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Rose_jl Dos personas están destinadas a amarse por siempre, pero ¿están destinadas a estar juntas por siempre?
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He estado en el hospital todo el día, sigo en traje de baño y mi cuerpo es corrido por la sudadera que Taeyong había guardado en mi mochila, mi cara es un asco, no he dejado de llorar desde que llegamos al hospital; he encargado a Jun con la vecina de Taeyong así que por él no me preocupo por el momento, salgo de la habitación donde Taeyong se encuentra descansando, voy a la cafetería del hospital y me sirvo un café, sé que no es bueno para mi salud porque me podrá provocar ansiedad de nuevo pero no importa, después de esto que he visto la ansiedad ya será parte de mi vida.
Regreso a la habitación y me encuentro con un Taeyong desierto y confundido, corro hacia su lado y dejo mi vaso de café en la mesa de a lado de su cama, tomo su mano y la beso.
- ¿Cómo te encuentras? -le pregunto acercando una silla a su cama.
- Cansado y mareado. ¿Qué pasó? - me pregunta confundido, mis lágrimas vuelven a salir y recuesto mi torso en su cama.
- Te desmayaste en la playa.
- ¿Y Jun?
- Está con Sonia. - le digo y él se tranquiliza.
- ¿Ya nos podemos ir?
- Fueron a hacerte estudios de sangre y dependiendo de eso nos iremos. -le digo cansada.
- Rosie. - acaricia mi cabello. - Estoy bien, no te preocupes.
- Me asusté mucho, pensé que me quedaba sin ti. - mi llanto aumenta y empiezo a hipar.
-Lo lamento, preciosa. - la puerta de la habitación se abre dejando ver al doctor.
- Señor Lee, tenemos los resultados de sus exámenes de sangre y necesito hacerle una consulta médica. -miro preocupada a Taeyong y él me sonríe. - Señorita, le pido de favor si nos puede esperar afuera. - asiento con mi cabeza y salgo de la habitación.
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- Lo lamento tanto, Rose. - dice Taeyong sentado en el sofá de su casa, su cabeza se encuentra oculta entre sus manos. - Perdón. - suelto mi llanto y me dejo caer en el piso.
- Esto es mentira, es una broma tuya. - digo sin dejar de llorar, me recargo en sus rodillas y él me abraza como puede desde su posición.
- Yo también quisiera eso pero no es broma.
- ¿Y no te puedo donar un pulmón o no sé, algo así?
- No, princesa. Lo mío no es cáncer de pulmón, - sonríe y comienza a acariciar mi mejilla.
- Algo tenemos se tiene que poder hacer.
- Solo seguir el tratamiento y alargar mi esperanza de vida.
- Quería envejecer juntos, tú y yo. - mis lágrimas mojan el pantalón de Taeyong.
- Y así será, lo que me queda de vida lo viviremos juntos.
- ¿Lo prometes? - alzo mi mirada para verle suplicante, él sonríe tiernamente y me hace señas para que me pare y así lo hago, me siento en sus piernas y me dejo mimar por él.
-Lo prometo, mi vida. - me pega más a él mientras tanto yo escondo mi cara en su pecho.
- ¿Pinky promise? -alzo mi dedo meñique y él ríe juntando nuestros meñiques.
- Pinky Promise. -besa la coronilla de mi cabeza y suspira. - No has dejado de ser mi bebé y por favor no dejes de serlo.
- Siempre seré tu bebé y tú mi Daddy. - lo abrazo más fuerte y así nos quedamos unos minutos hasta que él habla.
- Mi amor, iré por Jun. -asiento con mi cabeza sin moverme de encima de él. - Amor. - ríe.
- Llévame contigo. - hago un puchero y me aferro más a él.
- Sigues en el traje de baño, ve y toma una ducha para que te relajes. -niego con mi cabeza. - Rose, por favor, si sigues con ese traje no voy a aguantar las ganas de follarte aquí mismo. -levanto mis hombros restándole importancia. - ¿Quieres que te deje como la primera vez que lo hicimos aquí? No te levantaste de la cama por dos días. - dice subiendo la sudadera dejando a la vista mi trasero con la parte baja del bikini.
- Así déjame de nuevo pero que esta vez sea por una semana. - ríe sorprendido por lo que le he pedido.
- ¿Una semana, bebé? - pregunta metiendo sus dedos en mi traje, los desliza hasta llegar a mi entrada.
- Si, una semana. -me apoyo de sus hombros y respiro hondo por como me está haciendo sentir pero caigo en cuenta de su condición y lo paro. - ¿No te hace daño por tu estado?
-No, mi amor, no está avanzado y también quiero aprovechar que Jun no está para escucharte gritar mi nombre. - me quita la sudadera y la arroja en la sala, sonrío y me dejo llevar por él.
