en el sillón, tomo la frazada y miro como pasan los carros en la calle, como se va vaciando la calle.
¿Me he pasado? Debí de haber parado.
Miro la silla de alado y recuerdo la vez que estuvimos aquí acostados, nos habíamos peleado porque yo no le había contado de mi problema y se enojó, vine aquí a fumar y rato después él llegó a disculparse.
Empiezo a recordar todo lo que pasamos aquí hasta que siento que los hielos se han descongelado y en la bolsa solo hay agua tibia, regreso a la cocina y vacío la bolsa, la lleno con más hielos y cuando me doy la vuelta, Taeyong está en la entrada de la cocina mirándome, la bolsa resbala de mi mano y él la mira.
- Perdon, ya me iba. - le digo, me agacho para tomar la bolsa, pero dejo de moverme al sentir mis lágrimas salir, veo sus pies frente a mi y trato de parar las lágrimas.
- Parate. - niego con mi cabeza. - Rose, por favor. Princesa, mírame. - alzo la cabeza al ver como su voz ha cambiado de tono a uno más suave. - Parate. - le hago caso y me paro, mis lágrimas no paran de salir, tengo miedo y asco, asco de mi porque a lo que tengo miedo es a que me deje y no a que me pegue.
- Perdón, no debí de hacerlo, dijiste que no querías pero yo seguí. - me disculpo y él niega con su cabeza, me abraza y esconde su cara en el espacio entre mi cara y mi hombro.
- ¿Por qué carajos te disculpas? Yo debo de hacerlo, te golpeé te golpeé, mierda. Perdóname a mi, maltraté tu preciosa cara, maltraté la joya de mi vida. - me abraza más fuerte por unos segundos y se separa, deja una mano en mi cintura y la otra en mi mandíbula, me mira a los ojos y sonríe pero deja de hacerlo cuando ve mi mejilla y una lágrima sale de sus ojos. - No entiendo cómo fui capaz de golpearte. - pasa su pulgar por mi mejilla pero la quita al instante al ver que me duele, empieza a llorar. - Pensé que te habías ido, te busqué en nuestro cuarto, en el tuyo, en el baño, en tu estudio, bajé aquí y no te vi hasta la segunda vuelta que di te vi, sentí horrible.
- Yo también sentí horrible, Taeyong.
- Perdón, no sé qué me pasó. - asiento y sonrío.
Maldita estúpida.
Lo hizo una vez.
Lo volverá a hacer.
Pasa su pulgar por mis labios y me mira a los ojos, suplicando.
- ¿Puedo? - asiento de nuevo con la cabeza para poder recibir un beso suyo, sube su otra mano hasta mi otra mejilla y profundiza el beso, poso mis manos en su abdomen tomándolo de la sudadera, subo mi pierna derecha y él la toma del muslo, pega su entrepierna con mi intimidad, sube más mi pierna haciendo que haya más roce entre nuestras partes.
- Tae, espera. - me separo del beso y él me mira confundido con sus mejillas sonrojadas. - Quiero que me hagas el amor porque quieres, no porque te sientas obligado por lo que acaba de pasar. - Sonríe y besa delicadamente la mejilla que me ha golpeado.
- ¿Te he dicho que te ves muy sexy con esas bragas de gatitos que traes y con mi sudadera puesta? - niego riendo y me toma de la otra pierna, enrollo mis piernas en su cintura y él me toma del trasero
- Espera, los hielos, debo meterlos al refrigerador.
- Al carajo con eso, luego hacemos más. - corre conmigo en brazos hasta nuestra habitación, que es de él pero siempre duermo con él, me deja suavemente en la cama y se quita su playera, yo gustosa de la vista sonrío mordiendo mi labio inferior, me pongo de rodillas en la cama y me acerco a la orilla para alcanzarlo y pasar mis brazos sobre sus hombros, beso su cuello y lo muerdo suavemente, finalmente llego a su boca, primero beso su labio inferior y después saco mi saco mi lengua pasándola en su labio, él saca la suya y las juntamos en un beso, gimo al sentir sus manos apretar mi trasero, bajo mis manos a su pantalón y lo bajo lentamente con preocupación, después su ropa interior, estos caen hasta sus tobillos y me separo del beso, me apoyo en mis rodillas y manos quedando en cuatro frente a su pene, lo tomo con una mano y subo la mirada a su cara con miedo a que me golpee de nuevo, él sonríe y acaricia mi cabello, asiente.
